Expresidente del Banco Central: "Un crecimiento entre 3% y 3,5% es satisfactorio frente a la débil realidad de A. Latina, pero no es lo que el país espera"

Jorge Marshall
Entrevista a Jorge Marshall, ex Cosejero del Banco Central. Foto: Andres Perez

Jorge Marshall apunta: "El gobierno ha intentado sistemáticamente ignorar la realidad del crecimiento tendencial (...) por conveniencia electoral y, ahora, casi por terquedad". Además agrega que "el crecimiento tendencial no se resolverá ni acelerando trámites ni agradando a los empresarios, ni con reformas pro mercado".


Desencantado está Jorge Marshall respecto del curso que ha tomado no solo el desempeño económico, sino también la discusión de fondo.

El exvicepresidente del Banco Central no observa ningún destello de que el crecimiento del país pueda superar el umbral de 3% y que se cumpla el compromiso de campaña del gobierno. "Tiempos mejores significa que el país se va acercando al desarrollo. Y no, no se vislumbran".

¿Usted también ha ajustado su proyección de crecimiento?

-Creo que estaremos en la parte baja del rango del Banco Central (BC) que fijó entre 3% y 4%.

El ministro de Hacienda estimó 3,5% y recibió críticas, ¿lo ve optimista?

-El debate económico está muy enfocado en las cifras de corto plazo. El tema de fondo no es si crecemos unas décimas sobre o bajo la tendencia, sino la persistencia del bajo crecimiento en los últimos seis años. Mi comentario no apunta a la proyección, sino a la debilidad del diagnóstico de mediano plazo.

¿A qué se refiere?

-La aceleración de 2018 ilusionó al gobierno, que ha intentado sistemáticamente ignorar la realidad del crecimiento tendencial del país (3%-3,5%). Primero por conveniencia electoral, porque el mismo gobierno dijo que sería capaz de alterar ese 3%, y ahora, diría que es casi terquedad, porque hay bastante evidencia de que el tendencial es ese y no tenemos estrategia adecuada para enfrentarlo.

¿No hay factores externos que incidan?

-Bueno, ahora la novedad es que se adjudica este menor crecimiento a factores externos: la guerra comercial, la desaceleración de Europa y China, pero la verdad es que ninguno de los dos tiene la magnitud para explicar lo queocurre en Chile, porque, enla práctica, el aporte de Chinaal crecimiento mundial se ha mantenido.

No obstante, el escenario externo fue muy mencionado por el BC en su última reunión de política monetaria.

-No hay duda de que Chile está enfrentado a vaivenes en el plano internacional, pero otra cosa es decir que la baja del crecimiento de 5,5% a mediados de 2018 al 2% de principios de 2019 se deba a factores externos. Son dos afirmaciones muy distintas. Decir que la incertidumbre externa ha generado una desaceleración interna es una exageración.

¿Por qué sería exageración ahora, y no lo era en la época de Bachelet?

-Porque en esa época se produjo el fin del superciclo que provocó un cambio en la trayectoria de crecimiento de todos los países de América Latina, exportadores de productos básicos, que fue de magnitud distinta, porque deterioró las cuentas fiscales y redujo inversiones. Adjudicar ahora la desaceleración a factores externos nos desvía del carácter estructural que tiene la nueva realidad del crecimiento tendencial, lo que no se resolverá ni acelerando trámites, ni agradando a los empresarios, ni con reformas pro mercado.

El gobierno ha afirmado que las reformas tributaria y previsional que aumentarán el ahorro pueden ser claves para subir el PIB tendencial, ¿no concuerda?

-El enfoque general del gobierno es que por vías de mejorar expectativas y de profundizar el funcionamiento de los mercados se van a resolver las restricciones más estructurales, y a mi juicio es un enfoque errado. En el fondo, no es más mercado, pero tampoco es más Estado, sino que la articulación de ambos.

¿Ve esa coordinación?

-Actualmente no, ni en el gobierno anterior, que estaba muy enfocado a que el Estado condujera el proceso, lo que tampoco funcionó.

¿En su diagnóstico espera que cuando el BC revise el PIB tendencial en junio lo mantenga?

-Sí. Tengo la impresión de que vamos a quedar donde mismo, y eso también lo veremos en su estimación de holguras de capacidad y tasa neutral. Se señaló que esta última estaría entre 4% y 4,5%, y creo que podría estar en 4% o menos, por la menor capacidad de crecimiento.

Entonces, ¿qué sacaría el gobierno con esforzarse por aprobar las reformas que se ven bastante complejas?

-El gobierno está trabajando con un enfoque de política que no está en sintonía con la realidad de la economía y, obviamente, que eso le puede significar un costo político, porque la población percibirá que se están dedicando grandes energías a proyectos que no tienen el impacto que la ciudadanía espera. Incluso, diría que el apoyo que están recibiendo esas políticas de parte de los dirigentes empresariales genera dudas…

¿Por qué?

-Porque los dirigentes empresariales están arriesgando la capacidad que este sector tiene de aportar serenidad a un país que está perturbado por el funcionamiento de sus instituciones y por el rumbo de sus políticas. Yo esperaría más prudencia del gobierno y del mundo empresarial, al cual he visto jugado por, al menos, la tributaria.

Si empresarios y gobierno están perturbados, ¿quién debe poner la lógica en esta ecuación?

-Esperaría que el gobierno conduzca este proceso, pero para ello debe descubrir el diagnóstico. Y, ahora, veo que a los ministros les ha aparecido cierto culto a la letra del programa, lo que es muy contraproducente para esta reflexión. Si dejamos que el programa sea algo que no admite modificaciones, estamos cometiendo el mismo error que el gobierno pasado, en la misma posición defensiva: cuando me doy cuenta de que la realidad no era lo que yo había pensado, digo el programa no lo dice, o sea el programa está sobre la realidad.

Sin embargo, el BC espera un repunte de la inversión este año de 6,2%, ¿no es una buena señal?

-Es una señal positiva, que responde a una mejora de expectativas, pero no tiene la capacidad de cambiar la trayectoria. Las expectativas pueden mover la inversión en el tiempo, pero no tienen efecto en el largo plazo. Por ejemplo, en 2018 la venta de autos subió un 50%, pero este año no será igual, porque las expectativas no pueden mantenerse a tal nivel, ya que existe una realidad de ingresos. Estas influyen solo en la intensidad del ciclo, cosa que el gobierno confundió al creer que las expectativas podrían modificar el tendencial, eso es desconocer la realidad.

¿Extraña que dos economistas como el ministro de Hacienda y el Presidente Piñera desconozcan o confundan esta realidad?

-Es que en los 90, cuando existía abundancia de proyectos rentables, eso era posible, pero las expectativas en las condiciones actuales, cuando no hay tal abundancia, no pueden modificar el tendencial.

¿Por qué dice que no hay proyectos si mediciones del Sistema de Impacto Ambiental así como de la Corporación de Bienes de Capital indican que estos han subido?

-Es que hoy, a diferencia de los 90, hay factores que se han convertido en restricciones, como el agua, el suelo, la ley del mineral, la biomasa marítima, etc; van generando rendimientos decrecientes y para sobreponerse a ello se requiere construir un nuevo activo en la economía, que es la capacidad de acción coordinada entre los diversos actores. Y en eso estamos al debe. El superciclo nos brindó un paréntesis, porque si bien estos factores restrictivos estaban presentes, hubo proyectos tan rentables en la minería ¡con un retorno de 60%!, pero eso ya no existe, hoy la rentabilidad en la minería está por debajo del 10%, y las restricciones volvieron a emerger.

¿Qué pasará entonces con el país tras estos cuatro años de Piñera?

-No hay ninguna señal de que se vaya a modificar el PIB tendencial, puede que en términos efectivos estos cuatro años terminemos con un crecimiento sobre el tendencial por las holguras iniciales.

Lo que si se compara con el anterior sería un buen resultado: habría crecido el doble.

-Un crecimiento en torno a 3%-3,5% es satisfactorio frente a la débil realidad de América Latina, pero no es lo que el país espera, porque nos mantiene como país de ingreso mediano.

TASA

¿Es riesgoso que la inflación se sitúe bajo la meta (3%)?

-No es conveniente. Si la inflación es muy baja, el ajuste de precios relativos se torna más difícil y en los mercados se tienden a producir más ajustes en la cantidad que en el precio.

¿Qué puede hacer el BC?

-El BC modificó en marzo su diagnóstico admitiendo que el año pasado creía que la demanda crecería al 5% y ahora la ve en 2%. Entonces, con una economía más desacelerada no requiere el aumento de tasas diseñado en 2018.

¿Qué espera de la tasa?

-Creo que se mantendrá la tasa en 3% por el resto del año. No veo posibilidades de que baje.

¿Se equivocó el BC en su diagnóstico el año pasado?

-Destacaría la flexibilidad del BC para ajustar su visión, proyecciones y diagnóstico en poco tiempo. Con el análisis de marzo logró una sintonía con el mercado que llevó a una baja sustantiva de las tasas de interés de largo plazo. Me quedaría con eso, lo encuentro institucionalmente valioso.

Con los últimos ajustes del gobierno al déficit y la deuda fiscal, ¿cree que se cumpla el objetivo de mejorar la calificación de riesgo?

-Se ha revertido el deterioro fiscal y eso es positivo. Chile no tiene mala calificación, pero mejorarla es difícil, dado que la nota se rebajó porque la economía no tenía dinamismo, y en el corto plazo no hay posibilidad de alterar eso.

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