Para luchar y colorear: el libro de actividades feminista

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Diseñar camisetas feministas, emparejar al misógino con la barbaridad que dijo y vestir a una muñeca de papel como se te dé la gana, son algunos de los ejercicios que presenta El libro de actividades feminista. La ilustradora británica Gemma Correll explica que lo creó para abordar el tema de una manera sencilla y lúdica, y además "para disipar la idea de que las feministas no tenemos sentido del humor".


"¿Eres feminista? ¿Crees que todo el mundo es igual, sea cual sea su género?", son las preguntas que dan la bienvenida a El libro de actividades feminista, texto interactivo ilustrado por Gemma Correll (1984, Suffolk, Reino Unido) y publicado en Chile por Ediciones B. Para quien no sepa responder de buenas a primeras, en las siguientes 68 páginas se repasan términos como androcentrismo, heteronorma y patriarcado, a modo de crear una idea más completa de qué es el feminismo y cuáles son sus luchas.

"Quería hacer un libro divertido. Hay muchos otros libros sobre feminismo escritos por personas que saben mucho más que yo. Quería crear algo lúdico y bastante simple. También lo hice para disipar la idea de que 'las feministas no tienen sentido del humor'", explica la artista británica. Además, Correll aclara que aunque el ejemplar "es simple y divertido, investigué todos los hechos e ideas del libro para asegurarme de que fuera preciso".

En las primeras páginas El libro de actividades... presenta un abecedario feminista, en el que la A es activismo, la K es Kahlo y la V es de vagina. Luego, hace un pequeño repaso por la historia del feminismo, que comienza a fines del siglo XIX, con las primeras oleadas de luchas feministas, centradas en el sufragio y el derecho a la educación.

Luego, el libro introduce al Test de Bechdel, un indicador que se usa para las películas y producciones audiovisuales, a modo de medir si la cosmovisión femenina está representada o no en un filme. "Para que una película supere el test debe mostrar por lo menos a dos mujeres hablando entre ellas de algo que no sea un hombre", explica el ejemplar y pone como ejemplos a las cintas Thelma y Loiuse (Ridley Scott, 1991) y Despistados (Amy Heckerling, 1995). Luego, deja numerosos recuadros vacíos para completar; películas como Frozen y La chica del tren podrían rellenar estos espacios.

​Correll es autora de cerca de 20 títulos, algunos de ellos son interactivos al igual que El libro de actividades feminista, como es el caso de Garabatos para locos por los gatos y Gabarabatos para locos por los perros (ambos de 2016). También ha publicado libros para niños y cómics. Además, ha trabajado para medios como The Observer y The New York Times.

—¿Habías trabajado anteriormente sobre temas feministas?

—Había hecho unos cómics que estaban vagamente relacionados con ideas feministas. Cosas como un cómic tonto sobre las formas del cuerpo y burlarse de ciertas "brillantes" revistas de mujeres. Este libro tiene una mirada más profunda y directa al feminismo y sus conceptos, pero todavía tiene la sensación de un cómic.

—¿Cómo ha afectado el machismo tu vida?

—En lo profesional, he experimentado muchos trolling recientemente -comentarios de odio, muy misóginos-, en mis páginas y redes sociales. Es molesto, a veces me hace sentir que debería dejar de crear porque me causa mucho estrés, pero sería dejar que los trolls ganaran y no estoy dispuesta a hacer eso.

"En mi vida personal, he sufrido por el catcalling o comentarios groseros de los hombres en la calle, que creo que casi todas las mujeres han experimentado. Puede que no parezca la gran cosa (algunas personas dicen que es un cumplido, pero no estoy de acuerdo, un cumplido no debería hacerte sentir incómoda), pero puede ser aterrador, especialmente si eres joven. Hablar con mujeres así o invadir su espacio es una manera de reafirmar el control y refleja a hombres que se piensan mejor que las mujeres o más dueños del espacio público que ellas".

—En tu opinión, ¿qué problemas debería visibilizar más el feminismo hoy?

—El feminismo incluye muchas problemáticas distintas y algunas son más visibles que otras. Creo en el feminismo interseccional, considerando la forma en que la raza, la clase, la etnia, la religión y la orientación sexual influyen también en la manera en que las mujeres experimentan la opresión y la discriminación. Ciertamente, es más común que las preocupaciones de las mujeres blancas se tomen más en serio que las de las mujeres de color y necesitamos cambiar eso.

En una actividad que simula a las de los libros de matemáticas, Correll plantea: "El profesor da manzanas en una clase como recompensa por hacer los deberes (Es algo rarito). Dave recibe 100 manzanas por hacerlos; Daniela recibe 77 manzanas por hacelos; Denisse, que es afroamericana, recibe 68 manzanas; Daya, que es hispana, recibe 58 manzanas y Doris, que es discapacitada, recibe 22 manzanas. ¿Es justo?"

Correll, que actualmente reside en California, cuenta que tanto en EEUU como en el Reino Unido el feminismo es un tema recurrente de debate, "se ha convertido en un tema más corriente y menos académico, lo que significa que es más accesible a todo el mundo". Además, cree que el feminismo ha ganado tantos adherentes en los últimos años porque los distintos países enfrentan tiempos de incertidumbre, "por ejemplo, el Brexit o las polémicas raciales en EEUU, han hecho que la gente se comprometa más con temas sociales, como es el feminismo".

"Empareja al misógino con la barbaridad que dijo", es otra de las actividades del libro. Donald Trump se hace presente con una frase que dijo en una entrevista a Esquire en 1991: "Da igual lo que los medios digan, siempre que tengas un joven y lindo pedazo de trasero a tu lado". Además también hay una muñeca de papel para vestir que exclama: "Dibújame tatuajes si quieres... y hazme tan o tan poco peluda como quieras. Puedo vestir lo que me dé la real gana".

—¿Cuál es el mensaje que deseas transmitir con este libro?

—Quiero compartir algunos hechos que la gente tal vez no conoce (por ejemplo, que la brecha salarial entre hombres y mujeres es mayor para las mujeres negras que para las mujeres blancas) y presentar ideas más conocidas de manera divertida. ¡Quiero transmitir el mensaje de que se puede ser feminista y tener sentido del humor!

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