Casi dos horas de uso y 37 años promedio: el perfil de los usuarios del primer estudio sobre el cierre de calles

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Ciclistas en el borde del río Mapocho.

Pionera investigación de la Universidad Diego Portales y del Cedeus estableció el perfil de los usuarios de estas calles recreacionales.


Calles que se cierran durante algunas horas al paso de vehículos motorizados, autos y buses para que por ellas puedan transitar con plena seguridad personas en bicicleta, patines, skate y otros simplemente caminando o trotando. Se trata de una iniciativa que se ha repetido en distintas comunas del país para fomentar la práctica de actividad física y que según una reciente investigación, no solo ayuda a la cohesión social de las ciudades, sino que también acerca a las personas que participan en ellas a cumplir con la meta mínima de ejercicios que propone la Organización Mundial de la Salud (OMS) de 150 minutos de actividad a la semana.

Según la última Encuesta Nacional de Salud, el 86,7% de la población de más de 15 años en el país es sedentaria (90% en las mujeres y 83% en los hombres).

Rodrigo Mora, profesor de la Universidad Diego Portales y académico del Centro para el Desarrollo Urbano Sustentable (Cedeus) explica que para el estudio realizaron encuesta de 17 preguntas a los participantes de las cinco ciclovías temporales, la iniciativa liderada por CicloRecreoVías, que se cierran el fin de semana en Santiago (Santiago Centro, Andrés Bello, Pocuro, Irarrázaval y La Florida). A partir de esa encuesta lograron conocer la cantidad de tiempo que se ejercitan las personas en estos lugares, con quién realizan esta actividad, qué sectores recorren y cuántos kilómetros se desplazan desde su lugar de origen.

¿Los resultados? En promedio, las personas pasan 113 minutos realizando algún tipo de actividad en las calles cerradas y el 69,1% dice que su estado de salud es mejor o mucho mejor que hace un año. Respecto de los usuarios, la edad promedio fue de 37,1 años y la principal actividad realizada fue la bicicleta con un 68,4%, seguido del trote (17,1%), otros (9,8%) y caminata (3,7%).

Consultados por las principales causas son la realización de actividad física de tipo recreativo, el cuidado de la salud y la entretención (conocer la ciudad de manera diferente).

Lamentablemente, dice Mora, este tipo de iniciativa no tiene un financiamiento por parte del Estado que permita la continuidad en el tiempo ni aumentar su práctica a otras comunas del país.

Consultada sobre esta actividad, la directora de Elige Vivir Sano, Daniela Godoy, señala que el uso de la bicicleta tiene beneficios para la salud física, mental y el medioambiente y existe evidencia de que su uso reduce el riesgo de obesidad y enfermedades crónicas, mejora la calidad del sueño y disminuye las emisiones de dióxido de carbono al ambiente, razones por las que junto a los ministerios como el de Vivienda y Transporte han generado iniciativas que promueven y facilitan su uso. Desde el Estado, insiste Godoy se está trabajando en una política del uso de bicicleta, desde la construcción de estacionamientos cercanos a líneas de Metro.

Sandra Mahecha, deportóloga de la U. Mayor y Clínica MEDS dice que la recomendación actual es de 150 minutos de actividad física a la semana, "recomendados en cualquier numero de días de la semana, pero siempre para la salud y para el cuerpo es "más interesante" que el estimulo sea regular". En términos de efectos de protección para enfermedades y disminución de mortalidad se sabe que "aunque no se llegue a lo ideal de la recomendación, cualquier minuto es mejor que nada", insiste.

Cohesión social

Otro resultado que evidenció este estudio publicado en la Revista Médica de Chile tiene relación con el "uso" de la ciudad. Según Mora, este tipo de actividades también contribuye a la cohesión social de las ciudades, porque permite que personas de comunas social y geográficamente hagan uso del espacio metropolitano (en el caso de las CicloRecreoVía centrales como la de Santiago Centro, Andrés Bello y Pocuro)

"En las ciclovías más metropolitanas, las personas se encuentran con amigos, en las más locales como las de La Florida o Irarrázabal, las personas van con familia, se desplazan menos en kilómetros, actúa más como una plaza de barrio. Mientras que en las otras, se recorren otros espacios de paseo que no se visitan durante la semana", dice Mora.

El circuito de Santiago Centro es el que más personas atrae: lo encuestados provenía de 17 comunas y en promdio, recorrían cinco kilómetros para llegar a ella. Al de Pocuro llegan personas de 16 comunes que recorren poco más de cuatro kilómetros para llegar a ese cierre.

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