Culto

La productora de EE.UU. que llevó a 31 Minutos al Tiny Desk: “Los chilenos tienen un súper balance de humor y crítica”

Una mezcla de olfato, talento y casualidad determinó uno de los mayores hitos chilenos en 2025: el éxito de 31 Minutos en el formato de la radio NPR de Washington, con millones de visualizaciones en pocos días. Aquí habla su mentora en Norteamérica, líder juvenil según Forbes, quien dice: “Yo no quería encontrar al Ca7riel & Paco Amoroso de Chile, quería algo propio”.

La productora de EE.UU. que llevó a 31 Minutos al Tiny Desk: “Los chilenos tienen un súper balance de humor y crítica”

La periodista Anamaria Sayre tiene 26 años y podría haber crecido viendo 31 Minutos. Pero no. Sus relatos de infancia no incluyen mañanas completas junto a Tulio Triviño ni alguna tarde intentando descifrar qué demonios es eso de Arwrarwrirwrarwro.

Nacida en el sur de California y de padres mexicanos, su crianza en Estados Unidos impidió que observara por TV el programa chileno de títeres que se convirtió en suceso en casi toda Latinoamérica. “Pero sí tenía mucha familia, amigos y primos, que crecieron con él. Es que yo no crecí en México, por eso no tuve cómo conocerlo. Creo que en algún momento vi el show cuando estaba allá, porque yo pasaba todos los veranos con mi familia en México, entonces ahí posiblemente miré algo. Pero no fue tan impactante en mi vida”, reconoce.

Pese a ello, en algún minuto de 2025 ese eco distante llamado 31 Minutos volvió a aparecer en su brújula. Como productora hace cinco años de la radio pública NPR de Washington, y encargada de la programación latina del proyecto Tiny Desk –las célebres presentaciones que desde 2008 se realizan en el caótico escritorio de la emisora-, estaba planificando en enero pasado el calendario de invitados que darían vida al actual Mes de la Herencia Hispana.

Como antecedente -y quizás también como una cuota de presión-, Sayre fue la gestora hace justo un año, en octubre de 2024, del Tiny Desk de Ca7riel & Paco Amoroso, el dúo argentino que precisamente conquistó la fama global a partir de su paso por NPR, gracias a un espectáculo envuelto en ingenio, humor y buena música. A ambos les cambió la vida y quizás también cambió el propio curso del Tiny Desk: el conjunto aprovechó la oportunidad como pocos y demostró que una performance en un espacio tan minúsculo podría significar beneficios colosales.

“Después de lo que pasó con Ca7riel & Paco Amoroso, que los llevé al Tiny Desk, yo pensé: quiero hacer algo diferente, algo distinto, pero que también tenga impacto. Pensé en qué iba a hacer este año”, reconstruye. En ese momento, situada frente a ese acertijo, empezó a mover el dedo sobre el correo electrónico en su celular y se topó con un antiguo mensaje del equipo de ese espacio infantil llamado 31 Minutos sondeando la alternativa de montar un Tiny Desk.

“Tenía un correo de ellos que yo había perdido, porque me llegan muchos a mi mail, tomando en cuenta que yo hago muchos de los Tiny Desk de Latinoamérica. Estaba como haciendo scrolling en mi correo, sin ver nada importante, y vi este email y me pareció interesante: un puppet show. Yo sabía que 31 Minutos era importante, yo no crecí con ellos, pero tengo amigos que sí, por tanto dije: esto sería muy interesante de hacer y no hemos hecho algo así. ¿Qué pasa si lo intentamos? De inmediato les respondí si podían mandarme unos videos de ellos tocando en vivo. Y ahí empezamos las conversaciones, en enero”.

En rigor, con lo que tropezó Sayre fue con un correo electrónico de la plataforma de streaming Prime Video, la que estaba interesada en que 31 Minutos realizara un Tiny Desk en algún momento del año como una forma de potenciar la promoción de la película Calurosa Navidad, que llega en noviembre próximo al servicio. “Ver ese correo fue clave”, asegura vía Zoom desde Washington.

O sea, como todo buen hito, el despegue de 31 Minutos hacia la capital de Estados Unidos fue un cruce de casualidad y olfato. Desde su estreno el pasado lunes 6, se convirtió en uno de los hechos más comentados de la agenda noticiosa nacional, con 7 millones de visualizaciones hasta el cierre de esta semana y elogios que han hermanado a todo el continente, compartiendo la sensación de reír y llorar en iguales dosis al ver los 21 minutos en que se extiende la sesión a través de himnos como Mi equilibrio espiritual, Bailan sin cesar y Mi muñeca me habló.

Sayre asegura que nunca esperó semejante impacto: “Yo no soy argentina ni boricua ni chilena, no soy de esos lugares, pero siempre estoy intentado entender cómo se mueve la cultura en cualquier país. Yo entendía que 31 Minutos era algo muy importante e impactante para Chile, y también para otra gente en Latinoamérica, pero no entendí ese nivel de éxito hasta que salió el Tiny Desk, creo que nadie esperaba lo que está pasando ahora, es imposible pronosticarlo, nunca puedes predecir cosas así. Fue algo que quizás tiene que ver con remover cosas de la infancia para muchas personas”.

31 Minutos en el Tiny Desk de NPR.

La periodista -elegida en 2024 por la revista Forbes como una de las 30 personas con menos de 30 años más influyentes del mundo- dice que en los últimos días ha masticado un par de teorías que podrían explicar un fenómeno que ya ha superado en visitas a los Tiny Desk de otros astros como Fito Páez, Juanes, Carlos Vives, Ed Sheeran o los mismísimos miembros de U2, Bono y The Edge.

“Hay razones que son súper obvias, aunque todavía tengo muchas preguntas, no lo sé todo. Como dije, es algo que toca la infancia de varias generaciones, le ha llegado a mucha gente aquí dentro del corazón, le ha recordado cuando tenía cinco años y eso vale mucho. Lo otro es una razón más de mercado: la cantidad de latinos que miran a diario esta plataforma. Nuestro top 5 de países que siguen el Tiny Desk son Estados Unidos, Argentina, Brasil, México y España. Probablemente en este momento se unió Chile. Somos una plataforma súper global y súper latina, entonces para mí es súper importante traer artistas que puedan comulgar con ese público. Darle al público lo que quieren. Antes no era así, pero ya con mi trabajo el proyecto se ha convertido en algo mucho más latino”.

De esa forma, la comunicadora sirvió de anfitriona para el equipo de 15 personas que fue desde Santiago hasta Washington -entre productores, músicos, voces y titiriteros- y pudo ser testigo en terreno de la satisfacción por la misión cumplida.

“Lo que me ha dicho el equipo es que tocar en el Tiny para un artista latino es como un ‘you’ve made it’, para ellos me dijeron que fue como ganar un Oscar. Es como comparable cuando Karol G o Shakira ganan un Grammy gringo, un Grammy de los Estados Unidos. Algo ha pasado con el Tiny Desk que para los artistas latinos se ha convertido en algo muy importante. Como es una plataforma estadounidense, puede que signifique mucho, es como los Grammy o los Oscar, es algo muy visible”.

Pero para asestar esa victoria, hubo un trabajo arduo y meticuloso.

¿Esto de verdad vale la pena?

Tras el primer contacto existieron una serie de coordinaciones que no estuvieron exentas de dificultades, por las diferencias idiomáticas y por el hecho de montar un espectáculo con una banda de músicos y con humanos manejando títeres, algo que la plataforma sólo había explorado otras dos veces en su historia, con Plaza Sésamo y Fraggle Rock.

En Chile, el equipo encabezado por sus mentores, Álvaro Díaz y Pedro Peirano, pidió a la emisora NPR las dimensiones exactas del escritorio donde se presentarían, para replicarlo en un galpón del barrio Matta donde estuvieron ensayando durante casi un mes, grabando el show bajo las mismas condiciones que enfrentarían en Norteamérica: sin cortes ni pausas, en una sola toma. Finalmente, el pequeño concierto se concretó el lunes 29 de septiembre, en un viaje flash del colectivo chileno a Estados Unidos.

Sayre sigue: “Tuvimos muchas conversaciones, había algunos momentos en que yo estaba tipo: ‘¿esto de verdad vale la pena?’ (se ríe). Ellos son súper bellos, amables, como súper fáciles de trabajar, están súper on y todo, pero fue como ‘wow, esto sí es complicado’, tenía que conectarlos con mi equipo, que ellos no hablan casi ninguna palabra de español, entonces ahí yo intentaba traducir. Pero siempre en los Tiny Desk yo he tenido la actitud de ‘ok, lo vamos a lograr, vamos a presentar esto, no más tenemos que encontrar la manera’”.

Incluso, la profesional dice que para aceptar el paso de 31 Minutos por el lugar tuvieron que romper algunas reglas del formato que parecían infranqueables: “Había muchas preguntas: ¿cuántos micrófonos quieren? ¿Cuántos van a cantar? ¿Cómo podemos hacerlo para que aparezcan tantos títeres? Tenemos el precedente de Plaza Sésamo, pero no podíamos tener títeres en todos lados u oscurecer la pared, hay reglas que había que respetar. Nunca habíamos tenido a gente pasando detrás del piano. Pero lo podíamos lograr. Fue algo de mucha comunicación, porque obviamente parte de mi trabajo es mantener la integridad de la plataforma, paro también meter el alma, el espíritu y toda la grandeza de lo que es 31 Minutos”.

Mantener el espíritu

En esa intención de preservar la médula de 31 Minutos, hubo un aspecto de su Tiny Desk que fue clave, aplaudido por titulares de toda la región: el libreto que apuntó con viveza e ironía a la situación migratoria que hoy vive Estados Unidos bajo el mandato de Donald Trump. “Soy Tulio Triviño y esta es la primera vez en Washington de 31 Minutos, que es exactamente el tiempo en que expiran nuestras visas de trabajo”, dijo el personaje principal de la serie en el tramo inicial del espacio.

Luego, apareció en primer plano un cocodrilo con anteojos negros, gorro rojo y cabello rubio. “Es solo un amable señor que se quiere asegurar de que volvamos sanos y salvos a casa”, arremetió Juan Carlos Bodoque, en alusión al polémico centro de detención para inmigrantes Alligator Alcatraz. Al interpretar el tema Objeción denegada, el personaje del abogado Juan Pablo Sopa cantó: “Alza la mano si se te venció la waiver, alza la mano si tú eres ilegal”.

-¿Cómo se coordinaron esos chistes que ellos hicieron a la situación que hoy atraviesa Estados Unidos en cuanto a migración?

Es parte del humor de 31 Minutos, es parte de. Lo que nosotros siempre decimos es que, cuando un artista quiere hablar de cosas, que hable lo que quiera. Yo les digo: habla lo que tú quieras. Nosotros no nos metemos en estas cosas, no decimos ‘ay, pueden decir sólo esto, pero no esto’. No. Nosotros somos periodistas, pero específicamente no es nuestro periodismo el que aparece aquí, es una plataforma de arte en que ustedes pueden decir y contar cualquier historia, y usar la plataforma como ustedes quieran. Y nosotros estamos ahí para apoyar el arte. Es tu arte, no estamos para decir ‘esto es demasiado o no digas esto’.

-Imagino que para usted tiene mucha importancia hacer Tiny Desk con artistas latinos, como 31 Minutos, en un contexto tan áspero para la comunidad como el que está atravesando hoy en Estados Unidos.

Mira, yo soy un periodista, entonces, yo no puedo hablar de lo que pienso de este gobierno, de Trump, y no voy a hablar de estas cosas. Pero lo que yo puedo hablar es que, primero que nada, es un momento súper cargado de ser latino en este país, tú puedes ver lo que está pasando con el Super Bowl de Benito (Bad Bunny), con el ICE, con todo, los latinos están full en las noticias. Y muchos medios quieren contar historias controversiales de los latinos y mi trabajo, es siempre enseñar la vida y la complejidad de lo que es ser latino en este país y en el mundo.

“Obviamente, nosotros sabemos que ser latino no es una sola cosa, para nada, hay gente en los Estados Unidos que no saben esto; entonces, mi trabajo es presentar, enseñar la complejidad de lo que somos. Es un momento súper difícil para venir a los Estados Unidos y tocar también, es súper difícil conseguir visas, hay riesgos. Hay cosas que pueden perder si vienes de Latinoamérica y tocas aquí, entonces, mi trabajo es enseñarte que todavía podemos vivir aquí, podemos brillar aquí, podemos crear aquí, podemos enseñar cosas, convertir nuestra cultura, entonces para mí significó mucho tener a 31 Minutos”.

-Mencionó que quería hacer algo distinto a Ca7riel & Paco Amoroso al buscar la opción de tener a 31 Minutos. Pero, en rigor, ¿también no pensó que podían generar un impacto similar?

Creo que la meta nunca fue hacerlo de nuevo, como que no puedes repicar algo así, es imposible, yo no quería encontrar al Ca7riel & Paco Amoroso de Chile, para nada. Quería algo propio. Además, lo que me interesó desde un principio de Ca7riel y Paco son lo argentinos que son, o sea, yo no me sentía identificada con ellos, porque son muy argentinos. Cuando los conocí en Buenos Aires, pude ver que ellos representan muy únicamente, muy específicamente, algo bien argentino que yo tampoco entiendo completamente, pero puedo entender por lo menos que es algo muy importante y que significa algo, que en ese momento nadie sabía lo que pasaría. Entonces, quería hacer eso de nuevo, mostrar cultura de distintas partes de Latinoamérica, algo específico que puede ser universal. Hay gente que ve un artista, no lo conoce, pero igual se siente súper identificada.

-¿Le gustaría tener otros artistas chilenos en el Tiny Desk?

Sí, claro. Yo soy muy fan del arte de Chile, creo que ustedes tienen una chispa muy fuerte, muy bella. Ana Tijoux es una de mis súper amigas y ella me estaba escribiendo estos días ‘oye, estoy súper orgullosa de ti’ y eso para mí vale todo. Es emocionante que Ana valore mi trabajo. Yo creo que los chilenos tienen un súper balance de humor con crítica. Y no es solamente 31 minutos, sino que también Ana, Mon Laferte, que también han pasado por el Tiny, Rubio que estuvo hace poco. Tienen un balance muy lindo, ya que lo mejor para mí del arte es que lleve tensión y creo que ustedes los chilenos eso lo hacen súper bien.

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