Venezuela prueba criptomonedas como reservas internacionales

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Nicolás Maduro

Las criptomonedas han protagonizado un resurgimiento este año tras la crisis de 2018, gracias a las expectativas de una mayor adopción institucional.


El banco central de Venezuela está realizando pruebas internas para determinar si puede mantener guardadas criptomonedas en sus arcas, según cuatro personas​ ​con conocimiento directo del asunto. ​

La medida responde a una solicitud de la estatal Petróleos de Venezuela SA, que​ quiere enviar bitcóin y ethereum al banco central para que la autoridad monetaria pague a sus proveedores con tokens o vales digitales, según las personas, ​ que pidieron que no se revelara su identidad ya que se trata de deliberaciones internas. Los empleados también están estudiando propuestas que permitirían contar las criptomonedas​ como reservas internacionales del banco, que en la actualidad se encuentran cerca de un mínimo de 30 años, en US$7.900 millones. ​

Las sanciones estadounidenses contra el régimen autoritario de Nicolás Maduro han aislado en gran medida a Venezuela del sistema financiero mundial, obligando a las autoridades a recurrir a una variedad de métodos para mover dinero. Los intentos previos de Maduro para​ establecer la primera criptomoneda soberana del mundo, el Petro, han fallado en gran medida, pero la capacidad de​ utilizar otras monedas digitales para pagar a contratistas o acumular reservas podría aliviar​ cierta presión al gobierno.​

Responsables de prensa del banco central y de PDVSA no respondieron a solicitudes de​ comentarios.​

No ha trascendido cómo PDVSA ha llegado a acumular bitcóin o ethereum, y también se desconoce el valor de​ los vales digitales. El productor de petróleo ha tenido dificultades para recibir pagos de los clientes a través de​ canales convencionales debido a que los principales bancos son reacios a hacer negocios con un​a entidad sancionada. El mes pasado, la compañía recibió la mayor parte de unos pagos de US$700 millones en yuanes chinos ya que las partes no encontraron instituciones financieras que facilitaran la transacción.

PDVSA podría mostrarse reacia a vender sus criptomonedas en el mercado abierto porque ello requeriría que la compañía se registre en un mercado y se someta a las diligencias necesarias. En cambio, quiere que el banco central –que, según los responsables de la compañía petrolera, está menos expuesto a posibles bloqueos- use la criptomoneda para pagar a las entidades a las que PDVSA debe dinero. ​

Bitcóin y ethereum usan libros contables descentralizados digitales conocidos como cadenas de bloque ("blockchain", en inglés) para verificar y registrar transacciones. En algunos casos, esto permite transferencias relativamente anónimas sin la necesidad de un intermediario.​

Las criptomonedas han protagonizado un resurgimiento este año tras la crisis de 2018, gracias a las expectativas de una mayor adopción institucional y al plan de Facebook Inc. de introducir su propia moneda. No obstante, las monedas virtuales siguen siendo bastante volátiles. Bitcóin se ha desplomado casi 20% en los últimos cuatro días, ​aunque el alza en lo que va de año es de más de 130%.​

Para protegerse contra el impacto de nuevas sanciones, el Gobierno de Venezuela también está considerando la posibilidad de cambiar a un sistema de mensajes de pagos internacionales operado por Rusia como alternativa al sistema SWIFT, que utilizan la mayoría​ de las instituciones financieras.​

Entretanto, Venezuela se convierte cada vez más en una sociedad sin efectivo, en gran parte debido a la incapacidad del gobierno de controlar la inflación, provocando una aguda escasez de divisas. Actualmente, desde las multas de aparcamiento hasta la propina a un camarero, se paga mediante transferencias bancarias,​ aplicaciones de pago móvil o efectivo en dólares estadounidenses.

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