Portugal colapsado por el Covid-19: Cambian al jefe de vacunación y crean plan para enviar pacientes al extranjero

Un paciente con Covid-19 es trasladado desde Lisboa al hospital de Funchal, en la isla de Madeira, Portugal, el 29 de enero. Foto: Reuters

El país registra actualmente las mayores tasas de notificación de contagios y muertes por Covid-19 de la UE. La crisis sanitaria es tal que Alemania, Austria y España ofrecieron ayuda.


La situación sanitaria en Portugal es crítica. El país, que se mantuvo en números estables durante los primeros meses de la pandemia, hoy no cuenta con la misma suerte. Según la agencia France Presse, es la nación país más afectada por el Covid-19 en proporción a su población, de 10 millones de habitantes.

A pesar de la cuarentena que rige al país desde el 15 de enero, durante la semana pasada alcanzó un peak de contagios, con más de 16 mil en un día. Con 740.944 casos y 13.257 decesos acumulados, Portugal cuenta con la mayor tasa de notificación de infecciones de la Unión Europea en los últimos 14 días, con 1.652,47 por cada 100.000 habitantes, según datos del Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC). También lidera la tasa de notificación de muertes por el virus, con 362,55 por cada millón de habitantes.

Además, casi la mitad de todas las muertes asociadas al Covid-19 durante la pandemia en Portugal se registró en enero: 5.576 personas fallecieron ese mes producto del coronavirus.

Un florista prepara coronas en una agencia funeraria en Amadora, en las afueras de Lisboa, el lunes. Foto: AP

Para los expertos en salud pública hay varios factores que explican la situación actual del país, entre ellos la relajación en las interacciones sociales durante las vacaciones de Navidad -en las que se permitieron los desplazamientos por todo el territorio y no se impusieron límites a las reuniones familiares- y la propagación de la cepa británica.

“En noviembre teníamos valores aceptables de incidencia de nuevos casos, no teníamos cifras descontroladas”, le explicó a BBC Mundo Carla Nunes, directora de la Escuela Nacional de Salud Pública de la Universidad Nova de Lisboa. “Lo que creemos que ocurrió es que las personas hicieron ligeras alteraciones en su comportamiento, en el sentido de ser más permisivas”.

La crítica situación afecta de forma dramática a los servicios de salud. La última cifra indica que habían 6.869 pacientes hospitalizados en distintos centros de salud por la pandemia, de los cuales 877 permanecían en unidades de cuidados intensivos. El colapso quedó de manifiesto en las largas filas de ambulancias estacionadas afuera de los hospitales esperando a ser atendidas el fin de semana. Algunos pacientes incluso tuvieron que pasar la noche al interior de los vehículos. Además, el viernes tres pacientes tuvieron que ser trasladados en avión desde Lisboa hasta la isla de Madeira por falta de camas.

Un trabajador de la salud hace un gesto junto a ambulancias que transportan a pacientes con Covid-19 fuera del Hospital Santa María, en Lisboa, el 22 de enero. Foto: Reuters

Alexandre Lourenço, presidente de la Asociación Portuguesa de Administradores de Hospitales, dio una entrevista la semana pasada donde aseguró que, para combatir la primera ola, se tuvieron que atrasar 120.000 operaciones y 10 millones de consultas médicas presenciales. “El sistema ya estaba roto antes de la segunda ola (...) Después de 10 años, volver a pedir ayuda al extranjero por nuestro fracaso es humillante”, reconoció.

De hecho, Portugal cambió al jefe del plan de vacunación contra el Covid-19 por escándalos de inoculaciones fuera de turno y por la frustración ante el lento avance del programa, como ocurre en otros países de la Unión Europea. Al ritmo actual, con un promedio de poco más de 10.000 dosis administradas diariamente, Portugal alcanzará su meta de inmunizar al 70% de su población adulta en 2023. El objetivo era lograrlo a finales de verano inoculando a alrededor de 50.000 personas al día, según The Associated Press.

Y esta semana será clave. El domingo, el gobierno del primer ministro António Costa prorrogó el estado de emergencia hasta el 14 de febrero. Además, anunció un endurecimiento de las medidas, como la limitación los viajes de portugueses fuera del territorio continental, cuarentena obligatoria para viajeros que ingresen al país y la suspensión de actividades en establecimientos educativos. Desde el 18 de enero también está prohibido el funcionamiento de restaurantes (incluso para llevar) y el uso de espacios públicos para el ocio.

Un sacerdote realiza una breve ceremonia antes de la cremación de una víctima del Covid-19 en un cementerio en Alcabideche, en las afueras de Lisboa, el miércoles. Foto: AP

Se espera que estas medidas, sumado a la cuarentena que rige en el país desde el 15 de enero, disminuyan el número de casos de Covid-19.

Ayuda desde el extranjero

Diferentes países han brindado su ayuda a Portugal para enfrentar esta crisis. El canciller de Austria, Sebastian Kurz, ofreció públicamente trasladar algunos pacientes de cuidados intensivos -aunque no estén afectados por el virus- para que el sistema de salud portugués pueda tomarse un respiro. Esta posibilidad fue confirmada el lunes por la ministra de Salud de Portugal, Marta Temido.

“La pandemia del coronavirus supone un desafío enorme para todos los países europeos. Es necesario que haya solidaridad europea para ayudar a salvar vidas humanas de forma rápida y sin burocracia”, dijo Kurz en un comunicado.

Durante la pandemia, Austria ya ha aceptado pacientes críticos provenientes de Italia, Francia y Montenegro.

Por otro lado, el Ministerio de Defensa alemán concretó el envío de equipos médicos a Portugal, que el miércoles arribaron al país con 26 militares de apoyo. Entre el equipamiento desplegado se incluyen 150 camas de hospital de campaña, 150 aparatos de sueros y 50 respiradores.

Personal del Ejército alemán tras desembarcar en el aeropuerto de Lisboa, el miércoles. Foto: AP

Durante la primera ola, Alemania también ayudó a enfrentar la pandemia a Italia, República Checa y Francia.

Fuentes del Ministerio de Salud portugués dijeron al diario Público que “se están considerando todas las posibilidades para seguir asegurando la atención sanitaria a los portugueses”. Además, agregaron que “en un marco de apoyo externo, los mecanismos de cooperación europea son obviamente una posibilidad, dependiendo de la evolución que se produzca”.

Su vecino, España, también ha ofrecido colaboración. El Ministerio de Asuntos Exteriores español se puso en contacto con el embajador de Portugal en Madrid para “para poner a disposición ayuda dentro de las posibilidades”. Si bien aún no hay detalles de la oferta, la embajada portuguesa confirmó a Europa Press que “España ha ofrecido ayuda a Portugal por la situación pandémica y se están estudiando modalidades de apoyo”.

El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES) de España dijo el lunes que actualmente el país “no está en buena situación para ofrecer camas de UCI (…) Me parece lógico que si se puede se haga, pero ahora estamos en una situación complicada para ofrecernos”, comentó.

Fronteras cerradas

Desde el domingo, se establecieron controles en la frontera terrestre con España y la prohibición general de abandonar el país -salvo en casos excepcionales- hasta el 10 de febrero.

Frontera con Portugal en Valverde del Fresno, un municipio español. Foto: Europa Press

La ministra española de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación, Arancha González Laya, dijo que “sabemos que esto no gusta a nuestros ciudadanos, sobre todo a los que viven en zonas fronterizas, entendemos su desasosiego pero les pedimos que nos ayuden con su comportamiento responsable y su paciencia para que juntos podamos controlar la expansión de esta pandemia”, expresó en alusión al cierre fronterizo de Portugal.

Alemania y Reino Unido, por otro lado, prohibieron la entrada de personas provenientes de Portugal por las variantes de Covid-19.

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