Un paseo para redescubrir San Antonio y Santo Domingo
Desde que San Antonio empezó a recibir la visita de cruceros, aparecieron nuevas actividades y más restaurantes, cafés, museos y paseos al aire libre ahí y en Santo Domingo. Fuimos a buscar lo mejor de estos lugares, anímate a redescubrirlos.

Viña Matetic

Foto: María Ignacia Concha
Ubicada a unos 20 km al norte de San Antonio (por la Ruta G 94 F), se encuentra esta viña famaliar y biodinámica, que abrió el año 2002 en el valle del Rosario.
En ella, además de hospedarse en su hotel boutique La Casona, también podrás tomar los tour de degustación que van desde los $ 16.000.
En estos irás en bicicleta, caballo o a pie a recorrer parte de sus nueve hectáreas de viñedos y sus bodegas. Eso, además de degustar dos o cuatro copas de sus vinos, como su carmenere y su famoso syrah, el primer vino chileno de este tipo elaborado en clima frío.
Lo mejor es terminar el paseo en Equilibrio, el restaurante de la viña, para que pruebes las delicias que prepara la chef Gloria Silva, como su risotto de setas ($ 12.900), con abundante queso parmesano, o su entraña grillada con mantequilla de cebolla, huevos de campo fritos y papas provenzales ($ 15.900I
Acompáñelo con un pinot noir que por su sabor a frutos negros es ideal para este plato.
Para conocer los horarios del hotel y actividades específicas, visita la página web de la viña www.matetic.com.
Hotel Casino San Antonio

Foto: María Ignacia Concha
Si prefieres alojar en la misma ciudad, quédate en este hotel ubicado en la costanera de San Antonio.
No te arrepentirás, porque es de Enjoy, y porque sus habitaciones son cómodas y todas tienen una increíble vista a la bahía (desde $ 80.000).
Independiente de si te hospedas ahí o no, siempre puedes ir a comer a su restaurante Ocean View, donde cocina el chef Sergio Silva (ex del Hotel Sheraton).
Aquí se preparan distintos tipos de platos, como el “caldillo de congrio” que llegará a la mesa en un burbujeante plato de greda ($ 10.900).
Y también la hamburguesa “Ocean View”, hecha de carne de vacuno, tocino, papas hilo, cebolla caramelizada con miel y pan relleno de queso cheddar ($ 9.500). Exquisitas.
El Checo

Foto: María Ignacia Concha.
Este local es uno de los secretos mejor guardados de San Antonio. Lo encuentras en la céntrica Av. Balmaceda y es una verdadera picada de puerto.
Ahí se preparan platos contundentes, como el pescado frito con la pesca del día o la cazuela con ensalada ($ 4.000), que llegará a la mesa junto a una cañita de vino.
Por cosas como esas fue que los hermanos Roberto y Nicanor Parra se convirtieron en parroquianos de este lugar.
Tanto les gustaba, que incluso dejaron recuerdos, como dibujos y mensajes en platos de cartón que ahora cuelgan en las paredes del lugar.
Quédate a conversar con el dueño, El Checo (su apodo), quien contará entretenidas anécdotas de estos importantes artistas.
Restaurante Logroño

Foto: María Ignacia Concha.
Está justo frente al mar, en una antigua casona de dos pisos construida a mediados del S. XX. Ahí se instaló hace algunos años el restaurante Logroño, de cocina fusión española y chilena.
Es buena idea ir a darse una vuelta, sobre todo después de las 7 PM, para que veas el atardecer desde su tranquila terraza.
Para comenzar pide los imperdibles ostiones gratinados en salsa de queso parmesano y carne de jaiba ($ 9.800) y, después, sigue con un “congrio a la gallega”, que la chef Francisca Ferrer prepara al vapor y acompaña con papas chauchas, pimentón dulce y picante, y aceite de oliva ($ 13.500).
Marida el plato con alguno de los vinos blancos del valle de Leyda, cercano a San Antonio, como el sauvignon blanc de la viña Leyda.
Café de la Claudia

Foto: María Ignacia Concha.
Hace un par de años, Claudia Parra abrió este café ubicado en el centro de Llolleo, la localidad que está 4 km al sur de San Antonio.
El local se hizo famoso rápidamente por lo agradable de su ambiente y por su café de grano andaluz tostado al natural, que puedes ir a probar desde las 9 AM.
También porque toda la repostería es hecha por proveedoras locales que diariamente llevan sus productos -todos caseros- hasta allá, como el cheesecake de frambuesa, hecho con masa delgada y abundante fruta ($ 2.000).
O la torta de panqueques de chocolate-manjar, que es preparada con manjar casero y es súper húmeda ($ 2.200). En el local, además, se venden delicias para llevar, como mermeladas de naranja y chutney de alcachofas, todo sin preservantes.
Si quiere conocer más detalles de este rico café entre a su página de Facebook aquí.
Museo Musa

Foto: Municipalidad de San Antonio.
En Llolleo también podrás visitar el Museo de Historia Natural e Histórico de San Antonio (Musa), que está en el cerro Cristo del Maipo, y que tiene una hermosa vista al mar y al humedal de la desembocadura del río Maipo.
Es un panorama ideal para ir con niños, porque apenas entren se sorprenderán con un esqueleto de una ballena azul de 18 metros que varó cerca de San Antonio en la década del 90.
También verán el cráneo de un cachalote, ese mamífero marino conocido por tener un cerebro gigante.
No dejes de pasar por su bioparque de cinco hectáreas, porque ahí aprenderán sobre vegetación nativa y recorrerán laboratorios donde les enseñarán todo sobre el fondo marino.
El Dominguito

Foto: María Ignacia Concha.
Es el único restaurante de Santo Domingo (ocho kilómetros al sur de San Antonio) que está abierto todos los días del año.
Está frente a la Playa Sur y tienes que visitarlo por dos razones. La primera es su ambiente: posee una terraza muy cerca del mar y sus salas interiores son acogedoras y están adornadas con fotos y libros antiguos, además de objetos de colección que los dueños, José Manuel Marambio y Christopher Cheetham, han recolectado en distintas ferias del país.
La segunda es la comida rica y abundante que prepara el chef Danilo Aristich, como la “Tabla Mixta”, con ceviche de salmón y camarón, salmón ahumado, cuatro tipos de quesos, aceitunas y pastelitos de jaiba, o el plato de lomo vetado, con puré de garbanzos y camarones al ajillo.
Parque Los Quillayes

Foto: María Ignacia Concha.
En un sitio eriazo ubicado muy cerca del centro de Santo Domingo encuentras este parque de casi dos hectáreas.
Es gratuito y muy entretenido para visitar, porque además de árboles que entregan buena sombra, tiene varios juegos, como una cancha de voleibol playa, unos xilófonos gigantes que se pueden tocar libremente y un circuito de puentes y redes colgantes que termina en un canopy de 30 metros de largo.
No temas en llevar a tus hijos, porque los juegos no superan el metro de alto, para así evitar las caídas.
También tiene un anfiteatro, donde se proyectan películas y se hacen conciertos al aire libre; la programación de estas actividades y los horarios, se publica en la web de la Municipalidad de Santo Domingo
Parque de la Ciencia

Foto: María Ignacia Concha.
El ingeniero Juan Campino tenía el sueño de crear una fundación donde poder enseñar de energía y astronomía a los niños.
Ese propósito lo logró hace un poco más de un año, cuando inauguró el Parque de la Ciencia, a unas cuadras de la playa Marbella.
Es una especie de MIM a pequeña escala, con un circuito donde se aprende desde la experiencia, es decir, son los propios visitantes quienes tienen que subirse a una bicicleta estática que le entrega movimiento a una licuadora que, a la vez, hace un jugo, por ejemplo.
Si la noche está despejada, también podrás ir a jornadas de observación astronómica que hace el mismo Campino. Son gratuitas y muy participativas.
Parque Tricao

Foto: Valentina Miranda Vega.
Recién en enero de este año se reinauguró el Parque Tricao, uno privado de 100 hectáreas que está en Santo Domingo.
Es un imperdible para ir a pasar el día, porque tiene circuitos de trekking, de bicicletas y lagunas artificiales en las que podrás navegar en kayak y en una bonita embarcación de madera.
Pero eso no es todo, en esta inmensa área verde también podrás ir al aviario de aves exóticas más grande de América Latina. Es tan enorme el recinto que las especies vuelan libre de un lado para otro.
Ojo, además tienen un hermoso humedal.
Todos los detalles en esta nota.
Artesanía a telar

Foto: María Ignacia Concha.
Si buscas artesanía local, entonces conduce por la Carretera de la Fruta (E 66) hasta Bucalemu, localidad perteneciente a Santo Domingo.
Ahí, en una casa ubicada al lado del centro médico, encontrarás a las artesanas de Santo Vellón, una agrupación de tejedoras a telar que todos los jueves y los fines de semana abren las puertas de su taller para vender sus trabajos hechos en lana de oveja, entre ellos ponchos (desde $ 5.000) y pieceras de dos plazas ($ 40.000).
Eso no es todo: para hacer más ameno el vitrineo, también ofrecen desayunos tradicionales, con café de trigo, tortilla de rescoldo y dulces de tablilla, unos parecidos a los empolvados, pero hechos con masa de hoja y rellenos con chancaca, naranja y canela ($ 1.000 los tres).
Para contactarlos escríbele a santovellon@hotmail.com
Restaurante El Yali

Foto: María Ignacia Concha.
Por El Convento, no dudes en pasar a este restaurante elegido como una de las mejores picadas de Santo Domingo, por sus inolvidables platos, todos contundentes y con mucha sazón.
Pasa y déjete encantar por su cocinero y dueño Juan Carlos Orellana, quien todos los días prepara varias recetas de cocina chilena, como una merluza a lo pobre, con papas fritas sacadas de su huerta y dos perfectos huevos de campo ($ 7.500).
También puedes probar un estofado con buenos trozos de carne de vacuno, verduras y con bastante caldo de sabor tan intenso, de esos que llaman “levanta muertos” ($ 4.500).
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