
Gonzalo Valenzuela y su comedia en Prime Video: “El pádel al final es una anécdota”
La plataforma Prime Video acaba de estrenar El Pádel es Nuestro, película que usa ese deporte como marco para plantear las dinámicas de dos matrimonios en crisis. Valenzuela y Yamila Reyna, dos de sus protagonistas, hablan con Culto sobre su afinidad con ese mundo y el trasfondo de la historia.

Max (Tiago Correa) y Pablito (Gonzalo Valenzuela) son uña y mugre. Su amistad no se sustenta en asados o en sus charlas en torno a temas o inquietudes en común, sino que en las horas y horas que dedican al pádel, aquel deporte en parejas cuya popularidad explotó en pandemia. En la cancha ambos son pura chispa, en contraste con la realidad más bien opaca que viven en sus respectivas casas con sus esposas. En ese escenario, encontraron un espacio en común para compensar otras carencias.
“El pádel al final es una anécdota”, apunta Valenzuela, quién se entusiasmó con la idea de hacer una cinta en torno a un deporte que empezó a jugar hace cerca de 20 años.

“Me pareció sumamente inteligente y novedoso (hacer una película sobre) un deporte que está tan, tan de moda. Su crecimiento a nivel mundial fue una locura. Me llamaba la atención que no se había hecho nada en relación al pádel, por lo que me pareció una movida de Miguel (Asensio, productor) muy acertada”, señala.
El pádel es nuestro, el filme que acaba de debutar en Prime Video, presenta a dos amigos unidos por una pasión, pero también a dos familias, las que los protagonistas tienen con Soledad (Elisa Zulueta) y Helena (Yamila Reyna). La primera es más sumisa, mientras que la segunda es todo lo contrario, una mujer empoderada. Ambas, cuando notan que sus maridos han sido absorbidos por el pádel, deciden probar suerte como dupla en el mismo deporte y terminan completamente obsesionadas con algo que era un simple pasatiempo.
“En realidad (el pádel) es una excusa en esta comedia. Hay dos historias de amor, dos familias. En una, una mujer se siente totalmente opacada por su marido. Y en la otra, un hombre no está siendo visto por su mujer. Ambas familias se están derrumbando, y el pádel lo que hace es darle un vuelco a estas dos historias, para que o se salven o se terminen de derrumbar”, indica Reyna, quien también se sumó al reciente boom en torno a este deporte.

“Para mí era un mundo nuevo, pero había entrado en el último año un poco a conocerlo”, explica ante la mirada escéptica de Valenzuela, su marido en la ficción. “No me cree que yo jugué antes, pasa que no era tan buena nomás. Pero sí jugaba, por gusto, y hacía sufrir a mi amigo. Y tomé clases antes de la película, pero por suerte mi personaje no tenía que jugar bien, así que hice muy bien mi rol”.
“Yo creo que el boom tiene que ver con que es un deporte que es familiar. Se puede hacer en familia y en pareja. Es un deporte que es competitivo mixto y con diferencia de edades. Entonces es muy democrático”, analiza Valenzuela.
Fuera de poner a los actores a competir en una cancha, el largometraje –dirigido por Gabriela Sobarzo y escrito por Mirella Granucci y Aníbal Herrera– se apropia de los chistes en torno al deporte.
“La película se ríe del cliché de la pareja de pádel, que pueden ser pareja entre ellos también. Se aprovecha de eso de manera muy inteligente, porque lo plantea en este mundo masculino, y finalmente el personaje de Elisa Zulueta, que es una mujer conservadora, sumisa, que llega a este mundo del pádel y termina besándose con una chica liberal, sin ningún rollo. Es muy inteligente lo que hace la película ahí, porque lo aborda desde el otro lugar. Y sin subrayar, simplemente pasa. Y deja de ser tema”, opina el actor.

Por su parte, Reyna valora la capacidad de la producción de “darle realidad a los personajes. No irse a la maqueta, porque eso no te identifica ni a vos, ni a mí, ni a nadie”.
La cinta le permitió a Valenzuela trabajar por primera vez bajo las órdenes de una amiga: Gabriela Sobarzo, experimentada profesional del cine chileno que debutó en la dirección con la comedia Cosas de hombres (2020) y que luego ha insistido en el género con S.O.S. Mamis: La película (2022) y Perra vida (2024).
“La comedia es muy matemática. Es muy musical también. Y para hacer comedia hay que tener mucho ritmo. Cuando está dirigiendo Gaby ya tiene el ritmo, tiene la música. Es como un director de orquesta. Nosotros los actores somos el instrumento, pero ella ya tiene el compás. Entonces es muy bueno cuando te sube el volumen o te lo baja”, detalla.
Los resultados no son visibles de inmediato en el set, asegura. “Te sube o te baja los matices y uno a veces no entiende. Pero cuando vimos la película entendí todo. Y ahí yo me saco el sombrero con mi directora”.

S.O.S. Mamis tuvo una secuela en 2023. Si ocurriera lo mismo con El pádel es nuestro, ¿estarían abiertos a repetir sus personajes? Reyna da un sí definitivo, mientras que Valenzuela apuesta por un regreso a largo plazo.
“En 20 años más, como Happy Gilmore. ¡Vamos, viejito! ¡Vamos! Me encantó”, exclama. “Y yo voy a saber jugar a pádel en 20 años”, sugiere la actriz. “No vas a aprender nunca”, le responde en broma su compañero.
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