El año dispar de Marcelo Díaz

Marcelo Díaz

La consagración del volante en Argentina aviva el debate sobre su situación en la Roja, que sigue viéndola de lejos.



Ocho meses tardó Marcelo Díaz para abrazar su primer título en Argentina. Fue el tercero que consigue en el extranjero, luego del bicampeonato con el Basilea de Suiza (2013 y 2014). Y el primero desde que quedó marginado de la Selección, primero por Pizzi y posteriormente por Rueda. Justamente, en su mejor temporada en años (más allá de aquel momento mágico para los hinchas del Hamburgo, cuando con un tiro libre los salvó del descenso), el jugador formado en la U debe conformarse con mirar a la Roja por televisión.

La consagración con Racing lo pone en la cima de los futbolistas chilenos que militan en el exterior, tanto por su participación como especialmente por la injerencia que tuvo en el título. Su inclusión en el equipo titular, después de la dolorosa eliminación en la Libertadores ante River Plate, coincidió con el crecimiento del equipo de Coudet. In cluso, el propio técnico reconoció por entonces que cambió el esquema para darle la libertad que necesita el mediocampista como volante central. Y desde ese momento, su rol fue clave.

Para desgracia de Rueda, a quien el tema de Díaz lo tiene hastiado, el éxito de Carepato vuelve a instalar el debate sobre por qué la Roja se da el lujo de prescindir de sus servicios. Lo mismo para el plantel, que hoy se divide entre quienes piden su regreso a gritos (Aránguiz e Isla, entre varios más) y otros que cuestionan públicamente al periodismo (caso Medel) de querer reinstalarlo en las convocatorias, frunciendo el ceño por el tema. En el medio, toda la caricatura de sapo que se ha construido sobre la figura de Díaz sin que nadie se haga cargo. ni siquiera el entrenador, quien con su silencio o frases intencionadas ha alimentado la polémica.

Amado por los hinchas de la Academia con la misma ferocidad que es criticado por los fanáticos chilenos que no le perdonan su error en la Copa Confederaciones, Díaz supo encantar a Argentina en menos de un año. Desde Menotti, actual gerente de selecciones del país transandino, hasta Juan Román Riquelme, ídolo de Boca, pasando por todo el medio en general, se rindieron ante su juego, al tiempo que se preguntaban cómo no estaba en la Selección, con la que ganó dos Copa América y participó en el Mundial de Brasil.

A poco más de dos meses del torneo continental, y sin mayores desafíos con Racing hasta esa fecha, salvo disputar la Copa de la Superliga (un torneo exprés creado por la AFA para llenar el calendario por dos meses), Díaz sigue a la espera. De alguna convocatoria a la Roja. O de alguna explicación convincente de por qué está fuera del proceso. Mientras, los festejos por el título con Racing siguen endulzando los oídos del pueblo de la Academia, que tiene al chileno como uno de sus preferidos.

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