Rodrigo Delgado: "Una nueva Constitución no es necesariamente sinónimo de caos"

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El alcalde UDI por Estación Central adelanta que si el plebiscito fuera este domingo, votaría por el “apruebo”. Sin embargo, plantea que el gobierno debe asegurar las condiciones -que, a su juicio, hoy no están- para una “libre deliberación” de una convención constituyente.


Dice que le escribió a Gustavo Hasbún esta semana, cuando estalló el escándalo por un audio que llegó hasta la Fiscalía de La Araucanía, en el cual el exdiputado le pedía plata a un contratista del MOP a cambio de gestiones ante el entonces subsecretario Lucas Palacios.

Rodrigo Delgado (45), alcalde UDI de Estación Central, no solo trabajó en ese municipio cuando Hasbún lo dirigió, y tomó la posta cuando este partió a la Cámara de Diputados en 2008. Se conocen desde hace 30 años, comparten sangre árabe y una relación de amistad entre sus familias. En 2015, un audio los comprometió a ambos: en este, una periodista de la UDI afirmaba a un empresario que Hasbún haría gestiones ante Delgado para favorecerlo en una licitación. Delgado declaró como testigo y el asunto quedó ahí para él.

"Tengo claro que no lo está pasando bien, que ha sido un golpe muy duro. Le escribí para saber cómo estaba. Ahora hay un cauce judicial que él tiene que seguir. Obviamente hay situaciones comprometedoras desde el punto de vista de la información, pero lo que corresponde ahora es que él tenga la tranquilidad para defenderse", dice.

¿Le cree su versión?

No quiero especular de este caso. Él tiene su verdad y tiene que ser capaz de demostrarla. Las interpretaciones que pueda hacer no sirven de mucho.

¿La UDI debería defenderlo más?

La UDI siempre ha tenido una línea histórica, que tiene que ver con la presunción de inocencia. En este caso, el partido no tiene que tomar ninguna postura, sino que esperar los resultados de la investigación que ya está en curso. En lo personal, más allá de todo lo que se ha dicho, me provoca mucha tristeza que él esté involucrado en esto.

Delgado es de los alcaldes UDI que, como Joaquín Lavín, están por aprobar una nueva Constitución en el plebiscito de abril.

No lo había querido decir hasta ahora porque quería que su partido autorizara la libertad de acción para ellos -cuestión que lograron en el consejo general de enero- y también porque tiene una serie de resquemores que pone de manifiesto en esta entrevista.

Mucha gente, incluyendo al Presidente, dijo que lo sorprendió esta explosión de demandas sociales. ¿Se veía venir, o decir eso es ser general después de la batalla?

Los alcaldes entendíamos que había demandas sociales que estaban insatisfechas por parte del Estado. Muchas veces en reuniones con distintos gobiernos se generaban mesas de trabajo que nunca perseveraban. Lo veían como "ya, los alcaldes ya están llorando, siempre están pidiendo que mejore la salud, la educación, más plata para cubrir el déficit de ciertos temas". Si tú lo cruzas con las demandas sociales, ahí están los grandes problemas de la gente.

¿Por qué no se canalizaron esos temas? ¿Hubo ceguera, comodidad? ¿Un apego al statu quo?

Como muchas cosas en Chile, lamentablemente nos quedamos con los titulares y les damos poca profundidad a los temas. En el fondo, los que tienen que tomar las decisiones se quedan con los temas macroeconómicos. Efectivamente, Chile ha tenido una reducción de la pobreza, tiene mejores indicadores que todos los países de Latinoamérica en muchas materias. Pero a mucha gente le está costando llegar, está sobreendeudada.

¿Y cómo ve que lo ha hecho su sector en estos meses?

Creo que la centroderecha no logra instalar conceptos desde el punto de vista comunicacional. Siempre estamos reaccionando, no proponiendo temas, y hoy día estamos pagando los platos rotos por eso. Por ejemplo, la nueva Constitución se instaló rápidamente. Pero ¿qué significa?, ¿qué queremos defender? Hasta el día de hoy como sector no nos ponemos de acuerdo.

¿La centroderecha debería subirse al carro de la Constitución y empezar a discutir los temas de fondo?

Tenemos que estar preparados para todos los escenarios. Muchas veces esperamos que las cosas ocurran y no nos alcanza el tiempo para determinar las acciones a seguir. Hoy hay que modelar los escenarios, y entre los más probables está que gane el "apruebo". Como sector debemos tener una estrategia para aportar e influir en los temas que debiesen estar presentes en una nueva Constitución. Deberíamos estar ya trabajando para tener candidatos a constituyentes que sean las personas que más saben de estos temas, que puedan defender los principios y valores de la centroderecha. Ponerse en un escenario adverso futuro no significa entregarse, sino que significa planificar situaciones que hoy no vemos posibles porque nos cerramos en nuestra ideología.

Apruebo, pero...

Si el plebiscito fuera este domingo, ¿cómo votaría?

Si el plebiscito fuera este domingo, yo voto "apruebo". Entre otras cosas, porque me siento responsable de una comuna popular donde en la última consulta ciudadana, casi el 95% de las 24 mil personas que votaron ese día estuvieron por el "apruebo". Hay que escuchar a la gente y no tenerle miedo a esa participación. Mucha gente quiere una nueva Constitución que nazca en democracia, cree que es la única forma de lograr la paz en Chile y un mejor país.

Yo le tengo mucho cariño al "apruebo", lo que me perturba es la disposición de algunos de sus promotores. No quiero que mi "apruebo", el día de mañana, sea el mismo de quien trató de evitar que se diera la PSU; no quiero que mi "apruebo" sea el mismo de alguien que está quemando una micro o del que está tirando una molotov. Yo apruebo con la condición de que exista absoluta libertad de deliberación. Por ejemplo, no puedo sentirme parte si con el "apruebo" se elige a un constituyente que dice que es provida, y a las cuatro horas tiene a una horda de personas rodeando su casa. Ese es mi conflicto, que es el de varios alcaldes de la UDI.

¿Qué es lo que tendría que pasar para que estos alcaldes, incluyéndolo a usted, tengan una respuesta más categórica a favor del "apruebo"?

Que el gobierno pueda asegurar la libre deliberación cuando tengamos una instancia constituyente. Que asegure el Estado de derecho, el orden público, en cualquiera de los resultados del plebiscito de abril.

¿Esto hoy no está asegurado?

No. Cuando ves que por decir algo que no le gusta a un grupo de personas hay matonaje digital o presencial, y que eso sale gratis, se despiertan dudas de si el día de mañana habrá un debate libre. Me encantaría que así fuera porque no tengo miedo a la participación de la gente y creo que el día de mañana podríamos tener una gran Constitución. Le tengo un tremendo cariño y apego a la opción "apruebo", pero me preocupa que termine siendo un cheque en blanco para la violencia y para quienes quieren imponer sus términos por el matonaje, por la funa. Si eso ocurre, el día de mañana me voy a arrepentir de haber votado así.

¿Hay entre los alcaldes de la UDI más propensión a aprobar una nueva Constitución, que en los parlamentarios?

Sí, totalmente. Los alcaldes administramos realidades muy distintas a las de un diputado o senador.

No lo dicen tanto, eso sí. ¿Por qué les cuesta plantearlo?

Hay que mirar las etapas de lo que ha ocurrido. Las primeras semanas o meses de la crisis se hablaba de un movimiento social apolítico, hoy tengo dudas de que sea así. Cuando se ve que la violencia comienza a ganarle al movimiento social, uno tiene derecho a dudar, a tener temor y creo que eso les pasa a algunos alcaldes y alcaldesas de la UDI.

Una elección atípica

¿Va a la reelección en octubre?

Sí.

En este año electoral, ¿es difícil para un alcalde plantear que va a rechazar si una mayoría de la comuna aprueba?

Se cruzan esas dos cosas. Esta elección municipal es muy atípica, porque es local -la gente quiere saber qué va a pasar con las plazas, las veredas, las luminarias, los programas sociales- a la que se va a agregar el tema constituyente, si gana el "apruebo", y la elección de gobernador regional. Se va a polarizar en conceptos y demandas más político-constitucionales, va a pasar de la vereda a la estratosfera. El tipo de elector que va a ir a las urnas en octubre no va a ser el típico de una elección municipal, sino que se va a ampliar a otro tipo de segmento y, a mi juicio, eso va a afectar los resultados.

Los alcaldes van a tener que actuar como figuras nacionales, dar opiniones políticas...

Hay mucha gente que cree que un alcalde no debería opinar en materia constitucional. Yo soy de los que piensan que los alcaldes tienen que opinar, sobre todo porque desde el estallido de la crisis hemos tenido que exponer nuestras ideas, como cuando defendimos realizar una consulta ciudadana. Los alcaldes fuimos los primeros en salir a dar una respuesta cuando nadie daba una respuesta institucional.

¿Cómo lee ese apoyo mayoritario al "apruebo" que demostró esa consulta? ¿Qué expectativa se está poniendo hoy en la nueva Constitución?

Lamentablemente se instalan ciertos eslóganes que les falta profundidad. Yo puedo comprender que muchas personas quieran una Constitución que haya nacido por y para la gente y en democracia, y que parta de una hoja en blanco. El tema está en quienes quieren una nueva Constitución para tener mejores pensiones, más seguridad, o que los empresarios no les cobren una tasa de interés alta.

Ahí tenemos un problema: alguien va a tener que hacerse cargo de esas expectativas porque el día de mañana, aunque haya nacido una Constitución en democracia, habrá cosas que no se podrán asegurar. Ahí los municipios deben tener un rol educativo respecto de cuáles son los alcances de la Constitución. Hay que ser muy claros en que no porque un tema está ahí, se va a cumplir siempre.

Si el tema de la nueva Constitución está tan instalado, ¿la UDI hipoteca sus posibilidades políticas al abrazar tan tempranamente el "rechazo"?

Me parece que la UDI ha actuado en consecuencia. Mayoritariamente el partido está por el "rechazo", le dio libertad de acción a los alcaldes porque hay muchos que sí pensamos que una nueva Constitución no es necesariamente sinónimo de caos.

La convivencia dentro de la UDI debe ser también de tolerancia, no están los tiempos para imponerles a todos que piensen igual. La UDI es un partido cada vez más diverso y eso se tiene que reflejar en las decisiones.

Joaquín Lavín, mejor evaluado del oficialismo, también va por el "apruebo". ¿Cuán complicado es que él esté defendiendo esta opción, cuando el sector está resuelto a rechazar?

Cuando hay un liderazgo tan potente como Lavín, todos le van a exigir que se "abandere" con algo. Las otras opciones son que se quede callado o diga que va por el "rechazo", y también lo criticarían. Yo creo que él tenía claro que tenía que jugársela por una opción y lo hizo con convicción. Lo he conversado con él varias veces, este no es un tema con calculadora en mano. Él tiene muy claro que su horizonte va mucho más allá de sus cuatro años como alcalde de Las Condes y está pensando en sus decisiones más a largo plazo. Tiene las mismas preocupaciones que yo, por supuesto: la seguridad, qué va a pasar cuando tengamos que discutir temas importantes, qué va a pasar con las funas cuando algo no le guste a la gente. Pero él tiene la convicción de que Chile requiere una nueva Constitución.

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