Thomas Friedman, columnista y escritor: “La devastación, una vez que salgamos del refugio, será como una bomba nuclear”

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El intelectual estadounidense, autor de bestsellers como La Tierra es Plana y columnista del New York Times, plantea que la crisis del coronavirus está exacerbando los problemas y tendencias del mundo. “Esta es como la prueba de esfuerzo definitiva del mundo: le muestra cuál es la calidad de su gobierno, cuál es la calidad de su sistema de salud pública, cuál es el equilibrio económico de su país y sus empresas y cuál es el nivel de su confianza social”, dice desde Washington D.C. Además, plantea que la salida está lejos y que debemos acostumbrarnos a aquello de “la nueva normalidad”.


Lleva más de un mes de confinamiento en su casa de Washington junto a su señora. Desde su escritorio, y vía Zoom, cuenta a Tendencias que ha podido seguir realizando casi todas sus actividades más importantes. Escribir sus comentadas columnas en The New York Times, reportear las aristas mundiales de la pandemia, leer y sobre todo, pensar. Es lo esencial hoy para este tres veces ganador del premio Pulitzer, entrevistador de los líderes mundiales más importantes a lo largo de sus 40 años de carrera, premiado escritor de libros sobre política internacional, energía y tendencias para el futuro. Su obra más conocida, La Tierra es plana, es un best seller mundial sobre la globalización.

-¿Cómo ve las críticas post Covid hacia el capitalismo global?

-La crítica, antes del Covid, era por la desigualdad. Ahora, yo divido el mundo AC y BC (after y before) antes y después del Corona. La primera regla que veo en la era AC es que se acelera cada tendencia y exacerba cada debilidad. El trabajo y el aprendizaje a distancia, por ejemplo, se están acelerando. Las tensiones sobre el capital global, también, así como las diferencias en ricos y pobres. Pero también exacerba cada tendencia. Esta es, entonces, como la prueba de esfuerzo definitiva del mundo: le muestra cuál es la calidad de su gobierno, cuál es la calidad de su sistema de salud pública, cuál es la calidad de la hoja de balance de su país y sus empresas y cuál es el nivel de su confianza social. Entonces, esto realmente va a exacerbar la desigualdad global de ingresos. Y no serán sólo compañías las que podrán salir mal. Podríamos ver países completamente en default. Tenemos que mirar a Italia, y todavía no hemos visto enteramente el impacto en América Latina. Nosotros tenemos una Reserva Federal. El gobierno puede emitir bonos y la Fed los compra: podemos hacerlo. Pero otros países no tienen esa facilidad. Y además del FMI o alguien que entre, su única opción es imprimir dinero, lo que tendrá enormes implicaciones para su inflación, sus pagos en dólares de las deudas externas. Entonces, va a ser muy, muy estresante, creo, en todos esos temas.

-¿Cómo evalúa lo hecho en términos económicos?

-Lo que hemos hecho (en Estados Unidos) es, básicamente, que mandamos un helicóptero y dejamos caer dinero en el país. Entonces, si usted es una empresa y acepta no despedir a sus empleados, podría obtener este tipo de préstamo a bajo interés que en realidad se convierte en una subvención. Pusimos dos trillones de dólares para estabilizar el país. Pero creo que, en última instancia, debemos pensar en el siguiente paso.

-¿Y cuál es el siguiente paso que se debe tomar?

- El siguiente paso es: ¿en qué invertiremos, no sólo para no cargar con más deuda a la próxima generación de estadounidenses -la generación de mi hija-, sino también dejarles herramientas para reinventar, crecer y ser productivos? Deben ser herramientas de resiliencia, porque tenemos otra tormenta llamada cambio climático. Y el cambio climático es como el coronavirus, no se derrota, continúa. Entonces debemos tener resiliencia y seguir adelante productivamente, y para eso debemos invertir en tres cosas: primero y masivamente, en energía limpia. Debido al colapso en el precio del petróleo, una compañía petrolera puede ganar tanto de un parque solar o eólico como en un campo petrolero en Dakota del Norte. De hecho, soy muy crítico con Trump por intentar apuntalar a la OPEP. Debemos ser inmunes no sólo al coronavirus, sino también a los dictadores petroleros. Deberíamos aprovechar esta oportunidad. Lo segundo es invertir en banda ancha masiva de alta velocidad a las zonas rurales que no están conectadas. Y aquello se volvió importante en esta crisis actual porque no pueden aprender ni trabajar a distancia. La tercera cosa que deberíamos hacer es invertir masivamente en open source maker networks. ¿Qué hemos aprendido de esta crisis? Que no hacemos nada. Estamos esperando que venga el próximo barco de China. Los que han emergido son los maker spaces online, con código abierto, donde la gente hace crowdsourcing en innovación y manufacturas, especialmente para la parte inferior de la pirámide. He pensado estos caminos para ver cómo crecemos en la salida de esto, y no sólo nos salvamos. Pero habrá tantas presiones cuando salgamos… ¿A quién lo rescataron y a quién no? Porque ahora estamos todos refugiados en nuestras casas y todos somos amables, “estamos todos en esto”, pero cuando la tapa se levante, va a haber una explosión.

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-¿Cómo cree que será el mundo después de que todos volvamos a algún tipo de normalidad?

- Una de las cosas más difíciles de entender para algunos sobre esta crisis -y lo ves especialmente en Trump y Bolsonaro- es que es diferente a cualquier otra. Luchamos contra los rusos, luchamos contra los nazis, y se podría decir con suficiente esfuerzo y solidaridad, los vencimos: llevamos a la bancarrota a la Unión Soviética y, con los aliados, derrotamos a los nazis. Pero nunca hemos peleado contra la Madre Naturaleza. Ella es solo química, biología y física. No puedes hablar con ella ni derrotarla. Ella va a hacer lo que la química, la biología y la física le permitan. Y siempre gana al final.

-¿Qué implica esto?

-Digo eso porque sólo hay dos formas de salir de una pandemia. O tienes una vacuna o tienes inmunidad de grupo, cuando que el 60 por ciento de nosotros hayamos tenido el virus. Entonces, incluso cuando hayamos terminado de refugiarnos y volvamos, el virus estará allí. Dicho eso, ¿cuándo vas a dar un paseo en avión? ¿Cuándo vas a ir a un restaurante? ¿Cuándo vas a ir al cine? ¿Cuándo vas a tomar el metro? Y para la economía, e incluso cuando hayamos hecho esas cosas, no se terminará. Estaremos operando alrededor del 60 por ciento. Eso es especialmente grave en Estados Unidos, donde el 70 por ciento de nuestra economía es por alto gasto. Eso no se condice con el hecho de que el 40 por ciento de los estadounidenses no puede recaudar cuatrocientos dólares en caso de emergencia. Y que el veinticinco por ciento vive cheque a cheque. Entonces, la devastación, una vez que salgamos del refugio, será como una bomba nuclear. Y la Madre Naturaleza todavía va a estar allá afuera derribando personas. Entonces, no hago predicciones. Entender esto, y el cambio sicológico que va a requerir es tan profundo. Y muchos no lo están entendiendo. Partiendo por Trump: “Voy a abrir el 1 de mayo. Yo decido. Yo estoy a cargo”, son sus frases. Pero la Madre Naturaleza ni siquiera sabe su nombre. Él pensaba que si los mercados iban para arriba, él estaba bien. Pero mientras él miraba los mercados, la Madre Naturaleza estaba -invisible, inexorable y exponencialmente- esparciendo el virus. Hay que ser humildes, y ver esto semana a semana.

“¿Qué hemos aprendido de esta crisis? Que no hacemos nada. Estamos esperando que venga el próximo barco de China”.

Thomas Friedman

-Por las consecuencias económicas graves, hay un gran debate en cómo equilibrar, en esta salida gradual, salud y economía. ¿Qué piensa?

-Fui el primer columnista en escribir sobre eso, hace varias semanas. Y tuve un gran reacción en contra. La gente estaba realmente enojada. ¿Cómo te atreves, neoliberal?, me decían. Y yo sólo estaba diciendo: tenemos que pensar en esto.

-¿Qué se hace?

-Tenemos que ir a lo que uno de mis maestros, el Dr. David Katz, llama total minimización de daños. Hacer el mínimo daño a las personas y a la economía, esa es la meta. Y es muy difícil porque, una vez más, si una pandemia sólo termina con una vacuna o inmunidad colectiva, estamos hablando de buscar el término medio. Y la única forma de hacerlo es a través de un enfoque estratificado de riesgo, donde se realizan test masivos. Un amigo mío habla de dividir el mundo entre Coronians y Covidians.

-¿Cuál es la diferencia?

-Coronians son personas que han tenido el virus y que ahora son inmunes. Los otros son personas que aún pueden contraer el virus y están en riesgo. Básicamente, usted quiere saber al testear quién es inmune, quién lo tuvo y se recuperó, quién lo lleva y no lo sabe porque es asintomático y quién es todavía vulnerable. Ese testing de vigilancia es muy importante. Y luego puedes tomar el riesgo de estratificar la vuelta al trabajo en fases. Las personas que ya son inmunes o jóvenes que es probable que no se vean gravemente afectadas por el virus, los envías de regreso al trabajo en las áreas de mayor necesidad, distribución de alimentos, actividades bancarias, cosas que mantienen la economía en marcha. Y luego avanzas lentamente sabiendo que el virus todavía está ahí afuera y todavía tienen que usar máscaras, practicar todo el distanciamiento social que puedan. Ese es el nuevo “normal”. Y el nuevo normal estará con nosotros hasta que haya una vacuna. Y los más vulnerables, aquellos de 60, 70 -yo tengo 66- y más, tendrán que ser muy, muy cuidadosos, y tal vez mantenerse recluidos.

-¿Hasta que haya vacuna?

-¡Exacto! Y estamos tan acostumbrados a preguntar: ¿La tormenta ya pasó? ¿El virus ya pasó? ¿La recesión ya pasó? Es la mentalidad. Pero puedes pensar así cuando luchas contra todo, menos contra la Madre Naturaleza.

-Algunas personas piensan que después de esta crisis global, el mundo va a desarrollar más cooperación y será mejor. Otras piensan que esto es muy ingenuo, que el mundo y las personas van a ser igual de egoístas e individualistas. Y que será sólo una fase.

-Bueno, vas a ver las dos actitudes. Vas a ver a China escondiendo su responsabilidad y sin contar todo sobre cómo partió el virus, y muy centrada en sí misma. Y a la vez verás increíbles actitudes de generosidad. Y existirá uno al lado del otro. Y no sé qué pasará. En mi experiencia como periodista, en 40 años, los errores más grandes que cometí fueron cuando comencé una columna o una noticia con esta oración: el mundo nunca será el mismo -se ríe-. Así es que siempre tengo mucho cuidado. Esa es una frase peligrosa, peligrosa. Ahora, el mundo se verá realmente afectado por esto. Pero piensa en esto: tuvimos una pandemia como esta en 1918, la llamada gripe española. Y mató algo así como de el tres al cinco por ciento del mundo, si no más. Pero aquí estamos hoy, hablando.

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-¿Cómo describiría la situación en su país ahora y cómo cree que el coronavirus afectará la política estadounidense en el futuro?

-Es difícil porque todo depende de cómo siga esto. Así que te daré dos escenarios. Uno es que volvemos eventualmente al trabajo porque los gobernadores y alcaldes han hecho un buen trabajo haciendo más test, y luego dos trillones de dólares en estímulo comienzan a funcionar, alrededor de octubre. ¡Podrías volar el techo del mercado de valores! Pero te daré otro escenario: volvemos al trabajo, pero la gente sigue enfermando. La pandemia aparece por aquí, baja por allá. Jugamos a pillarla, la economía realmente no se recobra. El mercado de valores se detiene y Trump está fuera.

“Entonces, depende de cómo manejemos el virus de aquí en adelante. Sin embargo, de lo único que estoy seguro es que necesitamos un gobierno de unidad nacional porque el estrés en torno a la equidad y a las libertades civiles va a ser enorme, por toda la tecnología y vigilancia que necesitamos. Después del 11 de septiembre, queríamos saber al subirnos al avión si la persona sentada a nuestro lado no llevaba una bomba. Ahora queremos saber que no lleva un virus: no subiremos a un avión hasta que lo sepamos. Bueno, eso implica seguimiento, vigilancia a través de apps, credenciales. Las preguntas sobre las libertades civiles que surjan de esto también serán extremadamente difíciles”.

-Especialmente porque países como China han usado la tecnología para vigilar…

-Claro. Estoy siguiendo de cerca ahora a China, Corea del Sur, Singapur, Hong Kong. ¿Por qué? Porque estoy viendo países que tienen muy buena gobernanza en el sentido de que pueden gobernar adecuadamente. Y también son autoritarios o con inclinaciones autoritarias. Entonces, si ellos han tenido problemas volviendo al trabajo, cómo podrá ser para Chile o Estados Unidos.

“¿En qué invertiremos, no sólo para no cargar con más deuda a la próxima generación de estadounidenses -la generación de mi hija-, sino también dejarles herramientas para reinventar, crecer y ser productivos? Deben ser herramientas de resiliencia, porque tenemos otra tormenta llamada cambio climático”.

Thomas Friedman

- ¿Cómo ve a Sudamérica luchando con el coronavirus? ¿Y qué impresión se llevó de Chile en su última visita, que fue justo antes del estallido social?

- Bueno, si tuviera que elegir ser un país en América Latina, sería Chile, por supuesto. Porque en una crisis como esta quieres estar en un país con un Estado profundo, con una sólida burocracia meritocrática. No es perfecto. En ninguna parte hay un país perfecto. Estados Unidos no lo es. Pero Chile tiene un largo historial de haber construido una gobernanza decente. Y creo que eso será realmente útil en el futuro.

-¿Y en relación al resto de la región?

-Miro a Brasil y estoy aterrorizado. Veo a un negacionista del cambio climático, y ahora un negador de virus, que dirige el país… Parece que la única esperanza para Brasil es la inmunidad colectiva. Eso se derramará por todo el continente. Me preocupo mucho por eso. Pero veo a Brasil y Chile como los dos polos. Un país tan grande como Brasil, si no hace las cosas bien, realmente puede afectar a todo el continente. Y por eso temo por los países en desarrollo, porque realmente los recursos que necesitas para manejar y salir de esto son profundos. Y los impactos si es que tienes que optar por la inmunidad colectiva. La cantidad de personas que morirían por eso...

-¿No es eso algo darwiniano lo de la inmunidad grupal, la sobrevivencia del más fuerte?

-Claro. La Madre Naturaleza utiliza muchas herramientas para resolver la supervivencia del más apto. Así es como tú y yo llegamos aquí, porque todos nuestros parientes sobrevivieron a múltiples epidemias, incendios forestales e inundaciones, olas de calor y tormentas de nieve. Y ella siempre nos manda cosas para decir quién puede sobrevivir y quién no. ¿De quién será el ADN de la próxima generación, si unos sobrevivieron y otros no? Esta pandemia es la primera experiencia global con esto. En los viejos tiempos, si Chile tenía una inundación y yo tenía un incendio forestal, no le prestaba tanta atención. Pero ahora, te reitero, la Madre Naturaleza tiene el mundo entero en sus manos. Está haciendo un test de esfuerzo en todo el mundo sobre quién tiene los genes, las aptitudes físicas y aquellas para gobernar, para sobrevivir a esta pandemia, y pasar su ADN a la próxima generación. Así es como funciona. Y por eso, he dejado mis libros de ciencia política y he retomado un libro que escribí en 2008, que se llama Hot, Flat and Crowded, que es sobre la naturaleza. Sé que escribo sobre esta pandemia desde un lugar distinto, pues lo hago desde mi interés en el mundo natural. Eso me hace ser humilde frente a lo que pueda pasar.

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