
Radiografía a la matrícula extranjera en la educación superior
El fenómeno migratorio está permeando a las instituciones de educación superior. El incremento de la matrícula extranjera de 118% en los últimos años, ha insuflado diversidad y multiculturalidad a las casas de estudios.

La matrícula de estudiantes de nacionalidad extranjera en la educación superior chilena -universidades, institutos profesionales y centros de formación técnica- ha crecido 118,6% en la última década: mientras que en 2014 se matricularon de manera regular 19.450 estudiantes provenientes de otros países, en 2023 se contabilizaron 42.524 alumnos, de acuerdo al Servicio de Información de Educación Superior (SIES) de la Subsecretaría de Educación Superior, en base a los datos proporcionados por 120 instituciones educativas. En cambio, los estudiantes de intercambio solo sumaron 5.691, lejos del peak de 2018, cuando se contabilizaron 9.318.
El crecimiento de la matrícula regular se explica en gran parte por el incremento del fenómeno migratorio que ha experimentado el país en los últimos años. Por ejemplo, en 2019, las instituciones de educación superior contaban con 25.827 estudiantes regulares foráneos, creciendo a 30.415 en 2020; a 33.156 en 2021; a 36.280 en 2022; y a los más de 42 mil en 2023, lo que implicó un aumento del 17,2% entre ese año y el anterior. Respecto del sexo, las mujeres se impusieron por sobre los hombres, en razón de 54,2% versus 45,8%, respectivamente. Así, del total de matriculados en el sistema de educación superior en 2023, el 3,2% no nacieron en Chile.
Respecto de los lugares de origen, destacan las naciones de América Latina y el Caribe con el 97,1%, seguido por Europa (1.3%). Los 10 países que más aportaron a la matrícula extranjera en 2023 fueron Perú (26,7%), Venezuela (21,9%), Colombia (15,3%), Bolivia (10,8%), Ecuador (6,7%), Haití (5,3%), Argentina (3,2%), Cuba (1,6%), Brasil (1,2%) y México (1,0%).
Asimismo, de acuerdo al tipo de institución, las más preferidas fueron las universidades (49,1%), seguidas por los institutos profesionales (40,5%) y los centros de formación técnica (10,4%). En estos tres tipos de casas de estudios, el 82,2% optó por el pregrado, el 10,4% por el posgrado, y el 7,5% por postítulo, teniendo como áreas de estudio predilectas, la tecnología (27,8%), administración y comercio (26,8%), salud (18,4%), ciencias sociales (7,8%) y educación (5,6%). En específico, el 50,4% se inscribió en carreras profesionales; el 31,7% en carreras técnicas; el 7,5% lo hizo en postítulos; el 6,2 en magister, y el 4,2% en doctorado.
La distribución territorial de los estudiantes extranjeros regulares de 2023 fue encabezada por la Región Metropolitana, que concentró el 65,4%; seguida por Antofagasta (6,6%), Valparaíso (5,6%), Tarapacá (4,2%), y Biobío (3,8%).
La valoración de la diversidad cultural
El instituto profesional AIEP es quien lidera la matrícula de estudiantes extranjeros con 5.480 alumnos, lo que representa el 12,8% del conjunto de la educación superior. Su vicerrectora de Vinculación con el Medio y Comunicaciones, Marcela Vaccaro, sostiene que “la educación técnica se presenta como una herramienta para la integración social y laboral de los extranjeros en Chile. Miles de estudiantes han depositado su confianza en nuestra institución para mejorar su crecimiento, y se están formando en áreas técnicas con alta demanda laboral. Facilitar su integración no solo es un acto de justicia, también es reconocer el aporte que pueden hacer al tejido social de nuestro país”.
Vaccaro resalta las facilidades que entrega AIEP para la captación de estudiantes provenientes de otros países, como no exigir como requisito de ingreso haber rendido la PAES, y que solo basta con la presentación del pasaporte y tener la legalización de sus estudios de enseñanza media. Este último punto, destaca la académica, es el más complejo de cumplir por parte de los postulantes. “Recuperar los documentos que certifiquen sus estudios en sus países de origen es difícil por las políticas y trámites administrativos asociados”, asevera.
Tras AIEP, se posicionan otros dos institutos profesionales con más matrícula extranjera en 2023: DUOC UC con 3.247 alumnos (7,6% del total) e INACAP con 2.264 (5.3%).
Catalina Iglesias, vicerrectora académica de INACAP, afirma que “visualizamos este proceso como algo profundamente positivo. Incluir talento proveniente de otras culturas permite enriquecer nuestra comunidad educativa, aportar miradas diversas al proceso formativo y responder a las necesidades de un mundo laboral cada vez más globalizado y multicultural. Para los estudiantes, esto se traduce en una formación más integral, basada en la convivencia, el respeto mutuo y la preparación para trabajar en contextos laborales diversos”.
Iglesias agrega que “este 2025, más de seis mil de nuestros estudiantes son migrantes, cifra que se ha casi triplicado desde el 2020. Y desde esa misma fecha, ya se han titulado casi tres mil extranjeros, tanto de carreras técnicas como profesionales, provenientes principalmente de Perú, Bolivia y Venezuela, los que en conjunto representan más de un 70% de estos alumnos”.
Los migrantes en las universidades
En cuanto a las cinco universidades con mayor matrícula regular de extranjeros, la U. Católica de Chile lidera con 2.140 (5,0%) de estudiantes migrantes, seguida de la U. Andrés Bello con 1.466 (3,4%), la U. de Chile con 1.359 (3.2%), la U. de Santiago con 988 (2,3%) y la U. de Las Américas con 931 (2.1%).
Para Issa Kort, vicerrector de Asuntos Internacionales de la Universidad Andrés Bello (UNAB), “la diversidad cultural es hoy una característica visible y valorada dentro de la comunidad universitaria de la UNAB. Este fenómeno, impulsado por la migración y la movilidad internacional, no solo se refleja en el número creciente de estudiantes extranjeros, sino que ha pasado a ser parte del sello identitario de la institución. En los campus conviven diariamente personas de distintas nacionalidades, trayectorias y miradas del mundo, lo que genera un ambiente académico más abierto, dinámico y plural”.
Kort indica que su institución ha adoptado una “visión activa” frente a esta diversidad, lo que se expresa a través de “acciones que buscan fortalecer el respeto intercultural, el diálogo inclusivo y el sentido de comunidad entre estudiantes locales y extranjeros. Se desarrollan programas específicos de acompañamiento, instancias de encuentro intercultural, talleres, charlas y actividades que permiten compartir costumbres, idiomas y perspectivas distintas”.
Pero no sólo se han incorporado estudiantes provenientes de otros países a la educación superior. El fenómeno también se da en la incorporación sostenida de docentes internacionales. Según datos del SIES, entre 2015 y 2024 hubo un aumento de 171% de profesores de otras nacionalidades en las casas de estudios, pasando de 3.045 a 5.206, respectivamente.
En opinión de Isa Kort, la presencia de docentes extranjeros “permite fortalecer la calidad académica, diversificar enfoques pedagógicos y ofrecer a los estudiantes una formación con perspectiva global. Este intercambio enriquece el aprendizaje, fomenta el pensamiento crítico y abre nuevas oportunidades de colaboración científica y profesional”.
La estrategia detrás del aumento de estudiantes internacionales
Harvard volvió a estar en el centro del debate político en Estados Unidos, esta vez no por sus investigaciones ni por sus rankings, sino por representar —según Donald Trump— un riesgo para la seguridad nacional. El presidente propuso reducir al 15% la admisión de estudiantes extranjeros —hoy bordean el 27%, según cifras de la universidad— y criticó que una institución con fondos públicos reciba alumnos de países que, a su juicio, podrían “generar problemas”.
A eso se sumaron el congelamiento de recursos federales y la suspensión de su autorización para inscribir estudiantes internacionales. Aunque los tribunales frenaron parte de esas acciones, el mensaje ya está instalado: la movilidad académica está entrando en terreno político.
Mientras instituciones como Harvard, Oxford o el MIT enfrentan nuevas presiones políticas sobre quiénes pueden cruzar sus puertas, América Latina comienza a perfilarse —a otra escala— como un territorio de oportunidades para estudiantes internacionales. Chile, en particular, ha intensificado su estrategia para atraerlos y se posiciona como uno de los principales destinos de habla hispana.
Una región que abre puertas
Aunque América Latina aún no compite en cifras con los grandes polos educativos del norte global, empieza a consolidarse como una alternativa atractiva para estudiantes internacionales, especialmente de países del sur. Diversidad cultural, costos de vida relativamente más bajos y una diplomacia académica más activa explican parte de esa tendencia. Programas como Erasmus+, que ya incluye a Chile, han ampliado los flujos de intercambio en pre y posgrado. En paralelo, países como México, Colombia, Brasil y Chile han fortalecido su oferta académica con alianzas estratégicas, mejoras regulatorias y promoción internacional.
Chile ha mostrado avances sostenidos en la atracción de estudiantes internacionales. Solo entre 2020 y 2023, el número de estudiantes de intercambio creció un 67%, según datos del Servicio de Información de Educación Superior. La mayoría proviene de América Latina —Colombia, Brasil, México y Perú— y cursa programas de pregrado por un semestre, aunque también crecen los programas de posgrado completos.
Este crecimiento responde a una política articulada. Desde 2013, la red Learn Chile —impulsada por ProChile como marca sectorial de educación y que agrupa a 27 instituciones de educación superior— ha liderado la promoción internacional del país como destino académico. Entre 2020 y 2023, el número de estudiantes de intercambio en sus instituciones creció un 123,1%, reflejando el impacto de una acción coordinada y sostenida en el tiempo. A eso se suma un rol estatal más activo. “La Subsecretaría ha sido promotora de iniciativas de internacionalización, entendiendo el valor que tiene la movilidad para la generación y difusión del conocimiento”, señala el subsecretario Víctor Orellana.
Entre otras medidas, el organismo actúa como punto focal del programa Erasmus+, principal programa de la Unión Europea que financia proyectos de movilidad y cooperación académica entre los 27 países miembros de la UE y países de otras regiones, incluido Chile. Trabaja en nuevos mecanismos para el reconocimiento de títulos extranjeros y apoya convenios migratorios para facilitar permisos de residencia. Sin embargo, persisten barreras.
“El alto costo de vida, la obtención de visas y los procesos migratorios siguen siendo factores críticos para muchos estudiantes”, advierte Cristina Muñoz, directora de Learn Chile. Y agrega: “Para escalar esta estrategia como política país, es clave agilizar los procesos migratorios, establecer apoyos económicos complementarios y fortalecer la promoción del país como destino académico, también en entornos virtuales”.
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