Diego Ibáñez (CS) evalúa el primer mes de instalación: “Todos hemos aprendido, no solamente la ministra Siches”

03 DE FEBREO DE 2020/VALPARAISO Diego Ibañez en su intervencion pide minuto de silencio , durante la acusación constitucional en contra del intendente de la Región Metropolitana que se realiza en el Senado FOTO: PABLO OVALLE ISASMENDI/AGENCIAUNO

El parlamentario, que suena como una de las cartas para asumir la dirección de Convengencia Social, el partido donde militar el presidente Gabriel Boric, evalúa las primeras semanas en el gobierno. Reconoce que el modelo de alianza con el Socialismo Democrático está en rodaje y por lo pronto no es realista pensar en una sola coalición. "No me quiero poner en la situación en que alguien haga campaña por el rechazo", dice sobre la eventualidad de que en el bloque PS- PPD surjan dudas sobre la propuesta constitucional que emane de la Convención.


El diputado Diego Ibáñez se perfila junto a Gonzalo Winter como una de las cartas que podrían asumir la conducción de Convergencia Social, el partido del presidente Gabriel Boric.

La colectividad tendrá su proceso de elecciones internas durante el mes de mayo y la apuesta que asuma una lista de consenso que cumpla con la expectativa fijada desde el propio Ejecutivo de contar con orgánicas partidarias fuertes en el Frente Amplio que le den apoyo al gobierno en un año clave de instalación.

En conversación con La Tercera, Ibañez hace un balance positivo del primer mes de instalación que se cumple hoy, pese a los incidentes protagonizados por la ministra del Interior Izkia Siches que partió enredada con el fallido viaje a Temucuicui, luego pidió disculpas públicas por el uso del término Wallmapu y por la falsa acusación a la administración de Sebastián Piñera de haber devuelto un avión con migrantes desde Venezuela. Un impasse la semana pasada eclipsó el anuncio del gobierno del Plan de Recuperación Inclusiva de gobierno.

¿Qué se aprendió este primer mes después de estos errores no forzados?

Cuando eres un gobierno nuevo y con una vara que es mucho más alta que la que ha tenido cualquier otra coalición, hay que ser mucho más cuidadosos, porque la gente te mira con otras expectativas. Eso creo que hemos aprendido bastante en este primer mes y estamos trabajando en recuperar esa confianza con comunidades mapuche y también con autoridades locales.

¿Saca una lección en particular de los episodios protagonizados por la ministra?

Es evidente que fue un error, ella se ha atrevido a tomar el ‘fierro caliente’ que es Interior. Todos hemos aprendido, no solamente la ministra, que lo importante es ser autocrítico, aprender y actuar con rigurosidad y entregar certeza a la ciudadanía. Hay temáticas sobre las que tenemos que tener especial cuidado porque la izquierda tiende a bajarle el perfil. Tiene todo nuestro respaldo, estamos empezando y queda aprender para hacerlo mejor”.

Hay dirigentes que plantean que el modelo de un gobierno y dos coaliciones (Apruebo Dignidad y el Socialismo Democrático) no termina de cuajar. ¿Cómo ve esa relación?

Lo primero que hay que entender es que si al gobierno de Gabriel Boric le va mal, no solo pierde Apruebo Dignidad, porque difícilmente el PS, PPD e incluso la DC van a escapar de una oleada conservadora. Hoy los cuadros políticos en el mundo están oscilando muy rápidamente, basta con mirar a España. Creer que hoy somos una coalición está lejos de la realidad. Eso no se decreta, se construye avanzando en el propósito y avanzando en el programa de gobierno con votos. Esto es una política que se construye para ampliar la base social y de base parlamentaria, y en eso nos vamos a esforzar para afinar los mecanismos de diálogo y también incorporarlo a todas las fuerzas.

¿Cómo ha sido la convivencia durante este primer mes?

En lo interno hoy tenemos que aceitar más los canales de diálogo hacia las bases de la coalición. No basta que los partidos discutan entre direcciones, hay que incorporar en las decisiones política a la diversidad territorial de las fuerzas y consolidar el sentido de proyecto. E incluso dentro del Frente Amplio y Apruebo Dignidad, porque esto tiene que durar más de cuatro años, no es una carrera de 100 metros. Los espacios de diálogo y deliberación tienen que ir acompañados de los distintos municipios, las gobernaciones regionales y también la militancia. Esto tiene que tomar un sentido proyecto y y va mucho más allá de sumar mayoría en el Parlamento, sabiendo que esa es una urgencia programática. Pero el ‘combustible moral’ por decirlo de alguna forma, trasciende las paredes del Congreso.

¿Se ha ido afianzando la relación partidaria, o aún falta?

El Frente Amplio viene de una cultura de la movilización social estudiantil y los partidos más tradicionales tienen una cultura de lucha contra contra la dictadura. Ambas coaliciones hoy están aceitando sus relaciones y creo que, al menos en el último tramo, se ha consolidado en esa reflexión. Pero tiene que seguir profundizándose ese términos estratégico. La estrategia tiene que ver con el rol del Estado, tiene que ver con el rol del protagonismo ciudadano y también de la incorporación de distintos territorios al debate del cotidiano del gobierno.

¿Se ve factible converger en una sola coalición, con el tiempo?

Una coalición no se decreta, es producto de un debate estratégico que se tiene que dar con el tiempo. Y cuando tú tienes una cultura política que vienen de las movilizaciones sociales, que también fue fruto de tensiones en los últimos 20 años, esa confianza es necesaria ir construyéndola en el tiempo a medida en que vas cumpliendo con los propósitos. Nosotros tenemos toda la voluntad para que los propósitos se cumplan y, por tanto, para dar ese debate en la medida que avancemos.

¿Cuáles son los puntos que hay que afianzar antes de converger?

Una coalición es producto de un proceso donde avanzas de la mano para consolidar ciertos cambios y eso está recién empezando. Lo que estamos viendo ahora es muy inédito, es primera vez que una coalición como Apruebo Dignidad gana y llama e invita a otras coalición a ser parte, para ampliar su base política y social, y eso nunca había pasado antes en los últimos 30 años. Y tiene que ver con que hoy día el fraccionamiento en muchas identidades políticas en la sociedad se traspasa también al Congreso y tenemos que conjugar esa mayoría con los principios del programa, y ese proceso tiene que cuajar en algún momento en, en, en victoria para la gente.

¿Falta para que se consolide?

Falta mucho para que se consolide. Es un debate colectivo que tenemos que dar en algún momento. Hoy día lo que nos interesa es que la prioridades del gobierno puedan avanzar. El paso siguiente será un debate colectivo que daremos como Frente Amplio, y sin duda que disponibles a ampliar la base del gobierno.

Proceso constituyente

Otro tema que cruza esta semana al gobierno es la Convención Constitucional. Hay un dilema sobre si el gobierno toma una postura más activa por la opción del apruebo o que incida de mayor forma en la convención. ¿Qué postura tiene?

La revuelta, la pandemia y las elecciones fueron un momento de ruptura excepcional, y después de la euforia del fin de semana, viene el lunes. Este fervor tiende a estabilizarse. Es decir, lo que veo en las encuestas es importante, pero es más importante lo que hacemos ahora y es momento de ir navegando con fórmulas diferentes. Hoy, más que el Presidente en sí mismo, somos las fuerzas políticas las que ya empezamos a trabajar y apoyar a la Convención para cimentar acuerdos amplios, representativos, convocantes.

El gobierno ha dicho que una nueva constitución es una condición sine qua non para el cumplimiento del programa de gobierno. ¿No debería el gobierno también “incidir” de forma más explícita?

El plebiscito es un momento en el cual también el Gobierno puede plantear su posición y lo va a hacer y va a ser una campaña decidida por el Apruebo. Hoy lo importante -y que es tarea de las fuerzas políticas- es hacer que los convencionales y los movimientos puedan construir los acuerdos más amplios posible para que el texto de borrador de la nueva Constitución represente a todos los chilenos. Ese es el objetivo hoy, y por supuesto, combatir las fake news, porque hay una campaña deliberada para deslegitimar el proceso y que nada cambie en Chile.

¿La campaña decidida por el Apruebo es una definición de gobierno?

En su momento se va a discutir, cuando los tiempos administrativos den para ello. Ahí está todo regulado por el Servel.

En Apruebo Dignidad se ha instalado una postura de que no hay dudas de que se apoyará el texto constitucional que se emane.

Así es.

¿Habría un quiebre si algunos partidos del Socialismo Democrático no están decididamente por el Apruebo?

Hay un diálogo abierto para que esa situación no llegue a ocurrir. No me quiero poner en la situación en que alguien haga campaña por el rechazo. El compromiso es llegar a ese acuerdo lo más amplio posible y sumar a todas las fuerzas a una campaña. Nuestra condición como Convergencia Social, como Frente Amplio para hacer que que la campaña sea una campaña de unidad y que represente a todos los sectores que están por los cambios y si alguien no se siente convocado en ello, lo invitamos desde ya a establecer los puentes.

¿Cuál es el ánimo frente al quinto retiro? Desde el PC, diputados como Matías Ramírez, han adelantado que son proclives a aprobar.

Desde el gobierno, hay una voluntad sobre abordar los problemas de seguridad social y el problema de desigualdad de su estructura. El cambio debe ser inclusivo y es un puntapié para dar ese debate más estructural. Hoy no hay libertad humana sin seguridad social. No vamos a ser menos desiguales retirando todos los ahorros. El llamado es a votar con esta responsabilidad por delante, con la responsabilidad de gobierno y la de mirar la proyección de la desigualdad a largo plazo.

Sobre la interna de Convergencia Social, se perfila como el candidato de una de las facciones...

CS es un partido nuevo y se ve la urgencia de acudir a la labor de gobierno. Hemos dado ese debate dentro de la Dirección Nacional y tenemos ahora pronto elecciones internas. Vamos a poner todo el esfuerzo porque se fortalezca el partido y no se debilite en este proceso gobierno. Con respecto a presidir Convergencia Social, estamos siempre disponibles a asumir el desafío, pero antes de levantar cartas tenemos que plantear cuál va a ser la estrategia entendiendo que somos el partido del Presidente.

Con el enrolamiento de firmas por Boric, ustedes superan los 35 mil militantes, pero en su última votación interna para las modificaciones estatutarias votaron muy pocos militantes. ¿Hay un desafío ahí?

La gente que firmó por Gabriel Boric tiene distintos niveles de compromiso y es muy propio de esta sociedad, que tiene vocaciones de formas y motivación distinta y diversa. El desafío siempre es convocar a la mayor cantidad de militancia activa posible. Cada vez participa más gente, hay más entusiasmo y lo importante es consolidar ese entusiasmo en el partido.

En el proceso de designación de algunas autoridades, particularmente embajadores, se criticó que el presidente en algunas embajadas clave incluyera a algunos cercanos como el militante de Convergencia Social, Javier Velasco. ¿Hacen alguna autocrítica ahí?

Lo que se ha hecho ahí es esperar lo prometido a la sucesión de funciones de carrera, de tener solo un 20 por ciento de embajadores políticos y eso lo vamos a cumplir. Pero comparto que el compadrazgo en el poder va a ser un trabajo constante combatirlo. Ahora, las personas que se han nombrado dentro de ese 20 por ciento y que son de confianza cuentan con la competencias necesarias.

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