Raúl Zurita: "Observo el país con un nivel de debate paupérrimo"

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El poeta viajó a Italia para someterse a una intervención por el Parkinson que padece hace 20 años. En estos días se publica en Chile y el resto de Hispanoamérica la antología Guárdame en ti, preparada por el crítico español Ignacio Echevarría. En septiembre, además, se estrena el documental Zurita, que retrata sus últimos años afectado por la enfermedad.


Se encuentra en Italia hace algunas semanas. El poeta Raúl Zurita (1950) viajó a ese país para someterse a una intervención para el tratamiento del Parkinson, enfermedad que padece hace 20 años. "Descanso, viajo, escribo, espero la llamada de un hospital diciéndome 'ahora'. Estoy en Pavía, una ciudad muy bella que está a media hora de Milán y que tiene cosas extraordinarias, como toda Italia, desde donde observo el panorama de Chile", cuenta el autor de Purgatorio.

La espera no le ha impedido moverse. A mediados de junio participó en el Festival de Poesía de Rotterdam, en Holanda. También hizo una visita especial: recorrió el campo de concentración de Auschwitz, en Polonia.

Por estos días, llegan a librerías de Hispanoamérica copias de Guárdame en ti en la colección Poesía Portátil del sello Random House. La antología es una selección a cargo del crítico español Ignacio Echevarría, quien tomó versos de los libros Tu vida rompiéndose y La vida nueva. También en septiembre se estrena en salas chilenas el documental Zurita, donde la directora Alejandra Carmona Cannobio retrata los años más recientes del autor, en particular su batalla contra el Parkinson.

https://youtu.be/n7o_6zhbPv8

Premio Nacional de Literatura, profesor emérito de la UDP y Premio José Donoso 2017, Zurita integró​ en los 80 el CADA (Colectivo de Acciones de Arte), junto a los artistas Lotty Rosenfeld y Juan Castillo, la escritora Diamela Eltit y el sociólogo Fernando Balcells. El poeta lleva varios años escribiendo las memorias sobre aquellas intervenciones radicales en años dominados por la represión. Parte de esos recuerdos se publicarán, aún sin fecha, por Literatura Random House.

¿Cómo han sido sus días en Italia?

Como te decía, descanso, leo, viajo y escribo... Igualmente observo el panorama del país y cierta clase dirigente, insular y con complejo de superioridad, lo que es una mezcla fatal, con un nivel de debate paupérrimo. Esa es la condición ideal para que triunfe el fascismo como ya ha ocurrido en Italia. Claro, en Italia te internas por una callecita medieval y en dos minutos estás frente a la eternidad, pero no hay nada más efímero que la eternidad; en cada ser humano violentado la eternidad se derrumba, lo primero que se derrumba frente al hambre es la historia. Y es esa la lucha cotidiana del poeta de hoy: luchar para que no se derrumbe la eternidad; es decir, luchar para que no haya hambre en el mundo.

Guárdame en ti está dedicado al editor Claudio López fallecido en enero, a los 59 años...

Claudio López fue un ser entrañable, con quien nos vimos todas las veces que él venía a Chile o yo iba a España, la última vez fue en Guadalajara; no coincidíamos pero él se quedó una noche más para que almorzáramos juntos. Llevo conmigo la última imagen que tengo de él y es como si hubiera una bondad no humana que te entregan las imágenes más queridas con una lógica que es incomprensible. Luego vino la llamada del querido Ignacio Echevarría pidiéndome que grabara el poema Guárdame en ti para ponerlo en los funerales; cómo no me voy a emocionar cuando me llega el índice de este libro. Quienes me conocen saben que soy muy poco chic, solo un predecible sentimental.

¿Tiene alguna obra pendiente que desea desarrollar?

Estuve en Auschwitz y fue una experiencia arrasadora. Todo el arte moderno se derrumba frente a eso. Adorno dijo, como se ha citado tantas veces, que después de Auschwitz no se puede escribir poesía. Yo pienso que lo único que se puede oponer frente a esa dimensión casi inconcebible del horror humano, es la humildad dolorosa del poema. Auschwitz es la prueba máxima de que aquello que llamamos humanidad no se merece su lugar en el universo. Y el universo lo sabe.

¿Ha sido complejo escribir sobre el CADA?

Escribí muchos de los textos del CADA, y en los últimos años sentí la necesidad de retomar esos escritos. Desde entonces no he parado de escribirlo, de hecho una parte, la publicable, está comprometida con Random. Mi dilema no es hasta dónde puedes escribir, debes escribirlo todo, sino hasta donde puedes éticamente publicar. Cuando escribí Zurita (2011) mi respuesta fue inmediata: no hay límites, y eso fue su ética. El CADA fue mucho más que un grupo de artistas activistas, fue el lugar donde unos pequeños tipos rotos de un pequeño país roto apostaron sus mínimas vidas, sus pequeños delirios, sus cortos amores, para recordarles a los otros la grandeza de un sueño que ninguna dictadura puede abatir: el sueño de un nuevo sueño. Las acciones de arte fueron antes que nada eso: el sueño de un nuevo sueño.

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