Licencias médicas

SEÑOR DIRECTOR:
El sistema de licencias médicas en Chile combina fallas estructurales y deficiencias operativas. El marco de incentivos asegura la renta imponible completa del trabajador, mientras el control se encuentra fragmentado y débilmente supervisado. La Superintendencia de Seguridad Social (Suseso) no ha asumido un rol rector, y tanto la Compin, como Isapres y Fonasa operan bajo criterios distintos.
El resultado: sobreutilización, abusos y fraude. En una década, el número de licencias aprobadas creció 1,9 veces y los días pagados 2,1 veces, llegando a 16 días por cotizante al año, e incluso 25 en algunos sectores.
El desorden quedó en evidencia tras un informe de Contraloría, que detectó a cerca de 25.000 empleados públicos utilizando licencias médicas para viajar al extranjero mientras mantenían su salario íntegro.
Forzada por esta situación, la Suseso emitió una circular para que la Compin e Isapres sancionaran a quienes aparecían identificados en el informe. Sin embargo, la Compin alegó que esa información no era suficiente y exigieron certificados adicionales de la PDI, requisito absurdo e impracticable que bloquea la aplicación de sanciones y protege a infractores.
En lugar de corregir irregularidades, estas instituciones perpetúan un esquema que normaliza el fraude y erosiona la confianza ciudadana. El problema excede la detección de los viajan con licencia: apunta a un sistema mal diseñado, con organismos que actúan bajo criterios contradictorios.
Mientras no exista coordinación y responsabilidades claras, los abusos persistirán. Y un instrumento concebido como protección laboral y social seguirá siendo un beneficio distorsionado, financiado con recursos de todos.
Héctor Sánchez Rodríguez
Director ejecutivo Instituto de Salud Pública UNAB
COMENTARIOS
Para comentar este artículo debes ser suscriptor.
Lo Último
Lo más leído
1.
2.
4.
Contenido exclusivo y análisis: suscríbete al periodismo que te ayuda a tomar mejores decisiones
Oferta Plan Digital$990/mes por 3 meses SUSCRÍBETE