
El día en que los Beatles y los Rolling Stones se encontraron por primera vez en un concierto
Las dos bandas que marcaron la música popular, se encontraron por primera vez en un show en el Royal Albert Hall, en septiembre de 1963. Los de Liverpool fueron las figuras de la noche, mientras a los Stones apenas los escucharon. En el día del cumpleaños 83 de Paul McCartney, contamos la historia.

Unos se llevaron los gritos, los otros se quedaron con la indiferencia. Los Beatles y los Rolling Stones coincidieron por primera vez en un evento, en septiembre de 1963. Por entonces eran dos fuerzas en ascenso, en el panorama de la música popular británica.
Ambas bandas fueron parte del espectáculo Great Pop Prom, realizado en el legendario Royal Albert Hall de Londres. Los Beatles, eran cabezas de un cartel que incluía a nombres como The Brook Brothers y Billie Davis. Mientras, los Stones ocupaban un lugar muy secundario.

El show se realizó el domingo 15 de septiembre. Fue organizado por varias revistas para adolescentes -Valentine, Marilyn y Roxy- como un evento para recaudar fondos para la Printers’ Pension Corporation.
Los de Liverpool venían en una racha ganadora. Tras foguearse como una intensa banda en directo, en enero de ese año, habían publicado el sencillo Please, please me, el que les dio su primer número uno en las listas. El éxito lo capitalizaron lanzando el disco debut, del mismo nombre, en marzo de ese año.
Continuaron con una seguidilla de singles que llegaron muy rápido al tope de las listas; From me to you y la energética She loves you, que para septiembre de ese año, estaba empinada en el primer lugar. Comenzaba a fermentar el fenómeno de la Beatlemanía, que estallaría al año siguiente con su primera visita a EE.UU.
Por eso es que los Beatles concentraron la atención de los medios en esa noche en el Royal Albert Hall. “Fue el asedio de los Beatles”, informó el Daily Mirror al día siguiente en su nota sobre el evento. “6.000 adolescentes gritando, decididos a aplastar a solo cuatro Beatles. El Royal Albert Hall nunca había visto escenas como esta. Incluso para el recién elegido grupo vocal más importante de Gran Bretaña, los Beatles, fue desconcertante”.
El fenómeno iba tan en alza, que la revista Disc Magazine, en su edición del 14 de septiembre, informaba de las próximas vacaciones de dos semanas que se iba a tomar el grupo, por su recargada agenda de shows; John Lennon viajaba a París, Paul McCartney y Ringo Starr volaban a Grecia, mientras George Harrison iba a ser el primer Beatle en conocer Estados Unidos.

De su lado, los Stones habían publicado en junio, su primer sencillo, Come On, una cruda versión de un tema de Chuck Berry (original de 1961), que para septiembre a duras penas llegaba al lugar 23 de las listas. Eran una banda todavía en ascenso, pero que ya mostraba algo de sus credenciales.
Aunque se harían conocidos por una imagen más salvaje, en esos primeros días, el quinteto se sumó a la tendencia de vestir camisa y corbata en escena. Poco después, el mánager del grupo, Andrew Loog Oldham, decidió diferenciarlos.
En esos días, los Stones se hacían de un nombre como una banda cultora de un crudo sonido r&b. Las filosas guitarras de Keith Richards; el carisma que Mick Jagger comenzaba a desplegar en escena; el talento como instrumentista de Brian Jones, eran los ejes del directo de la banda. Pero en esa noche en el Royal Albert Hall, apenas los escucharon. Fueron los primeros en salir, y muy pronto los sacaron del escenario.

Una nota de la Revista Disc Magazine, publicada el 21 de septiembre, detalló una breve mención a los Stones en el Great Pop Prom. “El presentador Alan Freeman presentó a los primeros artistas, The Rolling Stones, hasta que el Himno Nacional los silenció tras un ferviente aplauso para los Beatles. La mejor vocalista femenina del año, Susan Maughan, subió al escenario justo antes de los aplaudidos Beatles”. Los Fab Four eran las indiscutibles estrellas de la noche.
Años después, Keith Richards, recordó que no pudieron quedarse mucho rato, porque por entonces se ganaban la vida tocando en pubs y bares, y esa misma noche tenían otra actuación. “No pudimos quedarnos porque teníamos que regresar por la A3 a Richmond para tocar en el Crawdaddy Club esa noche”, dijo a la revista Mojo.
En esa misma charla, Paul McCartney compartió sus recuerdos de esa presentación. “De pie en esas escaleras detrás del Albert Hall con nuestra nueva indumentaria, los pantalones elegantes, el cuello vuelto”, recordó. “Allí arriba, con los Rolling Stones, pensábamos: ‘¡Esto es todo! ¡Londres! ¡El Albert Hall!’. Nos sentíamos como dioses”.
Aquel fue de los pocos momentos en que los Beatles y los Rolling Stones compartieron un escenario. Luego, cada uno hizo carrera por su lado y eran contados los encuentros, más por la rivalidad que les achacó la prensa, más mediática que real.
COMENTARIOS
Para comentar este artículo debes ser suscriptor.
Lo Último
Lo más leído
1.
2.
3.