Manifiesto de Patricia Muñoz, Defensora Nacional de la Infancia: "Estoy tratando de controlarme en Twitter"

"Nunca he participado de un partido ni pretendo hacerlo. Los derechos humanos son propiedad de cada persona, no son ni de izquierda ni de la derecha. Cuando postulé a este cargo lo hice con la convicción de que este rol implica defender los derechos humanos de los niños y niñas. No me parece que se trate de llevar ese rol a un ámbito político entre dos sectores"


Jugué básquetbol hasta la universidad. No era muy talentosa, pero aprendí jugando con mi papá. El jugó mucho tiempo por el equipo del banco en el que trabajaba. Íbamos mucho a ver partidos. Era un espacio de compartir en familia muy potente. Mis hermanos fueron seleccionados chilenos, pero yo no seguí jugando.

Me gusta Twitter, más de lo que algunos quisieran. Ahora estoy tratando de controlarme y moderarme. Hay gente que te cuestiona sin mayor fundamento y me han dado ganas de responderle: "Oiga, lea esto", o de decir "sabe qué, está hablando cosas que no corresponden". Antes lo hacía, pero ya lo tengo controlado. Me ha costado, eso sí.

El tatuaje es un vicio. Mi hermana me obligó a hacerme mi primer tatuaje. No quería, porque tenía miedo. Nos hicimos el mismo diseño en la espalda. Luego me fui haciendo más. Tengo uno que significa amor en árabe, otro que es estar abierto a los cambios. Y en mi brazo, la flecha de la protección. El último fue el símbolo de Wonder Woman, que lo tengo en la espalda.

Nunca he militado políticamente. Nunca he participado de un partido ni pretendo hacerlo. Los derechos humanos son propiedad de cada persona, no son ni de izquierda ni de la derecha. Cuando postulé a este cargo lo hice con la convicción de que este rol implica defender los derechos humanos de los niños y niñas. No me parece que se trate de llevar ese rol a un ámbito político entre dos sectores.

El proyecto de control de identidad a menores violenta los derechos humanos. El ministro Chadwick tiene superclara nuestra posición y por eso nos oponemos.

No es tan simple lidiar con la exposición. Siempre he pensado que tu trabajo lo haces igual, independiente de si eso se ve en los medios o no. Estoy tratando de aprender a manejarlo. Trato de que la exposición sea solo parte del rol que tengo.

Tenía el sueño de ser la primera fiscal nacional mujer. Creo que el país merece una fiscal nacional que le pueda dar una mirada y un liderazgo distinto. Sigue siendo un sueño, pero mediado por esta nueva experiencia de ser la defensora de la niñez.

Cleo es mi compañera de vida. Llegó a acompañarme en un momento complejo de mi vida, hace cuatro años. Tenía apenas tres meses. Es mi cable a tierra. Me da todo ese espacio de paz, de volver al sentido de lo que soy.

No le tengo miedo a pelear ni al conflicto. Creo que es supersano. En nuestro país nos falta hablar con más transparencia.

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