La jueza detrás del caso de Rancagua

La ministra de la Corte Suprema, Rosa María Maggi, investiga desde diciembre del año pasado los presuntos hechos de corrupción detectados en la Corte de Apelaciones de Rancagua.


"El Poder Judicial está preocupado de asegurar la absoluta integridad de los jueces, y para eso es necesario fortalecer al personal para eliminar toda forma de corrupción y eliminar toda posibilidad de infracción a las normas que nos rigen", aseguraba el 30 de agosto de 2018 la ministra de la Corte Suprema Rosa María Maggi.

Lo que entonces desconocía la magistrada era que apenas tres meses después de su exposición en Temuco sería designada por el pleno del máximo tribunal para instruir una de las mayores investigaciones por presuntas faltas a la probidad en el Poder Judicial. La causa, que podría terminar en la expulsión de tres ministros de la Corte de Apelaciones de Rancagua, es indagada en paralelo por la Fiscalía Regional de O'Higgins.

El 3 de diciembre de 2018, Maggi inició la causa contra los jueces Marcelo Vásquez, Marcelo Albornoz y Emilio Elgueta. Y el 26 de abril, tras casi cinco meses de diligencias, ordenó el cierre de la etapa indagatoria contra los jueces implicados, con lo que da paso a la elaboración de su informe final con propuestas de sanciones.

Con 72 años de edad y 48 años de carrera judicial, Rosa María Maggi es calificada como una "ministra de bajo perfil, diligente y con un claro enfoque en materia de familia y probidad". Desde septiembre de 2010 integra la Comisión Iberoamericana de Ética Judicial, que agrupa a 23 países.

Y es justamente a través de esta instancia internacional que la Corte Suprema chilena ha seguido criterios externos para medir el comportamiento de sus miembros. Entre los temas abordados por el organismo se encuentra la participación de jueces en tribunales vinculados a asociaciones de fútbol, la relación que deben mantener los sentenciadores con los medios de comunicación, el uso de redes sociales por parte de jueces y funcionarios del Poder Judicial e, incluso, la participación de magistrados en logias masónicas.

Otro aspecto que destacan en el Poder Judicial es el rol de Maggi en los temas vinculados con menores de edad. Así, en enero de 2017, la jueza encabezó la creación de 12 centros de observación y control de cumplimiento de las medidas de protección para niños y niñas derivados a centros del Sename, a fin hacer un seguimiento a sus casos.

Camino a la Suprema

El 8 de junio de 2009, bajo la administración de la expresidenta Michelle Bachelet, Rosa María Maggi logró su ascenso a la Corte Suprema. Sin embargo, el camino que recorrió para llegar al máximo tribunal no estuvo exento de complicaciones.

Según un acta del Senado de fecha 19 de mayo de 2009, legisladores que debían definir el nombramiento del nuevo supremo que reemplazaría a Marcos Libedisnky no veían con buenos ojos la llegada de la jueza al máximo tribunal, por "no compartir la doctrina jurídica que la señora Maggi había ido construyendo a través de sus resoluciones y fallos", argumentó el entonces senador Jaime Naranjo.

En 2004, la jueza había votado en contra del desafuero del fallecido general Augusto Pinochet, en el marco de la Operación Cóndor. Asimismo, su esposo, el arquitecto Mario Contreras Arbert (77), había sido designado por un tribunal en 2005 como perito encargado de tasar las residencias del exgeneral, en el marco de una investigación del juez Carlos Cerda. Pese a la resistencia inicial, finalmente la ministra Maggi consiguió los votos necesarios para llegar a la Suprema.

A casi 10 años de su ascenso, la ministra Maggi es una de las juezas de mayor antigüedad entre sus pares.Este hecho, incluso, podría llevarla a ser la primera mujer en asumir la presidencia del tribunal más importante del país.

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