Hecho con latas recicladas y diamantes: la historia detrás del vestido de Miss Tailandia

Hecho con latas recicladas y diamantes: la historia detrás del vestido de Miss Tailandia

Anne Sueangam-iam vistió tapas de latas como homenaje a sus padres, quienes son recolectores de basura, y a la compleja infancia que vivió a raíz de la pobreza de su familia.


En una de las rondas preliminares del certamen, Anne Sueangam-iam, representante de Tailandia en Miss Universo 2022, deslumbró con un brillante vestido. A los pocos segundos de apreciar la vestimenta, el público reconoció con sorpresa que estaba hecha de tapas de lata con diamantes Swarovski.

Se trata de un homenaje que la candidata realizó hacia sus padres, quienes son recolectores de basura en su país de origen y que la criaron, según contó en su Instagram, “entre pilas de basura y reciclaje”.

El vestido fue elaborado por la marca Manirat y fue apodado como “Vestido de diamantes preciosos ocultos” o “Hidden Precious Diamond Dress”, pues a pesar de que en su confección hay “chapitas” de lata, también están incrustados unos brillantes diamantes, un mensaje metafórico que la pasante decidió mostrar en la competencia.

Hecho con latas recicladas y diamantes: la historia detrás del vestido de Miss Tailandia

Pobreza en Bangkok: la historia de Miss Tailandia

“Este vestido se inspiró en el entorno familiar de mi infancia”, comenzó a contar Sueangam-iam a través de una publicación en su Instagram.

“(...) Fue diseñado a propósito con materiales desechados y reciclados para presentarle al universo que lo que muchos consideran sin valor, en realidad posee su propio valor y belleza”, escribió la candidata que, junto a esta intervención, obtuvo el Premio de Liderazgo en la entrega de Miss Universe.

Y es que Miss Tailandia nació y fue criada en Bangkok con su padre, en un entorno de pobreza e inseguridad. Fue enviada por su familia a un templo budista, donde -según su biografía en el sitio oficial de la competencia- tenía que comer sobras de comida de los monjes, que eran consideradas como desechos.

Sin embargo, esto la ayudó a sobrevivir una parte de su infancia y, después, para poder pagar su educación básica tuvo que recolectar puntos de mérito, donar sangre cada semestre, recoger botellas de plástico y limpiar baños públicos.

“Habiendo superado estos desafíos, Sueangam-iam quiere representar a todos los niños y niñas con entornos menos privilegiados y amplificar sus voces”, se lee en su biografía, donde además indican que actualmente colabora con distintas organizaciones sin fines de lucro para promover el acceso a sistemas educacionales para los niños.

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