En Argentina hay cuarentena total, pero aquello no bastó para que los fanáticos del fútbol no despidieran en masa a Tomás Felipe Carlovich, el Trinche, quien falleció a los 74 años luego de ser golpeado brutalmente en un asalto en las calles de Rosario.

Las puertas del estadio Gabino Sosa, de Central Córdoba de Rosario, se abrieron sorpresivamente para el último adiós del exjugador. Esta medida terminó por transgredir cualquier norma de distanciamiento social en época de pandemia. Ya sean hinchas, amigos y familiares de Carlovich se hicieron presente en el recinto, incumpliendo las normas impuestas por el gobierno de Alberto Fernández para que no se propague el virus.

Los medios transandinos detallan que, a lo menos, un centenar de personas quebró el confinamiento obligatorio y no todos asistieron con su respectivo mascarilla. Ni hablar de estar a un metro de distancia.

Un carro fúnebre ingresó a la cancha con el ataúd del Trinche Carlovich, que luego fue cargado por cercanos, en una improvisada ceremonia de despedida. Anteriormente sus restos habían sido velados en una sala de la Zona Oeste de Rosario, en un evento íntimo a petición de la familia.

El Trinche, exfutbolista de Rosario Central, Flandria, Independiente Rivadavia y Colón de Santa Fe, entre otros, fue abordado por un joven que lo hizo caer y golpear su cabeza contra el pavimento mientras intentaba robarle su bicicleta. Permaneció internado grave durante horas hasta su deceso, este viernes.