Julia Louis-Dreyfus fue una de las grandes sorpresas de The Falcon and the Winter Soldier. En el penúltimo episodio de la temporada, en medio de la tensión propia de una historia enmarcada en el thriller político, la actriz apareció en la piel de un enigmático personaje que le tendió una mano a John Walker (Wyatt Russell), en serios problemas después de cometer un asesinato con el escudo que la pertenecía a Steve Rogers y ser despojado del rango de Capitán América.

“Puedes simplemente llamarme Val, pero no me llames Val, sólo tenlo en tu cabeza”, le dice la condesa Valentina Allegra de Fontaine en su primera intervención en la serie de Disney+, para luego asegurarle que “yo también habría matado a ese bastardo”.

Desde entonces la estrella de Seinfeld ha estado en otros proyectos de la exitosa franquicia de superhéroes (en una escena postcréditos de Black Widow junto a Florence Pugh y en Pantera Negra: Wakanda por siempre, donde fue presentada como la nueva directora de la CIA), pero ninguno le había dado la relevancia y desarrollo que le otorga Thunderbolts*, la película de Marvel Studios que acaba de estrenarse en los cines nacionales.

En esa historia Valentina es la responsable de juntar a un grupo de mercenarios dispuestos a aceptar la ejecución de un complicado plan. Entre la espada y la pared debido a sus cuestionables prácticas a la cabeza de la institución, decide que su vía de escape consiste en reclutar y tenderle una trampa a Yelena Belova (Florence Pugh), Ghost (Hannah John-Kamen), Taskmaster (Olga Kurylenko) y John Walker. Es una especie de Nick Fury –el hombre que reunió a los Avengers hace más de una década–, pero evidentemente más ácida y oscura.

En conversación con Culto, Louis-Dreyfus se declara encantada con la oportunidad de dar vida al personaje con todas las de la ley y en todas sus dimensiones. “Diría que lo más fascinante de interpretar a Valentina (en esta película) fue captar sus orígenes y el trauma que sufrió de niña, y comprenderlo. Eso me ayudó a definir su esencia”, indica a través de Zoom.

Al revés de otras entregas recientes de la saga, Thunderbolts* no sólo ofrece pirotecnia, sino que también un genuino interés en indagar en los dolores de sus protagonistas, enriqueciendo la experiencia de dos horas a sala llena. Eso alcanza incluso a la directora de la Agencia Central de Inteligencia, a quien hasta ahora hemos conocido únicamente como una mujer enigmática y mordaz que se las arregla para siempre lograr lo que quiere.

La actriz de 64 años se aproximó a ella sin prejuicios, pero consciente de que es alguien que se mueve en un área gris, una particularidad poco común en la serie de blockbusters que se inauguró en 2008 con Iron Man. Con una pizca de humor, le gusta decir que en Thunderbolts* está encarnando a una “antivillana”.

El ensanchamiento del mundo de Valentina incluye la introducción de su asistente, Mel. “Tiene todo lo que buscas en una película de Marvel, pero también creo que tiene una profundidad, matices y una intensidad emocional que también sorprenderán al público”, apunta la australiana Geraldine Viswanathan, la responsable de asumir ese papel en la cinta.

Louis-Dreyfus opina sobre ese punto: “No estoy segura de que sea una película anti-Avengers, pero sin duda es una película sobre antihéroes. Y es una película que trata sobre personas que no son necesariamente héroes convencionales. Son más complejos, y aborda temas como la soledad y la vergüenza, lo que le da mucha profundidad a la historia y, en mi opinión, la distingue”.

La actriz trabajó codo a codo con Jake Schreier, un director que sólo ha hecho un par de largometrajes y es conocido sobre todo por su trabajo en televisión (se encargó de todos los capítulos de la alabada serie de Netflix Bronca). A diferencia de lo que ha ocurrido con otros realizadores en su posición, consiguió dejar su marca en la ambiciosa maquinaria de Marvel.

“Él tiene una sensibilidad propia del cine independiente, muy centrada en los personajes y su arco argumental, además de un agudo sentido visual, y todo eso lo plasmó en este filme”, señala la actriz de Veep, junto con enfatizar que Schreier “dio lo mejor de sí”.

Habituada a los sets de televisión antes que a las grandes producciones de Estados Unidos, la actriz vive un capítulo nuevo en la franquicia más grande de Hollywood. Se detiene en lo que le produjo una vivencia particular: la avant premiere europea de Thunderbolts*, que se celebró en Londres a fines de abril y en la que participaron actores y miembros del equipo (además de Pedro Pascal, otra de las adiciones de la saga).

“Lo más emocionante es ver lo enorme que es este universo. Debo decir que asistir a la premiere que tuvimos recientemente en Londres fue una experiencia reveladora y, sí, me encanta. Es increíble ver y sentir el entusiasmo. Es realmente embriagador”, finaliza.