Desde espionaje hasta extraterrestres: las teorías alrededor de los objetos voladores derribados por Estados Unidos

Marineros del Grupo 2 de Desactivación de Artefactos Explosivos recuperan un globo de vigilancia de gran altitud en Myrtle Beach, el 5 de febrero. Foto: Marina de EE.UU. vía AP.
Marineros del Grupo 2 de Desactivación de Artefactos Explosivos recuperan un globo de vigilancia de gran altitud en Myrtle Beach, el 5 de febrero. Foto: Marina de EE.UU. vía AP.

Con más preguntas que certezas. Así despertó el mundo este lunes, luego de que autoridades estadounidenses y canadienses decidieran destruir mediante el uso de aviones de guerra cuatro objetos que se mantenían volando a relativamente baja altura en sus respectivos espacios aéreos. Crisis en la que las principales teorías apuntan a espionaje e investigación.


Cuatro objetos voladores destruidos en menos de ocho días, nada más y nada menos que en cielos tanto de Estados Unidos como de Canadá. La noticia generó toda una ola de teorías –tanto conspirativas y alienígenas, como militares y geopolíticas– para las que aún no hay una respuesta clara.

Se sabe con relativa seguridad el origen del primero: un globo de procedencia china con intenciones tácticas y de espionaje, acusan desde Estados Unidos, o un equipo perdido, se defienden desde el Gigante Asiático. De los otros tres, derribados con misiles el viernes, sábado y domingo sobre Alaska, Canadá y Michigan, aún no hay siquiera fotografías.

Este lunes, el gobierno de Biden anunció la conformación de un grupo interinstitucional para tratar la oleada de objetos voladores en territorio estadounidense. “El presidente, a través de su asesor de seguridad nacional, ha ordenado hoy a un equipo interinstitucional que estudie las implicaciones políticas más amplias para la detección, el análisis y la eliminación de objetos aéreos no identificados que plantean riesgos para la seguridad o la protección”, informó el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby.

Si bien la palabra “ovni”, acrónimo de objeto volador no identificado, es comúnmente utilizado como sinónimo de invasiones de seres de otros planetas en historias, películas y narraciones de todo el mundo, las autoridades han preferido usar el concepto de “fenómenos aéreos no identificados” (FANI, o UAP por sus siglas en inglés) para no generar malinterpretaciones. Lo cierto es que se encuentran ante la aparición de numerosos objetos sin lograr identificarlos, donde numerosas teorías han aparecido para intentar dar certezas.

Espionaje extranjero

Entre las teorías que barajan los funcionarios de inteligencia estadounidense, la posibilidad de que sean naves enviadas por China u otra potencia extranjera es de las que más resuenan en tierras norteamericanas. Operación que tendría como objetivo el conocer mejor los radares o los sistemas de alerta temprana de Estados Unidos, dijeron fuentes reservadas al periódico The New York Times.

Un alto funcionario incluso deslizó –destacando que era solo una teoría– que podría ser Beijing o Moscú intentando probar la capacidad estadounidense para recopilar información de inteligencia en situaciones como esta. La hipotética misión, continuó, podría buscar aprender tanto de la rapidez con la que los organismos de Defensa actúan, como de la velocidad del Ejército en responder a una incursión de este estilo.

El Pentágono, sede del Departamento de Defensa de los Estados Unidos. Archivo de marzo de 2022. Foto: AP.

Otro punto importante, destacó el medio neoyorquino, es que a raíz de la aparición del primer globo chino, los organismos de inteligencia estadounidenses están hipersensibles ante la aparición de objetos voladores en su espacio aéreo, dedicándoles mucha más atención a naves que en otras circunstancias no las tomarían como elemento de interés.

Tras el primer incidente, el Mando Norteamericano de Defensa Aeroespacial (Norad, por sus siglas en inglés) reajustó sus valores para hacerlo más sensible a intrusiones en cielo estadounidense, lo que habría aumentado considerablemente el número de objetos descubiertos. A mayor número de búsquedas, mayor número de detecciones.

“Hemos estado vigilando más de cerca nuestro espacio aéreo a estas altitudes, incluida la mejora de nuestros radares, lo que puede explicar, al menos en parte, el aumento de objetos que hemos detectado durante la semana pasada”, explicó en una conferencia de prensa la noche del domingo la subsecretaria de Defensa para Defensa Nacional y Asuntos Hemisféricos, Melissa Dalton.

Desde el Pentágono habían advertido previamente sobre deficiencias en los anticuados sistemas de radares, sensores y alertas en la potencia norteamericana, lo que evidenció el año pasado Glen D. VanHerck, comandante del Mando Norte de las Fuerzas Aéreas. Fue en la Conferencia de Seguridad de Aspen, en Colorado, cuando dijo que los radares del Norad no podían detectar adecuadamente objetos que viajaran a velocidades hipersónicas y otras amenazas, en lo que definió como “desafíos de conciencia de dominio” para Estados Unidos. John Kirby, por otro lado, confirmó que “todavía no hemos podido evaluar definitivamente qué son estos objetos más recientes”.

¿Vida fuera de este mundo?

Extraterrestres, vida en otros planetas y ataques masivos a la Tierra han sido parte del imaginario colectivo durante décadas, lo que, considerando la aparición de ovnis en el sentido literal de la palabra, dio pie a especulaciones y temores en la población.

Ante esto, periodistas realizaron la válida pregunta al propio general Glen D. VanHerck sobre si se descartaba el origen extraterrestre. “Dejaré que la comunidad de contrainteligencia lo resuelva. No he descartado nada en este momento. Seguimos evaluando cada amenaza o amenaza potencial desconocida que se acerca a Norteamérica con la intención de identificarla”, aseguró el domingo.

Sin embargo, funcionarios de Seguridad Nacional dijeron a distintos medios locales que descartaban que los objetos derribados en el cielo durante el fin de semana fuesen alguna clase de visitante de fuera de este planeta.

El presunto globo espía chino cae hacia el océano tras ser derribado frente a la costa en Surfside Beach, Carolina del Sur, Estados Unidos. Foto: REUTERS.

Luis Elizondo, quien dirigió el programa Ovni del Pentágono hasta 2017, coincidió con un alto funcionario que dijo que nadie creía que los artefactos fueran alienígenas, sino que eran de origen terrícola. Sin embargo, Elizondo advirtió a The New York Times que la administración Biden deberá equilibrar la vigilancia con la entrega de tranquilidad para la población, para no “perseguir nuestra propia cola” cada vez que algo desconocido aparezca, tarea que definió como compleja.

Lo poco que se tiene claro de ellas es que, por ejemplo, el detectado durante el domingo acercándose al lago Hurón volaba a cerca de seis kilómetros de altura, lo que representaba una amenaza para la aviación local y desencadenó la decisión del Presidente Joe Biden de derribarlo. La nave tenía una estructura octogonal desde la que colgaban cuerdas, pero no contaba con carga útil perceptible, detallaron las autoridades.

Lo mismo ocurrió con los avistados durante viernes y sábado. A diferencia de ellos, el globo supuestamente espía enviado por China volaba a un poco más de 18 kilómetros, lo que no representaba un riesgo para los aviones.

Un funcionario del Departamento de Defensa aseguró a The New York Times que el objeto derribado el viernes –el cual se rompió en pedazos al caer– muy probablemente no era un globo. El del sábado fue descrito por autoridades canadienses como “cilíndrico”, mientras que sus vecinos sureños afirmaron que era más probable que fuese alguna clase de globo. El del domingo, al igual que el del viernes, tampoco habría sido un globo, dijeron funcionarios al mismo medio.

Desde Estados Unidos aseguraron que se están revisando videos y lecturas de sensores recogidas por los pilotos que observaron los objetos antes de confirmar la naturaleza exacta y procedencia de los elementos, lo que quedará en manos del FBI y la Real Policía Montada de Canadá.

Investigación china

Cuando hace más de tres años el científico aeronáutico chino Wu Zhe celebraba el logro de su equipo al lanzar una aeronave a más de 18 kilómetros de altura que podía recorrer todo el mundo, no esperaba que los ojos de Estados Unidos se posaran sobre él. O, al menos, no de la manera en que posiblemente le hubiese gustado.

Wu Zhe declaraba en aquel momento a una agencia estatal que su invento, la aeronave “Cloud Chaser” (Cazador de nubes), constituía un hito para su sueño de poblar las capas superiores de la atmósfera con globos dirigibles que pudiesen utilizarse para alertar de catástrofes naturales, controlar la contaminación o llevar a cabo vigilancia aérea.

Hoy, el científico aparece como uno de los precursores de esta tecnología que podría estar relacionada con el primer globo descubierto en cielos estadounidenses, y según The New York Times, conformaría también parte de las pruebas de Washington de que Beijing llevaba años ambicionando el rastrear actividades terrestres desde grandes alturas, ya sea con fines domésticos o de inteligencia.

Un globo con la bandera china frente a una bandera estadounidense en forma de contorno de mapa de Estados Unidos, ilustración del momento que viven ambas naciones. Foto: REUTERS.

Si bien en reportajes de medios de comunicación chinos, estudios académicos y discursos de funcionarios se demuestra que el profesor Wu Zhe habría sido clave para el desarrollo de esta tecnología que, en el papel, tenía una finalidad de investigación y prevención, la posibilidad de que esta sea utilizada para otros medios no ha sido descartada.

“Mira, ahí está América”, dijo el experto en un video en el que se presentaban los alcances de su invento, mientras mostraba una línea roja en la que se veía la trayectoria del dirigible. En ese momento, se encontraba en el Océano Pacífico y se aprestaba a cruzar Asia, el norte de África y el extremo sur de Estados Unidos.

De vuelta en el presente, China denunció el lunes que también estaba siendo objeto de vigilancia norteamericana, luego de que afirmaran que detectaron más de 10 globos aerostáticos pasando sin permiso por espacio aéreo chino durante el año pasado.

Wang Wenbin, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, dijo que era “habitual” que naves estadounidenses “penetraran ilegalmente en el espacio aéreo de otros países”, sin dar mayores detalles.

La acusación fue descartada en Washington, quienes aseguraron que “cualquier afirmación de que el gobierno de Estados Unidos opera globos de vigilancia sobre la República Popular China es falsa”, dijo Adrienne Watson, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional.

A nueve días del inicio de una historia compleja, cuando el 4 de febrero un globo chino fue derribado por un avión F-22 estadounidense, la trama con tintes geopolíticos sigue su curso a la espera de una confirmación oficial sobre el origen de los misteriosos objetos voladores que surcaron los cielos norteamericanos.

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