Daniel Alcaíno: "Yerko Puchento se transformó en una piedra en el zapato para Canal 13"

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El actor habla de la decisión de la señal de culminar con su personaje, de las condiciones que exigía para trabajar en TV y de su frustrado último intento por estar en Viña. Eso sí, Yerko no ha muerto y retorna en una serie de shows por Chile.


Fue en marzo, en la Fiesta de la Ostra de Cáhuil, cerca de Pichilemu, entre ceviches, pailas marinas y corderos al palo: ahí Daniel Alcaíno se convenció que Yerko Puchento no podía morir.

"Fue el puntapié inicial. Llevábamos tiempo sin hacer el personaje, yo estaba concentrado en mis cosas, cuando Jorge López me dice 'sabes que me invitaron de Cáhuil a la Fiesta de la Ostra, ¿vamos? Pero es gratis, no hay plata'", dice el actor, sentado en un café de Ñuñoa y aludiendo a su libretista histórico.

"Fue maravilloso, una cancha de fútbol llena, la gente riéndose. Una cosa son las redes sociales y la otra es lo que pasa en vivo. El chilenito que está en las redes sociales es el que tiene tiempo, el desocupado, el burgués, el que está en nada. Si alguien está en algo, si trabajas en un taller mecánico o en una panadería, no estás en redes sociales. En Twitter la gente se fija en todo lo que dijiste, tipo 'dijo un saludo a todos, ¡pero no dijo a todas ni a todes! ¿Fue discriminador?' Eso no pasa en vivo, el espíritu es otro. En Cáhuil nos entregaron un galardón, una concha de madera. Tiene un significado muy grande, porque representa para mí un antes y un después: el hecho de que esto siga funcionando, que la gente quiere que siga diciendo huevás. Que finalmente no necesito la tele. No necesito nada".

Hace un par de meses, Canal 13 le comunicó a Alcaíno que el programa Vértigo no continuaría y que su personaje Yerko Puchento, luego de debutar hace 18 años en el estelar El lunes sin falta, no tendría más pantalla. En la última semana de junio, se reunió con el nuevo director ejecutivo de la señal, Max Luksic, quien le informó que no se le renovaría su contrato como actor, el que culmina el 31 de enero de 2020.

Ante ese escenario, y luego de esa suerte de cachetazo epifánico en Cáhuil, Alcaíno decidió que su creación más popular, el hombre de los lentes dorados, del "bum bum" y de las rutinas letales tanto con políticos como con figuras de la farándula, debía tener vida más allá de un set de TV. Ahora sería clandestino y precisamente así bautizó a su nuevo show: Yerko Clandestino.

"No fue una sorpresa que Yerko se quedara sin pantalla. Era algo que se veía venir. Yo también participé en la teleserie La reina de Franklin y era el único con contrato con Canal 13, los demás todos eran externos. Sé cómo venía y cómo viene la mano, que pase esto es la crónica de una muerte anunciada y así lo tomo no más. Yo no soy actor porque me da pega Canal 13, el Teatro Nacional, una radio o una revista; soy actor porque tengo cosas que decir. No me interesa estar haciendo teleseries; o sea, no es que no me interese, no lo digo en un sentido despectivo, pero yo sé que el producto que le vendo a Canal 13 vale más en comedia y estelares, eso me interesa hacer. Porque además me queda mucho más tiempo para hacer mis cosas: leer mis libros o rascarme la guata, lo que sea. Yo lo veo en colegas, como Jorge Alís, que no necesita pantalla para estar lleno en cualquier parte. Avello, que no está haciendo humor en los programas, tampoco necesita pantalla".

¿No le preocupa estar sin TV?

No, no me da lata en ningún sentido. Hoy la gente no vive de la pantalla. Los mismos cabros que son influencers viven del teléfono. Si es por ganar plata, puedes ganarla en cualquier lado. A mí no me interesa, entonces yo no auspicio marcas, zapatillas, cuestiones, porque podría ganar cuatro, cinco palos extra diciendo "mi cerveza, mi vino Concha y Toro". No, a mí no me gusta. Cuando hice Yerko y tenía pantalla, no me interesó ganar más de lo que ganaba, hacer comerciales para ópticas con los lentes de Yerko, o revistas de moda, o hablar huevás. Nos interesa seguir independientes. Nosotros cobramos por nuestro trabajo. No nos echaron de Canal 13 porque no funcionábamos. Si ves las cifras del canal (toma un lápiz y empieza a hacer un improvisado gráfico en un individual de papel) siempre marcaba cuatro puntos, el jueves llegaba a ocho, pero en Vértigo picaba en 20. Eso era Canal 13.

¿No le molestó que hayan decidido terminar con el personaje?

No mucho tiempo. Es que no me involucro en pensamientos ajenos. Eso es pensamiento de ellos, ellos estimaron eso, y si lo estimó gente que ha echado a perder la televisión, como fue Urrutia (N de la R: Javier Urrutia, director ejecutivo de la estación hasta junio)… todo lo que hizo fue nefasto. Estuvimos cuatro años sin pantalla, entre 2006 y 2010, la época del Vasco Moulián, que puso Los Simpson todo el día. ¡Genios, po! Genios de la TV que han echado a perder todo tipo de cosas. La televisión hoy no es un referente para nadie; dos, tres puntos, cambian gente de canales, pero para qué, para nada, no sé. Y esa gente que se afirma con la desesperación del futuro y le fascina Ripley, o le fascina una empresa, o son capaces de vender cualquier cosa, o volver a hacerle reclames a La Polar, o a las farmacias, a los coludidos. Y se aseguran ellos no más, el individualismo. No sé, cada uno hace lo que puede y lo que quiere, y el hombre es uno y sus circunstancias, y quizás si yo tengo a mi hijo enfermo mañana me fascina Ripley también. En ese sentido, uno es más maduro y aprendió a cachar ciertas cosas y no hablar tanta lesera.

Alcaíno además admite que no tendría problemas en revivir a su personaje en otro canal: "Si nos quiere contratar UCV, vamos a UCV; si es CHV, vamos a CHV; o al Festival del Huaso de Olmué. Si me llama Lamadrid para el Humanamente Hablando, el día domingo, vamos también. Nunca hemos dicho que no a ningún escenario, siempre nos han temido. Cuando Viña lo tuvo Canal 13, nos llevaban a La movida del Festival, al Venga conmigo, a todas las cuestiones, pero nunca arriba (a la Quinta Vergara)".

¿Por qué? ¿Porque le temían?

No sé po, yo creo. A mí me da más prestigio eso, me siento más contento de no haber estado, porque me hace sentir que estaba pisando ciertos callos. El año pasado también hicimos negociaciones, nos juntamos con la producción, nos preguntaron si estábamos dispuestos a ir: (le dijimos) por supuesto. Después tuvimos reuniones con Pablo Morales (productor del Festival). Después supongo que pasó algo con el gobierno, quizás no le gustaba a Piñera que nombráramos a ciertas ministras.

¿Es una suposición o alguien le dijo que esa fue la razón?

Lo hace canal 7, de gobierno, todo se sabe, todo se sabe. Yerko es un personaje que no es indiferente, no es el Tufo, no es el Fatiga, es un personaje que dice cosas, que denuncia. Y por eso mismo había que sacarlo.

¿Cree que alguien en Canal 13 tomó la decisión de sacarlo?

No sé po, alguien tomó la determinación que había que sacarlo. No lo sé, pero es un hecho, ¿no? Es como sacar a Paredes, que es el goleador del equipo. ¿Quién es el goleador del canal? ¿Por qué sacarlo? ¿Por qué antes te servía y ahora no te sirve?

¿Qué respuesta tiene usted?

No me voy a meter en la mente de otros. Pero se acabó mi contrato no más po, eso. Hablar de cosas contractuales. Yo no tengo nada más que alegarles a ellos, ellos no tienen ninguna obligación conmigo, hasta ahí llega mi contrato, hasta el 31 de enero. El personaje se transformó en una piedra en el zapato para Canal 13. Es un personaje resbaloso, difícil de agarrar, es veleidoso, no tiene una línea editorial clara, confunde a mucha gente.

Polémicas: de Dávalos a Pérez

El cómico dice que también lamenta que, con la partida de Yerko Puchento de la TV, ya no existe el tipo de humor que él explota: "No hay nadie. Y es sospechoso, porque uno dice Felipe Avello, por ejemplo, ¿por qué no lo tienen haciendo humor en vez de tenerlo entrevistando a otra gente, que ese no es su fuerte? Porque en algún momento algo de verdad asoma, entre broma y broma".

Además, vuelve sobre la figura de Javier Urrutia, pero esta vez la observa como eje para hablar del presente de la TV: "(Su administración) coincidió con el momento más nefasto del Canal. Cuando se echaron más de mil trabajadores de Canal 13. Cuando Canal 13 dejó de ser Canal 13, se exteriorizó a Secuoya todas las cosas. Creo que él fue utilizado para hacer el trabajo sucio y echar gente, echar hasta a Don Francisco. Y después comenzó con una nueva onda de canal que solamente tiene el área de prensa y los demás son todos externos, van poniendo casete de cosas que les traen de afuera. Pero ya la TV dejó de ser lo que fue en los 60. Hoy es un gran avisador no más, pero hoy los avisadores están en otra parte y ellos mismos están llegando a esa conclusión, y lo único que están cuidando es su línea editorial de prensa y los intereses del dueño de turno, que no salgan los temas del dueño del 13, que no salgan los temas del dueño de Megavisión".

"Yo creo que Yerko les servía a ellos también, les ayudaba (a los dueños del 13)", postula después. "Era como 'mira, no somos fachos si el personaje se fuma un pito en vivo'. O 'el personaje salió vestido de gay, entonces no somos tan pechoños como creen'. Era un personaje que les servía cuando le servía y les disgustaba cuando les disgustaba".

Usted incluso salió disfrazado de Andrónico Luksic. ¿Cree que los propietarios del canal también ganaban en imagen al tener a un personaje rupturista como usted?

Los análisis vienen después. Pero es mérito de nosotros también ser inteligentes y jugar con eso.

¿Nunca se restringió en algunas rutinas?

Nunca ha existido eso en nosotros. Siempre estirábamos el elástico. Nunca fuimos chupamedias, ni nos fuimos al Día del Canal o el Día de aplaudir a un jefe, o la cena del Techo para Chile, o la cena de Pan y Vino para ir a pintar monos, o la comida que dan para La Teletón, que se ponen el corazón todos los huevones (hace un gesto de ponerse una chapita en la solapa)… no, váyanse a cagar. No voy. Nunca. O salir saltando en la terraza de Canal 13, "nuevo canal, ¡estamos felices! ¡nuevo logo!". No, yo no soy material de los huevones (se ríe).

"Yo nunca tuve una reunión allá arriba, el que tenía reunión arriba y el que tenía que transar eso, no sé si transar o alinear criterios, no sé cómo le llaman; pero el que debía hacer todo eso era el Jorge (López), porque él estaba contratado como guionista. Los guiones dependían de él y a él se los revisaba Bofill, Eyzaguirre o la Alejandra Pérez. Y logramos muchas cosas, logramos que solamente una persona lo viera, porque si lo pasaba por muchos criterios, no era lo ideal. Muchas manos, todos es meten. Es como mostrárselo a la señora, es como lo que le pasó a Claudio Bravo".

Una de sus polémicas sucedió con la vocera de Gobierno, Cecilia Pérez. ¿Volverá a aludir a ella en este show?

¿Quién es? (se ríe). En la medida que se genere lo que pretendemos, esta cosa de clandestinidad del de aquí no sale, puede pasar cualquier cosa. No sabría decírtelo. Pero no hay nadie vetado, no nos hemos prohibido nada.

¿Cómo enfrentó la demanda de Sebastián Dávalos contra Canal 13, por sus rutinas, por $3 mil millones?

Pa' la risa, pa' la risa. Muy patudo exigirle 3.500 millones de pesos al mismo que te pasó 6.500. Nada más po. ¿Quién le va a pagar los 3.500 millones? Él mismo que le pasó los 6.500. Es un patudo, es para la risa. Nunca me preocupó. No es tema.

¿Le gustaría estar hoy al aire para abordar los temas que han marcado este 2019?

Siempre. Imagínate lo de Piñera en el eclipse, que la gente le puso los lentes al revés; o Santiago Pavlovic, que cerró un ojo y miró el eclipse; o Junior Playboy, que le quitó los lentes a José Feliciano y se los puso. Cualquier cosa, vas llegando al paroxismo de la estupidez de que una huevá te lleva a la otra.

Con respecto a las últimas temporadas de Vértigo, comenta: "Cada vez fue bajando el presupuesto y los invitados igual. Ya iba cualquiera. Junior Playboy, era un monologo para él, era el máximo invitado que podíamos tener. Cuando iba la Vale Roth, era ya "gracias al cielo". Nosotros también ya empezamos a no hacer el show ahí (con ellos), sino hablar de política, de la calle, del virus Zika, cualquier huevá más importante que los que estaban ahí".

El tema huracán

En el último año, hubo eso sí una coyuntura que no le causó demasiadas risas. En el verano de 2018, mientras estaba vacacionando en Brasil, una periodista lo llamó para contarle que su nombre aparecía mencionado por el líder de la CAM, Héctor Llaitul, como posible ayudista de la organización y en el contexto de la Operación Huracán. Tiempo después, tal vínculo fue descartado por tribunales.

Para precisar la información, Alcaíno ahora toma nuevamente un lápiz, empieza a rayar el papel que tiene sobre la mesa y explica con impresionante detalle cómo se desarrolló este caso y cómo su nombre pudo llegar hasta esa compleja trama policial y política. Pero, por sobre todo, recalca que no lo pasó bien, que no desea profundizar en el tema, que le agota y que no fue cómodo saber que Carabineros tenía poco más de 1400 grabaciones de sus llamadas telefónicas.

"No es capítulo cerrado, todavía hay una investigación en curso. Pero yo creo que está desprestigiado el tema. Todos saben que el chip Antorcha no funcionó, que el profesor Smith no tenía la expertise ni los títulos eran bien habidos para calificarlo como un docto en la materia. Hoy día hay un proceso en curso. La gente de Inteligencia de Carabineros está presa. Hay un informe de la Cámara de Diputados que concluye que Mahmud Aleuy y el señor Mario Fernández son los responsables de la Operación Huracán, de este montaje. Y me meten a mí, porque estuve en una obra que se llama Noche mapuche, porque he dado entrevistas, porque me ven viendo visitar amigos que tienen ciertas tendencias políticas. Como todo lo que he hecho lo hice a rostro descubierto, nunca he tenido la necesidad de tomar un arma, mi arma es lo que aprendí en la Escuela de Teatro. Y cuando miro para atrás y me intervienen los teléfonos nadie está detrás de mí tampoco: no hay un sindicato de actores, nadie me defendió".

¿Le dolió eso?

Chile cambió. Antiguamente a unos actores les quemaron una carpa, los amenazaron, y vino hasta Superman. Hoy día a un actor chileno, que dice cosas, le intervienen el teléfono, lo pinchan, lo pueden escuchar, lo pueden secuestrar, le pueden hacer cualquier cosa, y no pasa nada. Nadie dice nada. Por eso el personaje de Yerko es bueno. Porque dice las cosas. Y vivimos en un Chile donde nadie dice nada.

El espectáculo Yerko Clandestino

El nuevo show del actor tiene las siguientes fechas:

- Miércoles 17 de julio, 21:00 horas, Teatro Chicureo - Venta de entradas: restaurante Mercatelli, Boulevard los Ingleses. Teléfono 22 738 34 58

- Viernes 19 julio: Enjoy Antofagasta

- Sabado 20 julio: Enjoy Coquimbo

- Sábado 27 julio : Enjoy Viña del Mar

- Sábado 7 de septiembre Santa Cruz

Como adelanto del espectáculo, Alcaíno dice que pedirá cuando esté en escena no grabar con celulares ni difundir lo que ahí se habla. El plan es efectivamente fraguar algo clandestino. "Hacemos esa invitación, yo creo que también ese es el espíritu de que la gente que echa de menos a Yerko. Queremos que se sientan que están en un lugar clandestino, así como sin teléfono, sin nada, y donde voy a poder decir de todo, voy a estar sin línea editorial, como con un espíritu del "'de aquí no sale'", culmina.

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