La secreta casa de la noche: las historias de la residencia de Jorge Teillier declarada Monumento Histórico

Imagen de la casa de Jorge Teillier en Lautaro. Foto: CMN.

Esta semana, el Consejo de Monumentos Nacionales (CMN) aprobó la solicitud para declarar la casa donde creció el autor de El árbol de la memoria como un monumento nacional. Se trata de una vivienda construida a inicios de la década de 1950 en el casco histórico de la comuna de Lautaro, en La Araucanía. En ella, el poeta recibió visitas tan ilustres como Salvador Allende, Pablo Neruda, Volodia Teittelboim o Violeta Parra. Pese a que conserva sus maderas nativas, se le han tenido que hacer refacciones por el paso del tiempo. "Esta declaratoria responde a la necesidad de otorgar a Teillier un lugar más elevado de reconocimiento", explica la ministra de las Culturas, Consuelo Valdés.


Chile es país de poetas, reza el aforismo. Y como larga y angosta faja de tierra, tiene sus puntos de germinación en diferentes lugares del territorio nacional. Si nos ubicamos en la Región de La Araucanía, y fijamos la lupa en Lautaro, encontramos que fue la cuna de uno de los poetas fundamentales del siglo XX y uno de los exponentes de la llamada Generación literaria del 50: Jorge Teillier Sandoval.

A inicios de esta semana, y por unanimidad, el Consejo de Monumentos Nacionales (CMN) aprobó la solicitud de declaratoria como monumento nacional, en la categoría de Monumento Histórico, de la casa en que Jorge Teillier pasó su infancia y juventud. Esta iniciativa fue llevada adelante por el diputado Guillermo Teillier, quien acompañó cartas de apoyo de varios miembros de la familia.

La casa de Jorge Teillier, Lautaro. Foto: CMN.

La vivienda se ubica en la calle Saavedra 342, Lautaro. Su construcción demoró dos años, entre 1951 y 1952 y, como decíamos, fue el lugar donde el vate pasó sus primeros años de vida. Se ubica en el llamado casco histórico de la ciudad, cercano a la vía férrea y a poca distancia de la antigua estación de ferrocarriles.

Como se indica desde el organismo, “se trata de una típica casa sureña de dos pisos, con estructura de maderas nativas, como las de antaño y techo de tejuelas”. Además, el tiempo y las agrestes condiciones climáticas de la zona han obligado a que se le hayan tenido que hacer mantenciones. “Se han realizado algunos cambios y se ha instalado sobre el tinglado original un revestimiento exterior de siding”, indican desde el CMN.

De hecho, en el interior, la vivienda conserva sus maderas nativas. “Algunas con solo barniz, en otros espacios los colores ya las han cubierto”, señalan desde el CMN. Además, reseñan otras características de la vivienda: “Posee su techumbre con cubierta de zinc. Las amplias ventanas, la dejan ver el tren que se asoma a su oriente, entre unos finos palillajes interiores y sobre marcos que hacen contraste”.

Casa de Jorge Teillier, en Lautaro. Foto: CMN.

El autor de Poemas del país de nunca jamás y El árbol de la memoria abandonó la casa una vez que viajó a Santiago para iniciar sus estudios superiores de Pedagogía en Historia, en el entonces Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile. Igualmente continuó visitando la casa, pues su familia siguió viviendo ahí hasta septiembre de 1973. Fueron en esos periplos de vuelta al terruño en que Teillier llegó con invitados de lujo como Salvador Allende, Pablo Neruda, Enrique Lafourcade, Volodia Teittelboim, Violeta Parra, Nicanor Parra y Pablo de Rokha.

La ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Consuelo Valdés, explicó a Culto la importancia de la vivienda como patrimonio cultural: “Esta declaratoria responde a la necesidad de otorgar a Teillier un lugar más elevado de reconocimiento. Su casa de adolescencia, hoy en manos de privados que con todo han logrado mantener el legado de sus habitantes iniciales, necesita ser puesta a disposición de la comunidad, y eso es un trabajo que está llevando a cabo el municipio”.

La secretaria de Estado también agregó algunos datos respecto a la construcción. “Esa casa blanca fue edificada por el constructor Emilio Nualart de Temuco en 1952, gracias a los ahorros de don Fernando Teillier Morín, el padre del poeta. Y nace como un centro de actividades culturales de la familia Teillier Sandoval, con sus hijos poetas y escritores, lo que potenció todo tipo de encuentros y recuerdos”.

Sobre lo mismo ahondó el subsecretario del Patrimonio y presidente del CMN, Emilio De la Cerda. “La casa del poeta Jorge Teillier es un lugar muy importante en su obra y en la literatura chilena. Lo anterior, porque su poesía hace referencia al hogar, al lugar donde los recuerdos nacen. De este modo, en un contexto histórico en que la migración campo-ciudad provocó profundas transformaciones identitarias en los pueblos rurales, Teillier convirtió la nostalgia en un lenguaje común, en una añoranza de lo perdido”.

Jorge Teillier.

Nostalgia de la tierra

“Frente al caos de la existencia social y ciudadana, los poetas de los lares pretenden afirmarse en un mundo bien hecho, sobre todo en el mundo del orden inmemorial de las aldeas y de los campos, en donde siempre se produce la misma segura rotación de siembras y cosechas, de sepultación y resurrección, tan similares a la gestación de los dioses y los poemas”, escribió el mismo Teillier en un ensayo titulado Los poetas de los lares. Nueva visión de la realidad de la poesía chilena, en el Boletín de la Universidad de Chile, en mayo de 1965.

En esas palabras, Teillier definió el enfoque que le dio a su poesía, donde justamente lo doméstico, pero también lo paisajesco y lo provinciano tuvieron un sitio de privilegio en su producción. De ahí la importancia que esa casa en Lautaro tuvo para su trabajo.

“La casa y su entorno inmediato contribuyeron a configurar el mundo de referencias que incorpora la poesía lárica de Teillier, donde se relevan elementos significativos del lugar asociados a la experiencia del poeta en su tierra, y cuyo mérito consiste en hacer universal a Lautaro -señala la ministra Valdés a Culto-. La poesía hace un contexto tan potente de la casa, representativa de sostener la historia en ella, y se convierte en un personaje parte de la vida cotidiana, un personaje de la poesía lárica (que hace referencia al hogar, al lugar donde los recuerdos nacen). Por ello, la nostalgia, lo cotidiano y la inocencia infantil se refleja en la obra de Jorge Teillier”.

Por ejemplo, un poema llamado En la secreta casa de la noche, de 1963, ahonda en eso. “Cuando ella y yo nos ocultamos / en la secreta casa de la noche / a la hora en que los pescadores furtivos / reparan sus redes tras los matorrales / aunque todas las estrellas cayeran / yo no tendría ningún deseo que pedirles”.

O Bajo un viejo techo, de 1956. “Esta noche duermo bajo un viejo techo / los ratones corren sobre él, como hace mucho tiempo / y el niño que hay en mí renace en mi sueño / aspira de nuevo el olor de los muebles de roble / y mira lleno de miedo hacia la ventana / pues sabe que ninguna estrella resucita”.

La figura de Jorge Teillier no solo ha hecho noticia por la declaración de Monumento Histórico. También ha reflotado por ser uno de los poetas favoritos del presidente electo, Gabriel Boric, un consumado lector, quien lo ha nombrado como referente junto a Enrique Lihn.

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