El Ancla partió hace 30 años en con un puesto en el Terminal Pesquero de Santiago. Aprovechando, justamente, el conocimiento que su propietario, Claudio Bustos, había acumulado con los años, en 2006 decide dar el salto y abrir su primer restaurante. Hoy, diez años después, ya cuenta con tres sucursales en Santiago.

Hace menos de un año inauguraron el nuevo local en Santa Beatriz #191  (Providencia), en una antigua casona de tres pisos.

Además de sus productos frescos, la carta se destaca por la elaboración de innovadoras recetas. “Creemos que hay que aprovechar nuestros recursos marinos y rescatar la identidad de la cocina chilena, la que se prepara en cada una de las caletas de nuestra costa” explica Mauricio Bustos, gerente del restaurante.

Las nuevas creaciones han sido una inspiración de la cocina típica chilena, por ejemplo, la sierra ahumada la transformaron en un causeo con la forma de un timbal ($9.500).

Una combinación que se lleva aplausos es la lapa a la jardinera ( $8.900) un plato muy bien logrado, contundente y sabroso. “Lo que hicimos fue replicar la receta de las guatitas, pero agregándole lapas”, cuenta Bustos.

Otra propuesta es la greda El Ancla que lleva pescado de roca guisado en salsa de tomate, pimentón, champiñón y papas con queso gratinado ($9.300).

En pescados ofrecen productos frescos ya que la mayoría de sus proveedores son del Terminal Pesquero. Entre ellos la palometa a la mantequilla preparada con una salsa de camarones y puré de plata, servida a temperatura justa, es un gran acierto.

Además cuentan con diferentes tipos de pescados de roca que hoy están muy de moda. Entre ellos el rollizo, róbalo, blanquillo, vieja, apañado y vilagay, preparados a gusto del consumidor.

Los clásicos 

Las preparaciones tradicionales no están ausentes, entre ellos : Los locos ($12.900), el pastel de jaiba ($9.300), la sabrosa paila marina ($10.500) el caldillo de congrio ($8.900) y choros maltones al vapor ($5.900).

Los erizos  son del norte y el plato es tan contundente que puede ser una opción de entrada donde podrían comer hasta tres personas.

Para maridar hay selección de etiquetas de diferentes precios. En cuanto al servicio, es muy ágil y el staff de garzones conoce muy bien los productos frescos y el contenido de los platos.