Cartas al Director

¿Adiós a los toldos azules?

¿Adiós a los toldos azules? Dragomir Yankovic/Aton Chile DRAGOMIR YANKOVIC/ATON CHILE

SEÑOR DIRECTOR:

Esta semana se desplegó una vez más un fuerte copamiento policial de varias calles del Barrio Meiggs en la Estación Central. Lo anterior, responde a un plan del Ministerio de Seguridad para lograr la recuperación forzada y la normalización progresiva de este sector de la capital que desde hace ya un buen tiempo ha mostrado graves signos de deterioro urbano, delincuencia violenta y control de las calles por grupos de criminalidad organizada. Esto es grave para los vecinos y personas que viven, comercian y circulan por ahí, pero también porque impacta directamente en la percepción que tenemos de que hay ciertos sectores en los que no hay Estado y que la delincuencia tiene el control.

Existe suficiente evidencia de que la alta presencia policial en una zona produce efectos acotados respecto del control de la delincuencia. Cuando se incrementa el patrullaje en una zona determinada se suele observar la disminución de los delitos y crímenes en torno a ese espacio y aumenta la sensación de seguridad, pero también se sabe que estos efectos se diluyen rápidamente en cuanto la vigilancia policial se retira. Lo mismo pasa con la evaluación que hace la comunidad de estas medidas: mientras permanece el copamiento quienes viven en esta zona declaran sentirse más seguros, pero en cuanto se retira la presencia policial y vuelve todo a la situación anterior, la frustración también retorna y con más inseguridad.

Por lo anterior, el ministro Cordero tiene razón cuando advierte que lo hecho esta semana será una de las etapas de un plan de normalización progresiva del sector. La presencia de los conocidos toldos azules es un problema en sí misma, pero es el resultado de la operación de organizaciones criminales que hacen lucrativos negocios en el sector. Tienen bodegas, empleados, cuentas bancarias y mercadería de origen ilícito que responden a una estructura consolidada de control territorial.

Por lo tanto, para que podamos despedirnos de los toldos azules tenemos que perseguir y controlar la delincuencia organizada que los sustenta, debemos abordar el problema desde sus múltiples aristas tanto financieras, tributarias y aduaneras. A lo anterior, se debe sumar una intensa persecución penal. También se debe trabajar con la comunidad de manera que los vecinos se sientan seguros de denunciar y colaborar con esta tarea. Sólo así y probablemente en un buen tiempo más podremos despedir definitiva a los toldos azules del barrio Meiggs.

Francisca Werth Wainer

Abogada

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