
La encrucijada fiscal de Kast
El ambicioso recorte por US$ 6 mil millones se ha transformado en un plan incómodo para el candidato, quien ha debido reaccionar con fuerza en las últimas dos semanas para evitar que el relato del oficialismo y Matthei de que esto afectará el gasto social no sea un lastre para su campaña. Sin embargo, en la tienda creen que el solo hecho de haber instalado la idea de que es necesario un ajuste al Estado ya es un triunfo. Si Kast es quien pasa a segunda vuelta en la derecha, muchos apuestan a que el republicano deberá flexibilizar su objetivo y establecer concesiones.

Fue el jueves 10 de julio pasado cuando José Antonio Kast sorprendió con el nombramiento de Jorge Quiroz como flamante coordinador de su equipo económico. Solo tres días después, el economista anunciaba la propuesta clave de su programa económico: un recorte de gasto fiscal por US$ 6 mil millones en sólo un año y medio. Desde ese momento, la medida se ha convertido en un hito de la campaña del republicano, quien la refrendó en público en debates y seminarios, pero también se ha transformado en una suerte de propuesta incómoda al interior del comando y blanco recurrente de los dardos del oficialismo y también de Chile Vamos.
“Me podrán juzgar a los 18 meses y ahí pídanme el cargo. Me juzgará la ciudadanía y los parlamentarios”, dijo Kast hace casi tres semanas frente a la insistencia de sus contendores para que el candidato explique los detalles del ambicioso recorte fiscal y si ese plan incluía tocar beneficios sociales.
Una semana después de ese episodio fue el propio Presidente Boric el que reactivó la ofensiva oficialista en pleno anuncio del Presupuesto 2026, por cadena nacional y en horario prime. “Es irresponsable, además de indeseable, la propuesta de recortar US$ 6 mil millones de gasto que algunos han levantado sin decir de dónde pretenden hacerlo. ¿Acaso van a echar abajo beneficios sociales? Es imposible recortar US$ 6 mil millones sin afectar derechos sociales como la PGU”, lanzó el Mandatario, en una declaración que fue secundada durante los días siguientes por sus ministros.
La ofensiva de Boric también resume la arremetida de distintos sectores -incluida la candidata de Chile Vamos, Evelyn Matthei- por sacar al pizarrón al republicano y escarbar en una eventual debilidad de su plan económico: la dificultad mayúscula para llevar a cabo un recorte de ese tonelaje en sólo 18 meses sin afectar los gastos comprometidos y sociales, y la ausencia de un aterrizaje en “números” que le den consistencia técnica a la medida. Los recientes datos de la Dirección de Presupuestos que evidencian que el 92% del gasto público hoy corresponde a obligaciones legales, resuena como un mantra entre los detractores de la medida a la hora de argumentar por qué no es posible bajar el gasto en esa dimensión.
“Es un ajuste difícil y ambicioso, absolutamente”, reconocen en privado en el seno de republicanos, pero evitan hablar de incomodidad o lastre para las pretensiones del candidato Kast. “El ajuste fiscal que proponemos es inevitable, necesario, y posible”, añade una fuente de la tienda de la calle Presidente Errázuriz en la comuna de Las Condes.
La misma fuente va más allá y descarta que el plan comprometa el gasto social. “El ajuste es coherente con los órdenes de magnitud del gasto público. El gasto público propuesto para 2026 son US$ 90 mil millones. Reducir US$ 6 mil millones equivale a una baja de poco más del 6%. Es lo mismo que devolver el gasto público al nivel de 2023. Lograr eficiencias y ajustes en el Estado por un 6% no parece algo descabellado”, complementa.
Con todo, quienes conocen de cerca la operativa del comando tienen matices frente al debate del recorte fiscal y dicen que el ambicioso anuncio también ha generado más de un dolor de cabeza en elenco del abanderado opositor. De hecho, un asesor de Kast reconoce que más allá del monto propuesto, el problema de fondo es haberse comprometido con sólo 18 meses para cumplir la meta. “El corto tiempo para hacer el recorte es un flanco que se nos ha abierto”, admite.
Los bemoles del recorte
En lo que fue una calculada estrategia por centrar la campaña en unos pocos temas clave y evitar abrir excesivos flancos en lo económico, la candidatura de Kast optó en un inicio por no entregar detalles del ambicioso recorte fiscal. “No quiero mostrar mis datos y sí los del (estudio) CEP, porque quiero ‘descampañizar’ el debate”, fue la respuesta de Jorge Quiroz hace dos semanas en entrevista con Pulso, tras ser consultado por los detalles del recorte de US$ 6 mil millones.
Cercanos a la tienda republicana asignan la paternidad de la medida al propio Quiroz, quien en la misma entrevista aludió a la responsabilidad que se adjudicó el propio Kast con la suerte que corra el plan fiscal. “Me van a pedir el cargo a mí más que al candidato. Para este tipo de medidas hay que actuar con determinación”, sostuvo Quiroz en la misma entrevista.
Sin embargo, en las últimas tres semanas la estricta estrategia de no entrar en mayores detalles comenzó a ceder de la mano de la fuerte presión del oficialismo y de la candidatura de Evelyn Matthei, quienes tocaron sin cesar una tecla sensible para el republicano: el posible impacto del voluminoso recorte en el gasto social.
El plan para aterrizar los números del ambicioso recorte y fortalecer la vocería económica de la candidatura estuvo a cargo del propio Quiroz y sumó al economista Bernardo Fontaine y al exministro de Energía Rodrigo Álvarez. Los tres coincidieron en largas entrevistas radiales esta semana para detallar la medida.
Luego de Fiestas Patrias, el propio Kast y sus voceros han reiterado que mientras US$ 3 mil millones de recorte vendrán de medidas administrativas, la otra mitad lo hará de iniciativas que necesitan pasar por el Congreso. A su vez, el presidente del Partido Republicano, Arturo Squella, deslizó esta semana que se podrían ahorrar unos US$ 3 mil millones a propósito de los 100.000 funcionarios públicos que entraron a trabajar al aparato estatal durante este gobierno, argumento que fue tratado como una “fake news” por la vocera de gobierno, Camila Vallejo, quien acusó falta de rigurosidad en la cifra.
“La Ministra @camila_vallejo tiene la razón: decir que al gobierno ha contratado 100 mil personas adicionales es #FakeNews. Estas cifras son del Estado, que incluyen municipios y otras instituciones que son independientes del gobierno de turno”, respondió sorpresivamente en la red social X el exdirector de Presupuestos de Sebastián Piñera, Matías Acevedo.
Fontaine dijo esta semana que reducir el gasto fiscal en US$ 6 mil millones en 18 meses incorpora “tres bolsones”, un relato que también repitió Quiroz en una entrevista en Duna esta semana. La primera área se relaciona con frenar los abusos en temas como el mal uso de las licencias médicas en el sector público y privado, la evasión en el transporte público y la corrupción en casos como las fundaciones, entre otros, lo que generaría una holgura de US$ 1.800 millones, explicó Fontaine. Los siguientes “bolsones” de recorte, agregó, serían una mayor eficiencia del Estado por unos US$ 2.100 millones y una mayor austeridad en el manejo de los recursos públicos por el mismo monto. La suma de todo calza en teoría con las expectativas de recorte del republicano.
Pero la sensación íntima al interior de la tienda, más allá del debate en torno al monto del recorte, es que la batalla ideológica acerca de hacer un ajuste profundo al gasto fiscal ya la ganaron. “Lo importante es que todos coinciden en que hay que hacer recortes. Ese punto ya lo ganamos”, dijo el propio Kast con regocijo esta semana en Tele13 Radio.

“No sé quién ganará la elección, pero Kast ya ganó la disputa ideológica. El próximo gobierno deberá cortar el gasto público (la polémica sobre los 6 mil millones es secundaria) y el combate a la delincuencia será la primera prioridad. Kast pudiera perder, pero su agenda ya ganó”, fue el posteo de la semana pasada en X del cientista político Patricio Navia. El mensaje de Navia es destacado en las filas republicanas y también es compartido en privado por muchos opositores de Kast, incluso por personeros de Chile Vamos, quienes reconocen que instaló un tema altamente popular en la coyuntura.
Los costos a pagar
El análisis que se hace en el seno del partido es que en el actual escenario político, marcado por el abuso de las licencias médicas en el sector público y otro tipo de fraudes sociales, es el adecuado para hablar de recortes y de quitar “grasa” del Estado. Al interior del comando han testeado que la ideas de achicar el Estado tienen amplio apoyo de la población en este momento. La convicción del sector, además, es que el debate en torno a qué se recorta y en cuánto tiempo es una discusión de élite.
“Todo esto (de los montos y detalles) es un debate muy técnico, que es muy de élite. En la medida que eso no se traspase a la masa no habrá problema, ya que este es un tema ‘muy oreja’ para la gente. ¿Dónde está el riesgo para nosotros? Está en que se repita de manera consistente que el recorte va a afectar beneficios sociales como la PGU, en la salud, en la educación… A la gente le importan los beneficios sociales y mi deber en la campaña es hacerme cargo de eso y es salir a decir que no se afectarán esos beneficios sociales”, afirma un influyente asesor de la campaña de José Antonio Kast en torno a la estrategia tomada en las últimas semanas.
Sergio Granados, exdirector de Presupuestos de Michelle Bachelet y miembro de la Comisión Asesora para Reformas Estructurales al Gasto Público, reconoce que el relato acerca del mal uso de los recursos públicos tiene cierta popularidad en la población y cree también que es difícil que el debate en torno a los montos y el detalle de los recortes impacte negativamente en la candidatura de Kast.
“(Este debate) puede transformarse en un lastre desde el punto de vista de una parte de la población que sigue de cerca las elecciones o toma decisiones políticas, pero para el resto de la población que no participa en política y está preocupada por otros temas, tengo dudas de si le llegan este tipo de discusiones”, reflexiona Granados.

El militante socialista cree, de todas formas, que no es viable avanzar con un recorte como el que plantea Kast dados los costos políticos y sociales que conlleva una decisión de ese tipo. “En el ámbito de lo posible, todo es posible, pero esto es prácticamente inviable políticamente”, añade Granados, quien augura que el gran problema al que se va a enfrentar el nuevo gobierno es mejorar la gestión en el sector salud. “Eso va a ser un cuello de botella para cualquiera que asuma”, anticipa.
En la misma línea, el expresidente del Banco Central y exministro de Salud de Eduardo Frei, Carlos Massad, cree que bajar el gasto público en la dimensión que plantea Kast tiene consecuencias políticas y sociales riesgosas. “Si Kast está dispuesto a aceptar cualquier consecuencia, lo puede hacer, no es imposible. El problema es qué significa como reacción social”, concluye.
Un economista de centroderecha que prefiere el anonimato reconoce la popularidad que genera hablar de recortes fiscales, pero también admite que los ajustes de ese tamaño tienen costos políticos y sociales. “Cada medida que se pueda recortar tiene personas que se benefician de aquello y ahí la economía política comienza a ser un poco más compleja”, alerta.
La salida política
La gran pregunta que hoy ronda en la oposición es si José Antonio Kast morigerará su ambiciosa y políticamente compleja propuesta de rebaja de gasto fiscal en caso de pasar a segunda vuelta, como apuntan las encuestas hasta ahora. Las dudas aumentan en la eventualidad de que Evelyn Matthei quede en el camino y deba sumarse, junto a su equipo económico, a la campaña del republicano en el balotaje.
“No hay ningún economista de peso de Matthei que se vaya a sumar y vaya a firmar un cheque en blanco por los US$ 6 mil millones de rebaja que hoy propone Kast, por un tema de forma y de fondo. Por lo tanto, si Kast pasa a segunda vuelta, va a tener que negociar una salida política para una medida que ellos saben que es imposible. Una salida es plasmar un protocolo de acuerdo donde Chile Vamos pueda exigir que no se toque el gasto social y otros gastos sensibles, y se haga el mayor esfuerzo por la eficiencia del gasto público. Si el resultado de eso es un recorte de US$ 6 mil millones o US$ 3 mil millones, habrá que verlo”, afirma un economista cercano a Chile Vamos.
La misma fuente anticipa que ese escenario también implicará que la cara visible de este ambicioso recorte de primera vuelta, Jorge Quiroz, tenga un rol menos preponderante en el eventual balotaje. Sin embargo, un asesor de Kast refuta esa visión y dice que Quiroz ha logrado gran cercanía con el republicano y que su posición se ha fortalecido.
Sergio Granados también cree que el candidato republicano deberá flexibilizar su propuesta de recorte fiscal en una eventual segunda vuelta, cambiando su relato. “En la elección anterior Kast cambió su programa y la segunda vuelta es otra elección. Si llega a esa instancia va a morigerar el recorte de US$ 6 mil millones. Una salida política puede apuntar a decir que la rebaja va a tomar más tiempo que los 18 meses, hasta el 2029, o decir que se va a entregar un gobierno con menos gastos”, evalúa Granados.
“Entre la primera y la segunda vuelta, los programas suelen moderar su tono para atraer adherentes de otras sensibilidades. No veo grandes concesiones que Evelyn Matthei deba hacer cuando pase al balotaje. En el caso de José Antonio Kast, el recorte de US$ 6 mil millones y el ‘Chao préstamo’ son los temas que estarán bajo el escrutinio”, afirma, a su vez, el exdirector de Presupuestos Matías Acevedo.
Al interior de republicanos dicen que hasta ahora no hay un diseño programado para una eventual segunda vuelta y que una definición de cómo avanzar en esa instancia se tomará en el debido momento. Sin embargo, renunciar a la cifra de recorte de US$ 6 mil millones no está en sus planes.
“Hay dos límites que no podemos pasar. El primero es que no vamos a bajar un peso al monto de los US$ 6.000 millones; el día que yo reconozca que en realidad no son US$ 6.000 millones y son US$ 5.700 millones, pierdo. Segundo, vamos a entrar en mayores detalles, pero tampoco vamos a dar un detalle excesivo porque no quiero abrir flancos políticos con quienes se van a ver afectados con los recortes”, reconoce un influyente asesor de Kast.
La misma fuente se sincera y dice que en el comando están conscientes de que el objetivo es difícil, pero al mismo tiempo lo considera indispensable. “¿Cuál es el contrafactual de no llegar a los US$ 6 mil millones? ¿Llegar a US$ 4 mil millones? Si se llega a eso, es un logro igual, aunque la oposición en su minuto puede atacarte por no haber cumplido. Sin embargo, no estoy haciendo una promesa de gasto irresponsable, estoy haciendo lo contrario”, concluye.
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