La paz en el mundo gay

Marcha por el Orgullo 2018

Durante casi 10 años, la relación entre el Movilh y la Fundación Iguales estuvo quebrada. Eso, hasta la organización en conjunto de la pasada marcha por el Orgullo Gay. Por primera vez las relaciones parecen ir mejorando y las diferencias quedando atrás.


El sábado 23 de junio fue un día histórico para las dos organizaciones de mayor incidencia en la defensa de los derechos de género. Por primera vez, el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) y la Fundación Iguales organizaron de manera conjunta la Marcha del Orgullo Gay.

Los organizadores consideraron que la convocatoria fue un éxito. Según ellos, casi 80 mil personas se sumaron a la marcha, la de mayor concentración desde que se conmemora el Orgullo Gay en Chile. Aunque hubo incidentes por la presencia de contramanifestantes que estaban en desacuerdo con la presencia de ciertas marcas y de personalidades de televisión, eso no alcanzó a empañar la conmemoración.

Una imagen de ese día quedará para el recuerdo de todos los asistentes. Mientras animaban la fiesta en el escenario, Óscar Rementería (vocero del Movilh) y Juan Enrique Pi (presidente de Iguales)se dieron un "piquito de reconciliación" a pedido del público, el cual celebró con aplausos el inédito gesto.

Iguales y el Movilh se unían por primera vez para superar diferencias que por mucho tiempo parecieron insalvables.

El fuego de nuestro espíritu

En 1993, luego del incendio de La Divine, una discotheque gay en Valparaíso, el Movilh decidió instalar una placa para recordar a los 20 muertos que dejó el siniestro. Esa vez, Rolando Jiménez pidió al escritor Pablo Simonetti escribir el mensaje en la animita: "El fuego encendió nuestro espíritu", escribió el futuro dirigente.

Así nació una relación de colaboración entre el fundador del Movilh y quien años más tarde crearía la Fundación Iguales. Jiménez siempre sugería el nombre de Simonetti a medios que necesitaban columnistas que abordaran la igualdad de género.

Algunas personas ligadas al Movilh recuerdan que en una de las tantas marchas que se organizaron a principios de 2011 -cuando se estaba empezando a tramitar la ley de Acuerdo de Vida en Pareja-, Rolando Jiménez cedió el micrófono a Simonetti para hablar sobre la causa. Y que le dieron una medalla reconociendo la ayuda que había prestado a la lucha de las minorías sexuales.

Ese mismo año, tras una entrevista en televisión, el escritor se reunió con el ingeniero Luis Larraín y el abogado Antonio Bascuñán para crear la Fundación Iguales. Los tres decidieron su debut en sociedad: sería el 25 de junio, para la Marcha del Orgullo Gay de ese año. En el Movilh solo había rumores sobre la iniciativa que Simonetti tenía en mente. Según dirían posteriormente, nunca fueron notificados del lanzamiento.

"Le preguntamos a Pablo si era efectivo que iba a lanzar un grupo. Él nos reconoce que sí, pero nos dice 'no se preocupen, que este grupo lo lanzo después de la marcha'", dijo el entonces secretario general del Movilh, Alberto Roa a La Tercera, durante 2013, recordando ese episodio.

Ninguno de los dirigentes históricos de la Fundación Iguales quiso hablar, para no reabrir viejas heridas.

Otra de las cosas que molestaron en el movimiento de Rolando Jiménez es que Iguales realizó su lanzamiento sin mencionar que la marcha históricamente había sido organizada por el Movilh ni que era la misma fecha de su aniversario.

"Lo que te daba a conocer era que no iba a haber mucha confianza con una organización o una fundación cuyos principales líderes no te decían la verdad derechamente", cuenta Óscar Rementería.

En el Movilh se sintieron "ninguneados" por un incipiente grupo de activistas que aparecía frente a la opinión pública como una alternativa de renovación y que parecía desconocer el trabajo que la institución había realizado por más de 20 años.

Esa sensación se profundizaba en las duras críticas que internamente hacían algunos activistas de Iguales sobre una ofensiva en favor de la adopción homoparental que el Movilh llevó adelante durante 2011 y que los primeros consideran irresponsable. Según cuenta una fuente conocedora de dichas tratativas, eso configuró para siempre la fría relación entre el Movilh e Iguales.

Dentro del mundo del activismo por las minorías sexuales, la irrupción de Iguales fue vista con especial atención. Era un grupo de personas que parecían más cercanas a grupos de élite, con mayor capital cultural y eso podía permitir llegar a discutir en mundos en los que el Movilh no tenía mucha representación.

Las diferencias entre ambos grupos estaban a la vista. El Movilh fue creado en 1991, cuando la homosexualidad era ilegal. Sus activistas debían ir a las marchas encapuchados, debiendo soportar varios años de criminalización de la causa por las minorías sexuales, mientras que Iguales nació en un contexto menos hostil. Además, entre sus directores estaba Luis Larraín, hijo de un conocido político y economista de derecha, muy cercano a Sebastián Piñera. Eso siempre fue reprochado a Iguales por algunos personeros del Movilh.

Algunos antiguos colaboradores de Iguales comentan que no se sentían en guerra contra el Movilh. El problema es que no tenían comunicación. Simplemente, parecían ir por caminos separados.

Otro episodio de mucha repercusión pública sucedió en julio de 2012, nuevamente con la Marcha del Orgullo Gay como escenario del conflicto. La Fundación Iguales pidió autorización para realizar una marcha el mismo día que históricamente había pedido el Movilh para manifestarse. Eso fue considerado como una afrenta imperdonable de la institución que dirigía Pablo Simonetti.

"El problema han sido las malas prácticas que desde el primer día inauguraron el quehacer de Iguales y que hemos puesto en cuestión: en ocho meses han tomado las peores prácticas de los partidos políticos y las han instalado en su relación con otras instituciones", dijo en ese momento Rolando Jiménez.

De ahí en adelante, cada vez que ambos grupos pidieron marchar durante las mismas fechas se optaba por medidas salomónicas: cada uno marcharía, pero siempre ocupando distintos espacios y nunca estando juntos.

"Ellos ya tienen su lógica, sus énfasis, sus matices y su manera de hacer las cosas. Y nosotros, los nuestros. Entonces no se produjo una fusión natural. Y puede que sea hasta bueno. Nosotros tenemos un mensaje que es más participativo, más inclusivo. Hablamos menos desde la denuncia y más desde la proposición", diría en esa época Pablo Simonetti sobre el Movilh.

Casi todas las semanas, los lobbistas de ambos grupos se encontraban en el Congreso. pero no había relación entre ellos. Esa distancia se hacía más notoria en la nula interacción que sus autoridades tenían. Derechamente, Rolando Jiménez le negaba el saludo a Pablo Simonetti cuando se encontraban en cualquier lugar. Lo mismo haría posteriormente con Luis Larraín.

Algunos cercanos a Jiménez -quien no accedió a hablar con Reportajes- dicen que su personalidad se explica por la trayectoria que tiene como activista. "Él empezó cuando era ilegal ser gay. Es muy combativo y los años lo han puesto aún más cascarrabias", dicen.

Los pequeños acuerdos que ambas instituciones lograban tenían que ver con indicaciones que eran ingresadas en el Congreso. Por ejemplo, la Ley Antidiscriminación aprobada tras la muerte de Daniel Zamudio en 2012.

La relación del Movilh con el resto de las organizaciones por la diversidad de género era incluso peor. La figura de Rolando Jiménez parece ser sinónimo de conflicto en esa esfera.

"Él ha tenido actitudes muy agresivas contra las lesbianas. En los pasillos del Congreso, descalificarlas, decirles que son flojas y en las marchas avanzar con sus camiones y empujar gente", cuenta la activista y excandidata a senadora del FA Kena Lorenzini.

"Es una herida histórica del movimiento. Ha asentado un poco las bases de lo que es el movimiento por la igualdad de género, que en comparación a otros países es súper segmentado, con poca visión de futuro", dice Michel Riquelme, coordinador ejecutivo de Organizando Trans Diversidades.

En 2016 se creó el Frente por la Diversidad Sexual, que estaba compuesto por Iguales y otras 11 organizaciones sociales. El Movilh nunca estuvo dentro de esta organización.

El factor Pi

"Estos caminos paralelos se debieron a que Fundación Iguales, en sus siete años, tuvo una primera etapa, de consolidarse. Hoy en día podemos empezar a decir bueno, hagamos cosas en conjunto", opina el actual presidente de Iguales, Juan Enrique Pi, quien recalca que nunca tuvo una mala relación con Rolando Jiménez ni con otros personeros del Movilh.

La llegada del exmilitante DC a la presidencia de Iguales, a principios del año pasado, fue un elemento clave para abrir un puente.

"Tiene mayor habilidad para relacionarse con otras organizaciones sociales. Es alguien que se formó en el campo político y sabe cómo erradicar los conflictos. Lo que no pudieron hacer otros dirigentes de esa organización, porque el Movilh no ha cambiado su estructura", dice el vocero de la institución, Óscar Rementería, quien fue compañero de Juan Enrique Pi en la Universidad de Chile.

Las conversaciones para realizar una marcha en conjunto partieron porque ambos grupos pidieron autorización para realizar marchas durante el mismo día. En la sede de Iguales se reunieron Juan Enrique Pi y el presidente del Movilh, Gonzalo Velásquez. Los dos tomaron la decisión de hacer la primera actividad en conjunto y no repetir los errores del pasado.

La Fundación Iguales, a través de su programa "Pride Connection", coordinó la presencia, por primera vez, de empresas en la marcha, como Procter, Uber, Google, Accenture, Deloitte, BCG, Nielsen, SAP y WOM. Dentro del acuerdo estuvo que los logos de ambos grupos fueran visibilizados en la marcha y que compartieran el escenario principal.

"Hemos tenido diferencias en el pasado, que han sido públicas, no voy a ocultar algo que todos vieron. No nos llevábamos bien. La actividad del sábado pasado marcó un cambio en esas relaciones", reconoce Óscar Rementería.

"El poder convocar los dos juntos, con el mismo mensaje, creemos que es una buena noticia y una buena señal para la comunidad. Que finalmente podamos convocar a una marcha que, además, fue la marcha del orgullo más grande en la historia", recalca Juan Enrique Pi.

A los activistas del Movilh e Iguales les cuesta recordar las peleas del pasado. Según dicen, prefieren que esas situaciones se queden atrás y seguir avanzando para seguir con esta unión.

Aunque no hay nada planteado a futuro, sí existe la voluntad de ambos grupos por seguir trabajando juntos. Por lo pronto, uno de los compromisos ya asumidos es seguir con la organización conjunta de la Marcha del Orgullo Gay, la que fue, justamente, el epicentro de las primeras rencillas.

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