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La aventura neoyorquina de Corbo, Hurtado y Larraín

Los socios de CHL Capital están invirtiendo en bloques de edificios en Brooklyn para su remodelación y posterior arriendo. Ya han invertido unos US$ 75 millones y tienen como socio gestor local a una compañía inmobiliaria. CHL también está a cargo de Graneles de Chile y de la Embotelladora Metropolitana.

Un negocio simple, pero muy eficaz. De esta manera, los socios de CHL Capital, Canio Corbo y Nicolás Larraín, explican la aventura inversionista en la que se embarcaron en Nueva York, más específicamente en el barrio de Brooklyn.

Allí detectaron una oportunidad inmobiliaria, muy específica y de nicho, que ha significado una apuesta sumamente rentable.

Corbo, Larraín y Tomás Hurtado, exejecutivos de la gestora de activos Compass Group y de Linzor Capital, son los los tres socios de CHL, compañía de asesorías y gestión de activos de terceros, que junto con estructurar fondos de inversión, han ido creciendo mediante la apuesta en negocios reales en áreas como agrocomercial y bebidas. Esta es la primera apuesta directa en bienes raíces en la que se empeñan.

Están adquiriendo los tradicionales bloques de edificios residenciales de paredes rojizas de esta antigua zona neoyorquina, los denominados brownstones, para su remodelación y posterior renta.

“Compramos, remodelamos y después se arriendan”, cuenta Corbo, en una apuesta al estilo de edificios multifamily, pero no recién construidos, sino renovados.

Lo normal es que cada edificio tenga entre 4 y 5 pisos, y por cada piso se puedan conseguir 4 o 5 departamentos remodelados, que se pueden alquilar en entre US$ 4 mil y US$ 8 mil los 100 metros cuadrados. Los precios van subiendo, eso sí, en la medida que estén más cerca de las estaciones del metro.

“Es un barrio residencial en Long Island, que está de moda, que es más familiar que Manhattan y que cuenta con muy buenas escuelas para los niños”, complementa Larraín.

Para llevarlo a cabo, CHL Capital encontró a un socio local llamado Greenbrook Partners, una compañía inmobiliaria integrada verticalmente que invierte, construye y opera bienes raíces en Nueva York, pero que está especializada en la renovación de browstones en Brooklyn y que ha invertido más de US$ 2 mil millones en este tipo de negocio multifamily.

CHL, entonces, pone capital y Greenbrook construye, y luego administra los edificios.

CHL Capital ya ha invertido US$ 75 millones en este proyecto y sus socios esperan en un par de años terminar con más de 40 edificios remodelados.

“La idea es duplicar el negocio en dos años”, espera Corbo.

No es un negocio en todo caso que empezó ayer, pues lleva tiempo. Empezaron hace cuatro años.

“Probamos que funcionaba y nos lanzamos en grande”, recuerda Larraín.

“Partimos chicos, probando con platas propias. Como funcionaba, allí probamos con clientes de más confianza, y como siguió yendo bien, se pudo llevar al mundo institucional”, añade.

Canio Corbo, Tomás Hurtado y Nicolás Larraín lookartstudios.cl

Al consultar por la rentabilidad, asegura que ha sido muy buena y reconoce un 20% anual medido en dólares al año.

Por el lado financiero, van levantando capital para comprometer por proyecto, para luego pasar al siguiente.

De hecho, la corredora MBI organizó un fondo público de inversión denominado MBI-CHL RE Brooklyn Value-Add para capitalizar la iniciativa: “Su objeto principal es invertir de manera indirecta en compañías cuyos activos principales sean propiedades inmobiliarias localizadas en el distrito de Brooklyn de la ciudad de Nueva York, Estados Unidos, a las cuales por la vía de inversiones y trabajos adicionales menores puedan incrementar tanto su valor de arrendamiento como su plusvalía”, dice su objetivo.

Este fondo ya ha levantado US$ 40 millones y cuenta con compromisos por US$ 50 millones.

Los otros dos grandes negocios

Corbo, Hurtado y Larraín tienen el mismo cargo en CHL -fundador y portfolio manager-, pero se distribuyen responsabilidades: Corbo se encarga de las posiciones en el mercado de capitales; Larraín, de los vehículos de deuda privada, y Hurtado, de lo inmobiliario.

En abril de 2021, CHL Capital compró la deuda de US$ 290 millones que Graneles de Chile tenía con el sistema financiero, cuando lo controlaba Gonzalo Vial Concha. Así pasó a manejar una de las grandes importadoras de granos, aceites y fertilizantes del país y una de las mayores empresas de logística en la industria.

En 2023, la empresa movilizaba cerca de 3,5 millones de toneladas anuales y facturaba unos US$ 550 millones, con un Ebitda (ganancias antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización, una medida del flujo de caja operacional) de US$ 35 millones, cifra similar a la que anotó en 2022.

Larraín está ahora a cargo de la empresa como presidente, con la intención de elevar la rentabilidad. Para ello, ha implementado un plan que incorpora la simplificación de la malla societaria, terminando o cambiando algunos negocios, modificando sistemas de incentivos y otras medidas.

No explicita los montos de ventas actuales, pero señala que han acotado el alcance de los negocios, por lo que con menos facturación han mejorado su nivel de Ebitda a entre US$ 35 y US$ 40 millones.

El otro negocio en el cual trabajan es la Embotelladora Metropolitana (EMSA), una productora y comercializadora de bebidas gaseosas y agua mineral bajo las marcas Rari, Piri y Ship, y como proveedor de marcas propias de supermercados.

La compañía, fundada en 2006, cuenta con dos plantas, una en la Región Metropolitana, y la otra, en Quinamávida, en el Maule. En 2022, producía unos 100 millones de litros anuales y envasaba 43 millones de botellas.

En EMSA están trabajando en un plan del cual no dan muchos detalles tras la salida del histórico gerente general de la empresa, Marcos Orellana.

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