Nicolás Freire (Ind-PL): “El problema hoy no está en la forma de gobierno que queremos, lo esencial es cómo vamos a reinterpretar nuestra democracia representativa”

Nicolás Freire, cientista político y candidato constituyente por el distrito 13.

Junto con afianzar una participación permanente de la ciudadanía en la nueva Constitución, el cientista político y candidato constituyente de la Lista del Apruebo destaca que para asegurar derechos básicos también "hay que pensar de qué manera vamos a dotar a un Estado más robusto, hay que perderle el miedo al Estado".


“El principio que defiendo es lo que hemos llamado participación permanente, es icónico dentro de la campaña”. Ese es el principal eje de la campaña de Nicolás Freire, candidato constituyente por el distrito 13 (Pedro Aguirre Cerda-San Miguel). Cientista político, doctor en Estudios Latinoamericanos, académico e investigador universitario, Freire estará presente en la carrera constituyente como independiente en un cupo de Partido Liberal en la Lista del Apruebo.

En esa línea de de participación permanente, relata que incluso firmó un compromiso notarial en febrero pasado para comprometerse “con mecanismos de participación e incluso de deliberación ciudadana durante el proceso, en las comunas que hacen parte del distrito”.

¿En qué momento decidió ser candidato constituyente y por qué motivos?

La propuesta llegó por parte de quienes habían sido mis estudiantes en la universidad, que son muy cercanos al Partido Liberal. Llegó justo en un momento donde estaba terminando un proyecto como lo es el doctorado y sentí que efectivamente podía contribuir.

El núcleo de su campaña es la participación permanente. ¿Qué significa ese término y cómo se puede abordar en el plano constitucional?

Nosotros debemos darle valor al proceso, que significa que el proceso sea acompañado y no rodeado como dice el PC. Acompañado de una participación por parte de la ciudadanía que debe ser permanente. Al mismo tiempo, la otra perspectiva de la participación permanente tiene que ver con que debemos darle un lugar a la ciudadanía en el texto, un lugar clave en los procesos de toma de decisiones. Hoy la ciudadanía no participa de las decisiones que toman y creo que esa es la principal demanda. El problema hoy no está puesto en la forma de gobierno que queremos para Chile, lo esencial es cómo vamos a reinterpretar nuestra democracia representativa. Y ahí mi posición es que debemos conservar una democracia representativa, pero con mayores mecanismos de participación ciudadana.

¿Cómo cuáles?

A través de instrumentos como la revocatoria del mandato, el referéndum abrogativo y el referéndum propositivo de ley, que también están en la experiencia comparada en donde la ciudadanía puede participar revocando una ley.

¿Cómo cree que se dará la discusión convencional en torno a incluir estos mecanismos de participación?

Evidentemente hay sectores que de plano rechazan la posibilidad de que la ciudadanía participe y eso creo que no sólo es una muy mala lectura de lo que ha sido el quiebre institucional que tuvimos a partir del estallido social. Al mismo tiempo, refleja posturas añejas que no van de la mano con cómo la democracia representativa ha evolucionado hoy día.

¿Cuál es el piso mínimo que se debe establecer con respecto a los derechos sociales?

Hay una discusión antigua que a nosotros nos parece reciente con respecto a los derechos sociales básicos, y que representan a mi modo de entender el mínimo. Son los derechos sociales en términos de salud, educación, pensiones y en términos de vivienda. Y lo otro es que hay ciertos derechos básicos que tenemos que abordar porque pasan a ser deudas históricas, como viene siendo el derecho a la vivienda. Una manera de interpretar esos derechos con mirada de futuro es abordar el derecho a la vivienda como parte del derecho a la ciudad.

¿Cuál es el impacto que podría generar en la ciudadanía si el derecho a la conectividad digital se incluye en la Constitución?

Hoy el acceso a la información se da principalmente a través de mecanismos digitalizados. Por otra parte, en situación de pandemia estamos viviendo las tremendas dificultades de implementar mecanismos de gobierno electrónico como lo pueden ser aquellos de Comisaría Virtual para una ciudadanía que no tiene acceso a los mecanismos virtuales.

En ese sentido, hay que ver cómo el Estado es capaz no sólo de reconocer esos derechos, sino que también cómo el Estado pretende garantizar el cumplimiento efectivo de los derechos. Eso supone que hay que pensar de qué manera vamos a dotar a un Estado más robusto, hay que perderle el miedo al Estado. No hay Estado que haya alcanzado el desarrollo con las condiciones minimalistas que tiene el nuestro.

Sobre la parte orgánica de la carta fundamental, ¿cómo se debe plantear el rol del Estado y la organización en la Carta Fundamental?

Es indudable que debemos transitar desde la subsidiariedad a un principio de solidaridad, como lo tienen todas las socialdemocracia europeas. Tenemos que tener un Estado que se haga parte, que se haga responsable y partícipe de las desigualdades no sólo en términos económicos, sino que de la desigualdad también en términos territoriales. La orgánica también tiene que ver con una efectiva descentralización, en términos de los poderes y la organización territorial que tiene el país. Hay que discutir fuertemente sobre las autonomías que debe tener los gobiernos sobretodo en las regiones y cómo estos gobiernos inciden en los procesos de toma de decisión de carácter nacional. Por otra parte, creo que debemos transitar a un sistema presidencial, donde el equilibrio de poderes sea mayor y uno de los equilibrios de poderes debe estar reflejado en la segunda cámara.

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