
Banco Central advierte alza “relevante” de riesgos para la estabilidad financiera, pero el país está preparado frente a shocks
El Informe de Estabilidad Financiera que publicó este lunes el Banco Central afirma que la situación financiera de los hogares y empresas está mejor versus lo reportado el año pasado. “El deterioro del escenario global encuentra a la economía chilena en mejor pie”, asegura. Eso sí, las empresas más pequeñas están rezagadas, y el sector inmobiliario sigue débil.
“Los anuncios arancelarios realizados por Estados Unidos a inicios de abril —y sus desarrollos posteriores— han aumentado considerablemente la incertidumbre a nivel global”.
Eso es lo que comienza alertando el Informe de Estabilidad Financiera (IEF) que publicó este lunes el Banco Central.
En el documento correspondiente al primer semestre de este año, si bien el instituto emisor advierte que han aumentado los riesgos para la estabilidad financiera, principalmente por la guerra comercial; también repara en que el país está mejor preparado que el año pasado para enfrentar eventuales shocks.
“La inesperada magnitud de los anuncios (de EEUU) provocó movimientos importantes en los precios de los activos financieros y un aumento relevante de la volatilidad. Los mercados financieros globales han funcionado sin mayores disrupciones, no obstante, los riesgos para la estabilidad financiera se han incrementado de forma relevante", detalla el IEF.
En ese sentido, sostiene que “a nivel local, los activos financieros también han mostrado mayor volatilidad, con tendencias similares a las de otras economías emergentes”. Destaca que “el peso chileno ha sido la variable de ajuste frente a los altos niveles de incertidumbre externa, fluctuando más que otras monedas, aunque sin alterar el funcionamiento de este mercado”.
Aún así, el IEF puntualiza que “las condiciones financieras locales han mejorado desde el último Informe”.
Es más, asegura que “la economía chilena ha corregido los desbalances de años previos y la situación financiera de los usuarios de crédito —hogares y empresas— mejora respecto del Informe anterior".
A su vez, menciona que “la banca presenta niveles de liquidez y capital que le permitirían enfrentar eventos adversos”.
Bajo este escenario, afirma que “el deterioro del escenario global encuentra a la economía chilena en mejor pie”.
Igualmente confirma que “un recrudecimiento de las tensiones geopolíticas y comerciales representa el principal riesgo para la estabilidad financiera local, por su impacto en el crecimiento económico y deterioro de las condiciones de financiamiento globales”.
Añade que, “si bien la economía chilena no es inmune a estos desafíos, cuenta con solidez macroeconómica y estándares de regulación y supervisión financiera robustos, lo cual permite disponer de mecanismos de ajuste, y holguras para mitigar los efectos de shocks adversos”.
Y si bien la situación para el país ha mejorado respecto del año pasado, hay un indicador que se mantiene bajo versus los niveles previos a la pandemia, y que también es relevante frente a eventuales shocks externos que se puedan producir: la profundidad del mercado de capitales. Esto “reduce la capacidad de la economía para amortiguar shocks externos”, recalca el IEF.
Así, enfatiza que “cobra relevancia el desarrollo continuo de política tendientes a profundizar el mercado financiero local, dado que se requerirá de un período prolongado para que sus efectos se reflejen en un mercado de capitales más profundo”.
Empresas pequeñas siguen rezagadas
El escenario global es más desafiante, pero esto ocurre en un contexto en que ha disminuido la vulnerabilidad financiera de las empresas locales.
Las firmas de mayor tamaño están en una mejor posición que lo reportado en el IEF anterior, debido a que la economía ha tenido una evolución positiva en los últimos trimestres, y las compañías han reportado un menor endeudamiento, así como una baja en su carga financiera. Esto, en parte también ocurre gracias a la baja que se ha registrado en las tasas de interés de los créditos comerciales
Según el IEF, el mayor riesgo para este segmento es que exista “un mayor deterioro de las condiciones externas que empeore el entorno económico local y afecte su capacidad de pago”.
En concreto, la deuda agregada de las empresas no bancarias alcanzó 112% del PIB al cierre de 2024, “cifra que disminuyó, principalmente, por la recuperación de la actividad económica y por la contracción del crédito comercial bancario”.
En todo caso, el IEF hace una distinción relevante entre grandes empresas y las más pequeñas, estas últimas presentando un rezago en algunos indicadores, por lo que están más vulnerables frente a eventuales shocks.
“Las distintas medidas de impago bancario de empresas y hogares también han presentado una mejora, aunque la morosidad comercial sigue en niveles altos. En las empresas, el endeudamiento agregado sobre PIB disminuyó y las de mayor tamaño han mejorado sus indicadores financieros. No obstante, persisten vulnerabilidades entre las firmas pequeñas, de los sectores construcción e inmobiliario y las que obtuvieron créditos Fogape en la pandemia”, puntualiza.
Al ver el detalle, se observa que “las empresas que participaron de programas de apoyo durante la pandemia, como los créditos Fogape-Covid, estabilizaron su impago tras un largo periodo de aumentos, y han mostrado mejoras en su posición financiera. En tanto, las firmas de menor tamaño aún presentan indicadores financieros que no se han recuperado totalmente desde la pandemia, lo que las deja más vulnerables en un escenario de alta incertidumbre como el actual, en el cual pudiesen materializarse riesgos de mayores tasas largas o de contracción en la actividad”.
Continúa debilidad del sector inmobiliario
El BC nuevamente puso énfasis en que “se ha prolongado la debilidad del sector inmobiliario residencial, con niveles de ventas que siguen deprimidos y altos stocks de viviendas terminadas”.
Al respecto, advierte que “la holgura que entregaba un stock no terminado, y que permitió a las empresas enfrentar la caída de las ventas, se ha ido agotando, dejando a éstas en una situación estrecha, que podría presionarlas a liquidar existencias, reduciendo los precios de las viviendas nuevas”.
El BC reportó que si bien han caído las tasas de interés de los créditos hipotecarios, continúan en niveles elevados versus prepandemia. Y si bien “los precios de viviendas han presentado cierto repunte en los últimos trimestres, no obstante, como se ha destacado en Informes anteriores, un ajuste significativo a la baja continúa siendo un factor de riesgo”.
En todo caso, el BC igualmente reporta “algunas señales positivas como menores tasas de interés de los créditos comerciales, impago estabilizado y buen desempeño en la valoración bursátil de las firmas del sector. En particular, las tasas de interés de los créditos han disminuido, lo que ha aliviado la carga financiera de las firmas inmobiliarias y constructoras”.
Asimismo, “se ha observado una estabilización en los indicadores de incumplimiento. Por su parte, el valor bursátil de las principales empresas inmobiliarias y constructoras del sector acumuló ganancias respecto al cierre 2024, registrando rentabilidades incluso sobre el IPSA, lo que sugiere una mejora en la percepción del sector. Por su parte, el ingreso de las personas también se ha incrementado”.
Hogares en mejor pie
La mejor situación macroeconómica local no solo mejoró las ventas de las empresas, sino que también el ingreso de los hogares.
Si bien se encuentran en un mejor pie versus el IEF anterior, “en el actual escenario global de elevada incertidumbre, el principal riesgo para los hogares es un deterioro de la actividad que redunde en debilidad del mercado laboral. Una reducción en los ingresos de las personas incrementa la probabilidad de no cumplir a tiempo con el pago de sus deudas”.
El IEF reporta que se redujeron las tasas de interés de los créditos de consumo. También informa que las medidas de impago bancario de hogares han presentado una mejora, se ha visto un aumento en la tasa de ahorro y una reducción de la carga financiera, mientras que el endeudamiento sobre ingresos se mantuvo estable.
La advertencia por la deuda pública
“Mantener la prudencia en las cuentas fiscales, a través de un endeudamiento soberano sostenible, aumenta la capacidad de la economía de mitigar el impacto de futuros shocks y mejora la percepción de riesgos sobre la economía local”.
Esa es la advertencia que hizo el BC en el IEF. Allí afirma que “la persistencia de déficits estructurales por varios años ha ido mermando las holguras fiscales y aumentado la deuda pública”.
La deuda bruta del gobierno central cerró 2024 en 41,7% del PIB, un alza interanual de 2,2 puntos porcentuales. En tanto, el déficit efectivo alcanzó 2,8% y el estructural 3,3% del PIB, “superando la meta de Balance Cíclicamente Ajustado de 1,9%. De mantenerse esta tendencia, la deuda podría superar en los próximos años el límite de 45% del PIB definido como prudente por la autoridad”, sostiene el IEF.
Al respecto, señala que “el actual nivel de endeudamiento y una exigente trayectoria de gastos comprometidos a futuro —que podrían dificultar el cumplimiento de la meta de balance estructural— han reducido el espacio para contener los efectos de shocks externos. Sostener la deuda bajo el umbral definido requiere de un exigente conjunto de medidas y acuerdos. Este es un desafío relevante en el que deben concursar todos los actores".
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