No me ayude tanto, jefe: El complejo septiembre que se le viene a Blumel

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El Presidente Sebastián Piñera y el ministro de la Segpres, Gonzalo Blumel, el 16 de abril pasado.

El hecho de haber calificado a la oposición de antipatriota crispa aún más los ánimos para los acuerdos.


A los leones tendrá que lanzarse ahora el ministro secretario general de la Presidencia, Gonzalo Blumel. Con el Congreso ya encendido y la oposición más crispada luego de que el Presidente Sebastián Piñera les acusara ayer de una "actitud antipatriota" -en El Mercurio-, la tramitación del salario mínimo, del presupuesto y la reforma tributaria dejan al secretario de Estado a las puertas de un examen. Si bien la oposición dicen que dialoga con todo el arco político, en dicho sector siguen dudando de su margen de maniobra y de señales como la que dejó en julio el ministro del Interior, Andrés Chadwick, cuando le dijo "es como mi hijo" ante los parlamentarios del PPD.

El diagnóstico esta mañana, es que el Jefe de Estado le subió aun más la vara a Blumel. "Las declaraciones desafortunadas del Presidente Piñera hacen muy difícil el trabajo del ministro Blumel, que consiste precisamente en buscar entendimientos con la oposición", dice el jefe PS Álvaro Elizalde.

Su par José Miguel Insulza (PS)  acota que "se le pone más difícil a todo el mundo cuando el Presidente se desata como ayer. Pero en estas cosas hay que mantener la calma y no dejarse llevar por las pasiones". Y que "el ministro depende de su capacidad y habilidad; él las tiene. También del apoyo del Presidente; no sé si lo tiene o no, pero el lenguaje del Presidente ayer no es el que usaba el ministro Blumel con nosotros. Tercero, necesita el apoyo de sus colegas también: si se va a discutir el salario mínimo, uno espera que el ministro de Hacienda esté", dijo, aludiendo a la ausencia de Felipe Larraín en el último día del debate. "Al ministro de la Segpres no lo pueden dejar solo", sostuvo.

Desde el PC, el diputado Daniel Núñez advierte que Blumel "es una persona dialogante, que busca espacios y acuerdos en el Congreso; pero está preso de una derecha más dura, que no le da espacio político, y él termina involucrándose en operaciones suicidas, como el famoso tema del veto sustitutivo". Y hace ver que "lo lógico sería que estuviera empoderado para resolver y terminar una negociación, y no esperar vistos buenos de terceros. Ojalá lo empoderen para conversar con él en serio".

Desde el Frente Amplio, el senador Juan Ignacio Latorre (RD) reconoce que Blumel "tiene un talante humano muy cordial muy respetuoso y dialogante. Pero es alguien que tiene poco poder: se dice que es quien lo tiene es Cristián Larroulet en el segundo piso", y que "no tiene la llave para destrabar los conflictos, tiene poco poder real. Y con sus palabras, el Presidente no ayuda al diálogo". Agrega que "lo que ha tratado de hacer Blumel hasta ahora es pirquinear votos en la Cámara, con algunos decés, algunos radicales, algún independiente, algún PPD, y después en el Senado eso se cae".

En el PPD, el senador Felipe Harboe sostiene que con sus críticas, Piñera "le pone un imposible al ministro Blumel, que es avanzar en ir creando una relación de confianza con la oposición y buscar puntos de acuerdo. No es posible que haya dos almas en el gobierno y una bipolaridad evidente".

Su par Ricardo Lagos Weber acota que "el Presidente no le pone la pista pesada al ministro Blumel, se la pone él mismo", y aunque "no me trató de antipatriota el ministro Blumel, sino el Presidente, éste no ayuda a su ministro con esas palabras".

En la DC, el jefe de sus diputados, Matías Walker, dice que aprecia al ministro "y me consta que siempre ha privilegiado el diálogo. Pero la del Presidente, no ayuda al cometido de su ministro".

El análisis interno

En La Moneda rebaten los cuestionamientos y dicen que pese a todo vencieron en el rechazo a la acusación constitucional contra el ministro Emilio Santelices, y que consiguieron acuerdo para instalar a Ángela Vivanco en la Corte Suprema,  la Ley de Identidad de Género, el Consejo Asesor Fiscal  y el ministerio de las Ciencias, entre otros puntos a favor.

Su subsecretario, Claudio Alvarado, agrega que "en el mediano y largo plazo hay voluntad y predisposición al diálogo. Lo que hay que definir por parte de la oposición es quiénes serán sus liderazgos ordenadores". Y que "muchas veces las situaciones tienden a sobredimensionarse. A las horas los mismos actores tratamos de buscar una salida; no tengo dudas en que el tema quedará resuelto en las próximas horas".

¿Y el ministro? En su equipo dicen que en las próximas horas se va a zanjar el tema del salario mínimo y con eso, detallan, se caerán gran parte de las críticas respecto de la gestión que ha tenido cartera, ya que se va destrabar a través de un acuerdo que ha significado una ronda de conversaciones de Blumel con dirigentes opositores.

Con todo, admiten que la entidad ha tenido dificultades, pero la vinculan no sólo al aprendizaje de Blumel sino también al manejo sectorial de los ministros. "La Segpres tiene un rol coordinador y depende en gran medida de cómo se manejan los titulares de cada sector", consignan. Así, por ejemplo, las iniciativas impulsadas por quienes tienen experiencia parlamentaria, como Alberto Espina en Defensa, tienen una mejor acogida que otras impulsadas por secretarios de Estado como Emilio Santelices de Salud.

A eso se suma, plantean, dificultades para sostener negociaciones con una oposición que está fragmentada y que hace que no sea suficiente el conversar con los presidentes de las comisiones o incluso de un partido para garantizar el apoyo en bloque de la colectividad. "No hay ningún dirigente de la oposición que hoy esté legitimado para hablar en nombre de todo su partido, menos en nombre de toda la oposición. Eso hace difícil avanzar", señalan.

Un punto que también levantó una alerta respecto de la pérdida de terreno de Blumel fue la creación de una unidad jurídica, hasta ahora inexistente, en la Dirección de Presupuesto que podría quitarle peso a la división que opera con estos fines en la Segpres al segmentar funciones. Sin embargo, altas fuentes de la Dipres descartan esta posibilidad y plantean que se trata de un departamento que agrupa a cuatro abogados que ya trabajaban en la institución y que estarán a cargo de dar respuesta a los múltiples requerimientos de Contraloría, en particular de consulta sobre en qué circunstancias se deben entregar bonos en retiro; y también la revisión de decretos de materias presupuestarias. "Estamos formalizando una unidad jurídica que ya existía. No tiene que ver con la función de la Segpres de chequeo de leyes. Este trabajo siempre se ha hecho y ahora se está coordinando", detalla esta fuente.

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