
El último y se acaba: por qué extrañaremos tanto a The Who tras su adiós a los escenarios
Las leyendas de la invasión británica acaban de anunciar su show final, el 1 de octubre en California. Es la despedida de un grupo que revolucionó el rock bajo una serie de ángulos: la manera en que abordaron los shows en vivo, su rol pionero en los discos conceptuales, las óperas rock y hasta como influencia para muchos otros.

Un espectáculo chocante
Pocos como The Who encarnaron en el escenario el espíritu salvaje del rock and roll. Para los años sesenta la mayoría de los músicos dejaba las drogas y los actos más impúdicos fuera del escenario. Pero casi de casualidad, Pete Townshend patentó un número que se volvió leyenda; la ruptura de la guitarra en plena escena.
Casi como un sacrificio ritual que luego Jimi Hendrix llevó a otro nivel, en realidad, Townshend buscaba otra cosa. Aburrido del sonido rhythm & blues que desarrollaba en sus inicios, el guitarrista descubrió las bondades del feedback, efecto que se producía al enfrentar las pastillas de la guitarra eléctrica al amplificador.

Pero un día fue más lejos; al acercar su instrumento, rompió con el mástil de la guitarra el techo del local que era muy bajo. Como le gustó el ruido que generó y la reacción del público, quiso repetir la proeza. Ansioso, se apuró y se encontró con que destrozó el mástil. Frustrado, Townshend decidió completar la faena. “Había roto la guitarra y me sentí un tonto -dijo años más tarde-. Así que lo único que me quedaba era mostrar que realmente quería romper la guitarra”. Una imagen clásica del rock había nacido.
La invención de la ópera rock
Asociados al rock salvaje de My Generation y I can see for miles, los Who también se atrevieron a estirar al máximo el formato canción con la pieza A quick one (while he’s away).
En 1966, cuando los Beatles sacudían al mundo con el aventurado Revolver y Bob Dylan completaba su trilogía de folk rock en Blonde on blonde, los Who grababan su segundo disco. El productor Kit Lambert le informó al grupo que todavía le restaba 10 minutos por llenar, así que instó a Pete Townshend a escribir “algo rápido”. El problema era que el músico solo tenía algunos trozos sueltos de canciones.

Townshend ensambló las partes. Son seis movimientos en que se cuenta la historia de una chica que está triste porque su novio está lejos. Sus amigos le sugieren que busque un amante sustituto, Ivor, el maquinista. Cuando el novio regresa, ella confiesa su infidelidad y es perdonada. Cada parte es un momento de la historia e incluso la voz de un personaje. Desde la introducción cantada a capella, al bajo caminante en que John Entwistle asume la voz de Ivor, a la redención final cantada por Townshend. Sin proponérselo, los Who habían compuesto una opereta que se volvió un momento ineludible de sus shows. Una de las mejores versiones, fue la que interpretaron en su participación en el especial Rock & Roll Circus de los Rolling Stones (con los close up al rostro propios del director Michael Lindsay Hogg). “The Who no estaban en su mejor momento, pero con ‘la mini ópera’, estábamos a punto de conectar con algo que se convirtió en una obsesión total para mí“, detalló Townshend.
Un modelo a seguir
En una década en que la imagen era casi tan importante como la música, los Who de alguna forma fijaron un modelo de banda; un baterista virtuoso (Keith Moon), un bajista silente pero de excepcional capacidad musical (John Entwistle), un cantante que explota su atractivo (Roger Daltrey) y un guitarrista que exprime cada pieza de su instrumento (Townshend).
Fue hacia finales de los 60′, cuando Roger Daltrey terminó de configurar su imagen escénica. "Su esposa le encargó una preciosa chaqueta de gamuza con flecos, lo animó a dejar de decolorarse el pelo y a dejarlo crecer -recordó Pete Townshend-. Y se le hicieron rizos. Y a lucir su cuerpo, porque siempre estuvo muy bien formado".

Townshend lució la icónica chaqueta de flequillos en momentos como el Rock & Roll Circus y en otro color, en la mítica presentación en Woodstock. Con los rizos al viento y el pecho al descubierto, impuso un estilo que le llamó la atención al joven Robert Plant, quien tomó nota de todos los detalles de la actuación. Así trazó la imagen con la que se volvió leyenda al frente de Led Zeppelin. “Robert se inspiró mucho en la actuación de Roger en la película de Woodstock”, añadió Townshend.
Un disco conceptual
Una discusión habitual entre melómanos es la definición del primer álbum conceptual de la historia; el Sgt.Pepper’s Lonely Hearts Club Band (1967) de los Beatles planteó una imagen, pero salvo las dos primeras canciones, no hay mayor conexión. Dos años después, Arthur or the Decline and Fall of the British Empire (1969) de los Kinks, bien puede considerarse el primer empeño en narrar en canciones la historia de un personaje, en este caso, Arthur Morgan. Pero serían los Who los que lograrían por fin consolidar el modelo.

Tommy (1969) es la obra cumbre de los Who y el primer gran disco conceptual de la historia. El momento en que dejaron de ser la banda ruidosa a pensar en un conjunto de canciones con espesor. La historia gira en torno a un joven llamado Tommy, que para olvidar su pasado traumático, se aisló de todos sus sentidos y se convirtió en un niño sordomudo y ciego. Eso sí, descubre su talento natural para el juego del pinball (la canción que narra ese momento es la legendaria Pinball Wizard).
La otra inspiración de Tommy, fue el líder espiritual indio Meher Baba, a quien Townshend seguía con devoción mientras escribía el álbum. De hecho, transfirió las enseñanzas esotéricas de este gurú místico al personaje de Tommy. Era un momento en que el pensamiento y el arte oriental ganaba adeptos en occidente, como una novedad y una alternativa como estilo de vida.
Un atronador directo
Aunque los Kinks, los Yardbirds y hasta los mismos Rolling Stones rivalizaban con los Who por el poderío de sus shows y la distorsión de sus guitarras, fue el grupo de Townshend el que logró sacar mejor provecho. Su disco primer en vivo Live at Leeds (1970), marcó un modelo en la subcategoría de álbumes de directo.
Por problemas legales con su antiguo productor Shel Talmy, quien obtenía jugosas regalías de los primeros temas del grupo, los Who se vieron obligados a tocar en extensas y agotadoras giras para hacer algo de dinero. Al menos, ese rodaje les hizo pulir sus shows y los volvió una fuerza rockera avasalladora.

Tras el éxito de Tommy, Pete Townshend quiso aprovechar el momento y lanzar un disco en directo. Aunque tenían las cintas de su show en Woodstock, nunca les gustó totalmente. También grabaron su mítico show en la isla de Wight, pero habían acumulado tantas horas de material, que se decidió que lo mejor era salir y grabar un concierto puntual. Así salió Live at Leeds (1970), un show organizado especialmente para ser grabado. Y estableció algunas normas que se siguieron con los años, como el doblaje de algunos sonidos en el estudio, como los coros que hacían Townshend y Entwistle.
COMENTARIOS
Para comentar este artículo debes ser suscriptor.
Lo Último
Lo más leído
2.
4.