Kimche, la innovadora aplicación que permite detectar casos de bullying y deserción escolar

Kimche team

La app cruza diferentes informaciones sobre los alumnos, que permiten predecir un posible caso de abuso. Ya hay cien colegios usando la plataforma.


María -no es su nombre real, sino que un seudónimo usado para proteger su identidad-, faltaba todos los días que llovía al colegio. Al principio nadie notaba que María faltaba todos los días que llovía, hasta que alguien dio la alerta e hizo que su profesor se diera cuenta, fuese a hablar con ella y descubriera que a María la habían echado de su casa el semestre anterior.

Que la echaron con lo que traía puesto, ahora vivía en casa de una tía y solo tenía un par de zapatillas. Su pasaje se inundaba cada vez que llovía y como había repetido varias veces, no tenía pase escolar así que esos días no podía tomar micro, tampoco podía irse caminando porque si lo hacía su único par de zapatillas se estropearían.

Ese "alguien" que alertó a su profesor y permitió ayudar a María no es una persona, sino que es Kimche, "un sistema de alerta temprana que anticipa que anticipa casos de riesgo escolar al integrar toda la información interna del colegio", explica Sebastián Arentsen, cofundador de Kimche.

En Chile en promedio los colegios tienen unos 30 estudiantes y es complicado que el profesor esté pendiente de cada uno de ellos, usualmente son los estudiantes que se portan muy mal o los que lo hacen muy bien quienes más captan la atención de los profesores.

Kimche está pensado para esos alumnos que están en medio, esos alumnos que pasan desapercibidos y que podrían estar sufriendo muchos más problemas de lo que aparentan, pero los profesores -por la gran carga de trabajo que tienen-, no logran darse cuenta.

Lo que hace Kimche es tomar toda la información disponible del colegio: registro de notas, asistencia, características de los alumnos, anotaciones -tanto positivas como negativas-, el nivel socio-económico del colegio, la zona donde está ubicado el colegio y todo tipo de data digital de la que disponga el colegio.

Esta es información que los colegios tienen, pero usualmente ven cada arista por separado ya que cruzar la información para entender mejor a los alumnos no es algo sencillo. Ahí es donde Kimche es crucial: Sus algoritmos están entrenados para cruzar toda la data que reciben y emitir alertas de posibles alumnos en riesgo.

¿Riesgo de qué? De reprobar el año, desertar del colegio o de estar sufriendo bullying. Determinar cuál es el problema exacto del alumno no es trabajo de Kimche, sino que del profesor. La aplicación lo que hace es levantar una bandera roja sobre alumnos que potencialmente podrían entrar en riesgo.

Ahí es donde entra el profesor y toma la información que entrega Kimche, para hablar con los alumnos y determinar qué es lo que está pasando con ellos.

Actualmente Kimche trabaja con casi 100 colegios a lo largo de todo Chile, desde Puerto Montt hasta Iquique y para cada uno de ellos tienen algoritmos únicos. "La visualización es igual para todos, pero los algoritmos están adaptamos dependiendo de la zona geográfica. Un colegio en Puerto Montt, no tiene el mismo contexto socio-económico-cultural que uno en el norte de Chile o en Santiago", explica Arentsen.

De profesor a Kimche

Ni para el colegio ni para los profesores Kimche significa trabajo extra, no hay ninguna información que ellos tengan que completar y todo el trabajo lo realizan desde la aplicación, desde reunir la información hasta cruzarla.

Y si bien esta data está disponible en cualquier momento que los profesores quieran revisarla, también desde Kimche les envían cada martes un comunicado por correo electrónico para avisarles que cierta información se ha actualizado y que hay nuevos alumnos en riesgo potencial.

Los fundadores de Kimche entienden la importancia de la educación y saben que no es un problema exclusivo de Chile, por lo que en abril viajan a Estados Unidos. Han estado en conversaciones con varios distritos del país norteamericano, para aplicar Kimche en sus escuelas.

También saben lo fundamental que es el rol del profesor en la formación de los niños, por eso buscan que a través del apoyo que les brinda su aplicación se conviertan en el Kimche -que significa sabio en mapudungun- de sus alumnos.

"Buscamos que todos los profesores se conviertan en ese Kimche. Que conozcan a sus alumnos, que sepan cada caso y que se comprometan con la vocación de cada uno porque todos los niños son inteligentes, pero son todos distintos. Y una vez que uno entiende eso, les quitamos el techo y (los niños) pueden lograr lo que quieran", reflexiona Arentsen.

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