El sorpresivo camino de Boric para ser candidato

Una serie de elementos confluyeron para que el diputado frenteamplista con sus 35 años llegara a la papeleta a pesar de que no estaba –al menos para estas elecciones- dentro de sus planes. La decisión de Beatriz Sánchez de rechazar una nueva aventura presidencial y el rechazo de otras opciones precipitaron su decisión.


El fracaso en las negociaciones municipales de la oposición el 30 de septiembre de 2020 resultó ser el principal germen de una candidatura más bien inesperada. Gabriel Boric (Convergencia Social) se convirtió este domingo en el abanderado presidencial de Apruebo Dignidad tras derrotar, para muchos sorpresivamente, a Daniel Jadue (PC), en una inédita primaria del sector, a pesar de esto, su aventura presidencial fue casi involuntaria y ha debido sortear varios obstáculos para seguir en carrera.

Para ese día de fines de noviembre del 2020 en el Frente Amplio (FA) la mayoría de las apuestas todavía iban en dirección a Beatriz Sánchez para que se transformara nuevamente en la abanderada presidencial del conglomerado. Sin embargo, el fallido acuerdo con la centroizquierda –donde muchos apuntaron a la actitud del FA- desencadenó un quiebre en la coalición y una decisión que muchos no querían escuchar por parte de la periodista, quien en las elecciones presidenciales de 2017 había obtenido el 20% de los votos y casi pasa a segunda vuelta.

Como consecuencia del fracaso en el acuerdo con el resto de la centroizquierda, el 3 de diciembre los diputados Pablo Vidal y Natalia Castillo renunciaron a Revolución Democrática (RD) y a los dos días el Partido Liberal (PL) se salía del Frente Amplio. Todo esto en medio del debate sobre la “izquierdización” del bloque y las consecuencias del estallido asocial del 18 de octubre de 2019. Cabe recordar que Boric se jugó su capital político el 15 de noviembre al firmar el acuerdo que permitió la creación de la Convención Constituyente, incluso, sin el visto bueno de su propio partidos.

Pero volvamos a las fallidas negociaciones. La situación dejaba en muy mal pie el liderazgo de Sánchez quien había empujado la unidad tanto de la coalición como en toda la centroizquierda.

Tras eso no pasó mucho tiempo para que la propia Sánchez, según varios frenteamplistas, les comentara en privado a los máximos dirigentes de bloque que no tenía intenciones en aventurarse en una nueva carrera hacía La Moneda. “Fue terrible el día que finalmente nos dijo que no”, reconoce un dirigente del sector.

Los argumentos para rechazar una nueva postulación a La Moneda fueron varios, desde personales hasta políticos. Su decisión final era ser candidata a la convención constitucional –información que hizo pública en La Tercera el presidente de Comunes, Jorge Ramírez, desatando otra pugna en el FA- lo que dejó un vacío en la presidencial para la mayoría de los partidos del bloque.

Un poco antes, el 23 de noviembre, el diputado Marcelo Díaz había anunciado su candidatura presidencial por el movimiento Unir, transformándose entonces en la única opción oficial del conglomerado. Sin embargo, su pasado concertacionista era un obstáculo para muchos para que se transformara en la carta de todo el Frente Amplio.

Entonces, el nombre de Gabriel Boric empezaba a deslizarse muy tibiamente como una opción tras el paso al costado de Sánchez. Él había manifestado no ser una alternativa, de hecho públicamente había nombrado la opción senatorial como una alternativa, y por ello, los partidos hacían otras apuestas mientras tanto.

En Revolución Democrática, reconocen, hubo conversaciones con la presidenta del Colegio Médico, Izkia Siches –quien había logrado importante protagonismo en medio de la pandemia y se posicionaba en varias encuestas de opinión pública- para que asumiera una candidatura, sin embargo, ella lo desechó. En ese mismo partido el senador Juan Ignacio Latorre se manifestó disponible para una carrera presidencial si es que existía consenso en su colectividad.

Paralelamente, Convergencia Social conversaba con la defensora de la Niñez, Patricia Muñoz, quien también en privado y públicamente cerró la puerta a la opción. Incluso, algunos dirigentes del sector habían dialogado anteriormente, ante la inminente bajada de Sánchez, con el abogado y actual convencional constituyente, Daniel Stingo: también su respuesta fue no.

Así las cosas, Gabriel Boric, quien estaba al tanto de todas las gestiones que se estaban realizando para buscar un candidato y de los fracasos de las mismas, empezó a masticar su opción presidencial. Muchos dirigentes de su partido y de otras colectividades se lo pidieron directamente. Y como sostienen algunos de sus cercanos por el “bien común” de su coalición se inclinó por el desafío a pesar de que no estaba en sus planes ni aspiraciones.

De esta manera y ya con el “Ok” del propio Boric, el 17 de marzo el comité central de Convergencia Social oficializó su respaldo a la candidatura presidencial. Seis días después fue el turno de RD de proclamar al diputado como su abanderado presidencial, insistiendo además en primarias amplias. A pesar de diferencias internas y de dilatar su decisión finalmente también se sumaría Comunes.

Pero la legalización de la candidatura de Gabriel Boric presumía una importante dificultad. Al ser militante de un partido como Convergencia Social, solo podía ser inscrito por este mismo, sin embargo, la colectividad no cumplía con los requisitos de estar legalizada en todo el territorio nacional o tener 34 mil afiliados del partido en las regiones donde estaba sí estaba legalizada.

Fue así que casi todo el Frente Amplió se volcó en una carrera a contrarreloj para conseguir las firmas necesarias. La habilitación de la clave única ayudó en el esfuerzo, pues las cuarentenas impedían activar puntos físicos para la tarea. De hecho, varios dirigentes expresaron en privado que había que buscar un plan B si esto no se lograba antes del plazo fatal del 19 de mayo. No obstante, eso no fue necesario.

Un día antes del plazo, el propio Boric anunció en sus redes sociales que Convergencia Social había conseguido las afiliaciones requeridas. 24 horas después el diputado llegaba hasta las oficinas del Servicio Electoral (Servel) con las nuevas 25 mil firmas conseguidas e inscribía su candidatura.

La tarde de ese mismo 18 de mayo Marcelo Díaz anunció que deponía su candidatura presidencial y se sumaba a la de Boric. “Cuando tomé la decisión, el momento político demandaba la máxima unidad y cohesión del FA y nuestra voluntad, y la mía personal, al incorporarnos al FA fue contribuir a un proyecto colectivo. Creo que la decisión fue la correcta”, explica el parlamentario.

Y a pesar de haber sorteado un importante obstáculo, vendría otro. El miércoles de mayo se cumplía el plazo para inscribir las primarias legales de los bloques. El final de la historia es conocido: la oposición solo inscribió la primaria entre el abanderado del Frente Amplio y el del Partido Comunista, Daniel Jadue, bajo el pacto Apruebo Dignidad.

Sin embargo, las negociaciones fueron tensas y desde el Partido Socialista y su candidata presidencial, Paula Narváez -quien durante esa jornada recibió el apoyo del PPD, tras la bajada de Heraldo Muñoz, y del Nuevo Trato, tras el paso al costado de Pablo Vidal – acusaron un veto desde el FA y fundamentalmente desde la candidatura de Jadue.

Las acusaciones de veto apuntaron también al partido de Boric, Convergencia Social, no obstante, el diputado, según relatan quienes conocieron de las negociaciones de ese día, apostó permanentemente a ir en una primaria que incluyera a los socialistas. Al final su postura inicial no se impuso.

El parlamentario intentó explicar lo sucedido, y si bien planteó que efectivamente el ingreso del PPD al acuerdo “espantaba” a independientes y adherentes, recalcó que todavía había “muchos espacios” para “encontrarse” con los socialistas. Incluso, el propio diputado llamó a la abanderada del PS para explicarle la situación.

Ya iniciada la campaña Boric partió desde atrás. Todas las encuestas de opinión pública ponían a Jadue muy por delante de él y el objetivo en un principio era al menos ser competitivo. Sin embargo, con el paso de los días Boric empezó a sumar buenos comentarios. El inicio de la franja televisiva también, según comentan algunos cercanos al candidato, fue clave, y logró el objetivo de hacerlo una opción real para ganar las primarias de Apruebo Dignidad.

Los debates fueron aún más clave, según señalan en el comando, pues ahí el candidato mostró sus capacidades e incluso a pesar de sus 35 años y la menor experiencia que su contendor, supo manejar con tranquilidad los tópicos que les preguntaban. Eso sí, en el Frente Amplio sabían que no era suficiente, en los dos primeros debates, uno organizado por CHV y CNN y el otro por la Red, se mostró un trato con “guante blanco” que no servía a sus aspiraciones.

No obstante, en el tercer debate con temas como la situación en Cuba y otros se marcaron diferencias. Asimismo, la performance del comunista en ese último encuentro fue mal evaluada por distintos analistas. Así una campaña que había estado marcada por la poca confrontación en su última semana dio un giro total.

Jadue sostuvo por ejemplo que “Gabriel Boric permitió con su voto la aprobación de la ley antibarricadas que hoy día tengamos muchos presos políticos en nuestro país”. Este replicó que “él sabe que eso es una caricatura, que es falso, y me imagino que es un exabrupto del cual debe estar arrepentido”.

Asimismo, Jadue se bajó de varios debates que estaban cerrados con anticipación aduciendo incluso que “otros prefieren hacer campaña a través de medios y debates porque no pueden salir a la calle”.

El resultado de este domingo fue sorpresivo para muchos, no obstante, ahora se abre un nuevo escenario para Boric de cara a la primera vuelta del 21 de noviembre. Entre sus primeros desafíos está movilizar al menos a quienes participaron del proceso este fin de semana.

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