Disney recorre su historia en nuevo espectáculo sobre hielo

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Los protagonistas de la saga Toy story también son parte del montaje.

En El Maravilloso Mundo de Disney on Ice, que llega a Chile en agosto, cerca de 50 patinadores recrean en escena películas que van de Blancanieves a Frozen.


"¿Quién es ese, mamá?", pregunta una niña de no más de cinco años, mientras en la pista de patinaje del Luna Park, el legendario recinto de espectáculos de Buenos Aires, Scar, el villano de El Rey León (1994) hace su entrada. La pregunta, además de hacer sentir viejo a cualquiera que haya nacido antes de 2008, evidencia las diferencias generacionales que se pueden vivir en El maravilloso mundo de Disney on Ice, el último show de la prestigiosa franquicia que lleva el mundo de Mickey Mouse al patinaje sobre hielo, que debutó el viernes en la capital Argentina, en la antesala de lo que serán sus shows en Chile entre el 4 y el 12 de agosto en el Movistar Arena.

Pero si bien la pequeña no estaba al tanto de los detalles de la ya clásica historia de Simba y compañía, al final de la sección destinada a la cinta también queda demostrada la capacidad del espectáculo para contagiar entusiasmo en los más pequeños, y cuando Simba y los demás se despiden la misma niña exclama a todo pulmón "Hakuna Matata".

Lo mismo se repite en otras secciones del show. Aunque los más pequeños probablemente no estén tan familiarizados con una historia como Blancanieves, se arman espontáneas súplicas entre el público pidiéndole a la princesa que no muerda la manzana envenenada, así como fuertes aplausos cuando el príncipe logra revivir a su amada. La reacción frente a Aladino también es al comienzo más curiosa que eufórica, pero al final de su elaborado número musical junto al Genio no hay nadie en el Luna Park, sin importar su edad, que no esté vitoreando con una sonrisa en el rostro.

El maravilloso mundo de Disney on Ice se presenta desde el principio como un espectáculo multigeneracional, dispuesto a entretener a niños y adultos. En sus poco más de dos horas de duración -incluyendo un intermedio de 15 minutos- los 47 patinadores que conforman el show repasan múltiples épocas de la compañía de entretenimiento, desde su primera cinta animada y los últimos grandes clásicos en usar la técnica "lápiz y papel", pasando también por la era de Pixar y los nuevos éxitos de animación computarizada. Tampoco parece coincidencia que varios de los títulos utilizados en el show tengan un remake o secuela a la vuelta de la esquina.

Todo parte con Mickey, Minnie, Donald y Goofy en escena, introduciendo un viaje a través de los recuerdos de los personajes, quienes en un cofre encuentran un álbum de fotos que los hace repasar sus historias favoritas. Rápidamente la acción se traslada a África, donde Rafiki presenta la historia de El Rey León, cuya historia es resumida casi en su totalidad a través de números de patinaje musicalizados por la excelente banda sonora de Hans Zimmer y Elton John. De ahí es el turno de la heroína Blancanieves, la primera princesa Disney, acompañada de los siete enanitos. Aladino, con clásicos musicales como "Un mundo ideal", además de un elaborado desfile liderado por el Genio, terminan también conquistando los aplausos del público. Pero si ese trío de presentaciones no estaba necesariamente en la retina de los más chicos antes de verlos sobre el hielo, Ariel y Sebastián de La Sirenita sí resultan evidentemente reconocidos por los presentes, que los reciben con entusiasmo mientras cantan "Bajo el mar". La primera mitad del show la cierra Rapunzel y la historia de Enredados (2010), otro favorito de los niños, sobre todo cuando a ella se suman cameos de princesas de todas las eras de Disney.

Tras el intermedio, la segunda parte guarda las secciones más celebradas: una breve introducción con personajes de Toy Story da paso a Buscando a Dory (2017), aún fresca en la memoria de los niños (los oídos adultos más atentos notarán que buena parte de la sección está musicalizada por Solsbury Hill de Peter Gabriel). Finalmente el clímax está a cargo de la única historia que puede cerrar un show así en la nota más alta: Frozen, el mayor éxito de la compañía en el pasado reciente, que desata la euforia del público infantil con cada canción, sobre todo con "Libre Soy", que genera un coro masivo. Por algo es la sección más extensa del espectáculo.

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