Bret Easton Ellis dispara contra los millenials: “Me irrita que tengan una obsesión constante con sentirse oprimidos, que todo conspira contra ellos”

El escritor californiano dio declaraciones a El País, de España, a propósito del lanzamiento en castellano de su volumen de ensayos Blanco, hecho por encargo al ser considerado "la voz de una generación". También tuvo palabras para la vida en cuarentena y para sus compañeros de generación, como Jonathan Franzen, David Foster Wallace, de quienes dijo "les encantaba la publicidad”.


Si hay un escritor que ha logrado consolidar un estilo propio ese es el estadounidense Bret Easton Ellis (56). Considerado un ícono literario para la noventera “Generación X”, junto a David Foster Wallace o Chuck Palahniuk, recientemente dio una entrevista para el periódico El País, de España, donde se despachó unas declaraciones muy a su manera. Todo en el contexto del lanzamiento de Blanco, su primer volumen de ensayos que acaba de salir traducida al castellano bajo la etiqueta Mondadori (Literatura Random House).

Homosexual, vive con su pareja, Todd Michael Schultz, 22 años menor que él. Lo más irónico del asunto, es que siendo su pareja un joven millenial, Easton Ellis no es precisamente alguien que le tenga mucha simpatía a esa generación. De hecho, en Blanco, los bautiza como "Generación Cobarde”, ¿por qué razón?

“Porque vivo con uno de ellos. Con él y con tres Alexas: una en el despacho, otra en el salón y otra en la habitación. Mi novio es tan vago que es incapaz de buscar programas en la televisión o hacer cualquier cosa sin pedírselo a Alexa. Me irrita que los millenials tengan una obsesión constante con sentirse oprimidos, con que todo conspira contra ellos por su sexualidad, por su color de piel, o por su cuerpo … Y como ser una víctima es muy triste, todo el mundo siente empatía y compasión por ellos. Es un círculo vicioso. La vida está en contra de ellos como está en contra de todos. ¡Lucha contra ella!”, explicó el californiano.

Incluso, señaló que la generación millenial ha estado tan sobreprotegida “que los ha convertido en jóvenes deprimidos y con tendencias suicidas”. Y no contento con ello, puso un ejemplo: “Fíjate en Billie Eilish, una artista cuya música no me interesa para nada, pero cuya figura he querido entender. Con 18 años ha arrasado en los Grammy. Y entonces te pones a leer sobre ella y cuenta que toda su vida ha estado deprimida, que se ha planteado el suicidio, y que no ha conocido un instante de alegría. No la entiendo. ¡Y es una historia normal para su generación!”

“Y entonces es cuando te preguntas si la escasa producción de buenas películas, música y novelas de esta generación no se debe a este hecho”, remató.

"Me consideraban ‘la voz de una generación’”

Consultado sobre el origen de Blanco, Bret Easton Ellis señaló que fue un encargo de su editor y su agente literario. “Querían que recopilara mis trabajos de no ficción de los últimos 35 años. Los empecé a leer y me di cuenta de que eran terribles. Recuerdo uno especialmente largo para Rolling Stone. Me lo encargaron porque me consideraban “la voz de una generación”. ¡10.000 palabras! Creí que era maravilloso. Hoy lo que me asombra es que alguien llegara a publicar eso. Es malísimo".

“Pero dándole vueltas, alguien me dijo que las introducciones a mi podcast eran pequeños ensayos. Y de ahí surgió la idea del libro, porque había una coherencia temática. Yo nunca voy a escribir mis memorias. No me interesa contar mi vida amorosa o mi relación con mis padres. Pero esto era distinto: es la opinión de alguien nacido en los años sesenta, que ahora es un ex de la Generación X y habla de cómo ha cambiado la cultura”, añadió.

La cuarentena con un millenial

¿Cómo ha pasado Easton Ellis la cuarentena? “Mi vida no ha cambiado mucho. Ya antes del confinamiento me pasaba el día en casa y mantenía la distancia social. De hecho, los tres primeros días fue un alivio eso de suprimir reuniones. Para mi novio, que es un milenial adicto a las redes sociales, y se pasa todo el día jugando a videojuegos, tampoco creo que haya supuesto un gran cambio”, relató el autor de American Psycho.

Este escenario de encierro forzado pareciera ser ideal para un escritor. Donde las ideas pueden aparecer de manera prístina. Pero Bret Easton Ellis no lo cree tan así: “No puedes obligarte a escribir una novela. Surge de manera natural y es un gran esfuerzo. Es como dar a luz. Llevo 15 años trabajando en mi nuevo proyecto, y no soy capaz de escribir dos frases al día. Escribo un poco, leo algo en Internet, me veo un vídeo porno, me meto en Twitter, vuelvo a ver otro poco de porno, leo… Ese es mi proceso creativo”.

“Tanto a Franzen como a Foster Wallace les encantaba la publicidad”

Inevitablemente, el autor de Los confidentes tuvo palabras para sus coetáneos de generación y de la relación que todos los que conformaban ese grupo tenían con el reconocimiento y la fama. En los 90′s, Easton Ellis era tan conocido y respetado como Kurt Cobain, Layne Staley o Madonna. Pero él parece no haberlo visto.

“Me gustaría haberlo disfrutado. Me gustaría haberme dado cuenta de que la gente pensaba eso de mí. Desgraciadamente, estaba demasiado perdido en mis problemas personales. Nunca me fie de mí, ni de la fama, ni de mi prestigio. Tienes que comprender que, cuando tú me veías como una estrella de rock, yo estaba sufriendo ataques durísimos de la crítica y de las feministas. De todos modos, creo que Jonathan Franzen, David Foster Wallace, Dave Eggers o Chuck Palahniuk también disfrutaron de ese estatus”, señaló.

De todos los escritores noventeros estadounidenses, Easton Ellis era que mejor relación tenía con los medios. Él no lo elude y lo explicó así: “Tal vez porque yo nací en Los Ángeles, y los padres de mis amigos trabajaban en medios de comunicación, así que para mí fue más sencillo. No me ponía nervioso o sentía ansiedad cuando me entrevistaban en un plató de televisión”.

Incluso, el californiano se permitió cuestionar el modo de ser tan esquivo y reacio de Franzen y Foster Wallace: “Los escritores somos unos seres sedientos de fama y reconocimiento. Tanto a Franzen como a Foster Wallace les encantaba la publicidad, ansiaban ser famosos como cualquier otro escritor. Si lees las memorias de las parejas de Foster Wallace comprenderás que era un tipo incapaz de enfrentarse a los medios de comunicación debido a sus inseguridades”.

“Cuando uno se suicida con una escenografía como la de Foster Wallace, colgándose con el manuscrito de su novela inacabada a sus pies, es porque le preocupa su reputación y el qué dirán. Y a mí mi reputación me importa una mierda. Muchas veces me preguntan por qué hago o digo algo. Pues mira, porque me da la gana”, agregó.

Blanco ya se encuentra disponible en librerías virtuales, como en Buscalibre.

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