Andrea Repetto: "Es un avance real. La jornada laboral contenida en la ley hoy es muy rígida"

Una buena evaluación inicial tiene la economista de la UAI, Andrea Repetto, de la propuesta del Ejecutivo, que recoge las recomendaciones entregadas en diciembre por la mesa técnica convocada por el gobierno para la Modernización Laboral, instancia de la que fue parte.

¿Cómo evalúa los anuncios del gobierno?

-Me parece una buena idea que trabajadores y empleadores puedan pactar organizaciones diversas de las jornadas laborales dentro de ciertos marcos: no más allá de un mes y con topes máximos y mínimos de horas por día, además de un banco de horas extraordinarias ordenadas en torno al mes.

¿Se pone al día en materia de adaptabilidad el mercado laboral chileno?

-Es un avance real. La jornada laboral contenida en la ley hoy es muy rígida. Por ejemplo, hoy una pyme puede perder la posibilidad de responder a pedidos extraordinarios, y un trabajador puede tener dificultad para acomodar ciertas necesidades familiares. En países desarrollados las jornadas se pueden organizar en períodos aún más largos, pero con el apoyo de sindicatos.

¿Qué debe cautelarse para que la norma no genere un efecto negativo en el mercado laboral?

-Me parece que no se puede ir más allá de la mensualización de la jornada cuando se trata de contratos individuales. Si se va a abarcar periodos más largos, es crucial que se haga de manera colectiva, con agrupaciones, como los sindicatos. También me parece que las propuestas para los trabajadores que se contactan con sus clientes a través de plataformas digitales es insuficiente: se les debiera dar la posibilidad de negociar colectivamente y que estén legalmente protegidos ante eventuales discriminaciones asociadas a su empleo.

¿Es suficiente la adaptabilidad para enfrentar los cambios del mercado laboral?

-En general estas medidas son un avance, junto con otras como el proyecto de ley de sala cuna que se discute en el Senado. Pero que es necesario complementar con medidas tan relevantes como la inversión continua en las capacidades de los trabajadores y las empresas, en particular, de las más pequeñas.

¿Qué impacto podría tener en productividad?

-Tiene potencial real, al menos en las empresas de menor tamaño. Muchas empresas grandes y ciertos sectores productivos ya han conseguido permisos de la Dirección del Trabajo para flexibilizar sus jornadas.

¿Y en nuevos puestos de trabajo?

-Si efectivamente se traduce en más productividad, tiene la posibilidad de transformarse también en mayor empleo.