Vamos los dos: Manuel García y su orfeón de Macondo

El cantautor lanza el single Vamos los dos, parte de su próximo álbum, para el que llegaron más de 600 colaboraciones. Finalmente, seleccionó 82 músicos de distintas partes del planeta para grabar en cuarentena una suerte de manifiesto de cómo nos relacionamos en estos días confusos.


¿Cómo diablos hiciste esto? Manuel García ríe. Tampoco lo tiene muy claro, cuánto tiempo tomó para él y su equipo montar “Vamos los dos”, canción escrita por el artista de Arica en este periodo de reclusión tras observar a sus hijos adolescentes alejados de sus parejas y los efectos de esta separación obligatoria.

Entre la convocatoria hecha por redes sociales y el resultado final que se estrena mañana a partir de las 00.00 horas en Spotify y otras plataformas musicales, pasó cerca de un mes. “Apareció esta canción por el contexto que estamos viviendo con todos conectados a través del teletrabajo. Era el momento pertinente, el momento emocional. Lo que no planifiqué fue la participación de tanta gente”, admite.

Es cierto. Podría ser un tema más en un disco aún sin fecha que ya tiene título -Caminante- con sencillos de adelanto, las reversiones junto a Silvio Rodríguez de “El viejo comunista”” y Mon Laferte en La danza de las libélulas”, pero “Vamos los dos” contiene cifras dignas de récord: más de 600 artistas reaccionaron al tema provenientes de México, España, Colombia, Argentina, Brasil, Estados Unidos, Ecuador, Perú, Puerto Rico, Cuba, Guatemala, Francia, Suecia, Italia, Suiza y Chile.

Se seleccionaron 82 músicos entre voces e instrumentos, quienes devolvieron la pieza con su propia versión. “El gran collage o mosaico lo hizo Ariel Lavigna”, cuenta el cantante sobre el productor argentino que anota en su currículo los nombres de Mercedes Sosa y Rubén Blades, y que trabajó con García en Abrazo de hermanos (2019), la consistente colaboración junto a Pedro Aznar.

“Ariel tuvo la inteligencia musical de juntar técnicamente esto. Yo hice la producción artística en decir ‘mira, acá podríamos meter estos instrumentos’”.

El ariqueño agrega que la convocatoria superó con creces sus expectativas. Creyó que el feedback reportaría unas 40 colaboraciones para dejar 15 y armar un coro de voces. Estaba algo preocupado también. Con tal cantidad de instrumentos involucrados se provocan choques de timbres con el riesgo de desatar más ruido que armonía.

“Yo informalmente le llamo el orfeón de Macondo. Está bien repartida la energía en el mapa”. El corte, pulsado en un ritmo de ¾, tiene una sonoridad mexicana. “Se convirtió en eso de manera natural, espontánea. Pensaba que un ¾ podría haber sido un poco más folk, o pudo orquestarse de manera más docta. Pero cuando llegaron los acordeones, las voces, sobre todo de la gente de Latinoamérica, la pulsión se fue hacia allá”.

En la letra de “Vamos los dos” -”ahora que besarse, es casi imposible (...) y darse un abrazo es casi homicidio”- Manuel García volcó las observaciones sobre sus hijos jóvenes en cuarentena imposibilitados de disfrutar directamente del amor y el cariño de sus parejas.

“Es simple en cuanto al uso de las palabras y el lenguaje, pero hay un sobreentendido de cómo vivimos estas situaciones de no encontrarse con la gente que uno quiere, una especie de sinopsis de no poder abrazar, dar un beso, llegar a la casa de esa persona y, a pesar de todo, mantenerse firme. La escribí porque me salió no más. Mis hijos que tienen novias no las podían ver y eso me conmovió, que la gente joven tiene que vivir así y eso se extiende a toda persona que quedó separada de quien ama”.

El cantautor prepara un concierto en línea desde el living de su casa para el 14 de agosto con solicitudes del público, cita bautizada como Caminante a la carta. “Estoy inventando un sistema para hacer un concierto entretenido con el resguardo de poner el ingenio por sobre la pretensión”, adelanta.

Con 50 años cumplidos en marzo, Manuel García atraviesa un momento de repaso de su obra y de proyectar lo que viene. El álbum Caminante reflejará ese cruce con las colaboraciones estelares de los primeros singles junto a Silvio y Mon, canciones inéditas y temas grabados en el extranjero, entre diversos materiales y fuentes.

Es el retrato de “un músico con medio siglo” subraya Manuel, un álbum semejante a “una maleta de viaje” que se convertirá en el noveno título de su discografía.

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