Universidades apuntan a clases híbridas para el segundo semestre y priorizan presencialidad de actividades prácticas

Los alumnos de posgrado de la UAI volvieron a clases el 27 de agosto. Son los primeros de la RM en regresar a las aulas presenciales.

Las casas de estudio advierten que debido a lo cambiante del Covid-19 no tienen clara aún la modalidad con que funcionarán en la parte final del año, pero informan que intentarán tener la mayor presencialidad que el Covid-19 permita.


Más de un año sin clases normales. Ese es el tiempo que, mayoritariamente, llevan las universidades en modalidad telemática, con algunos pocos casos de avances y retrocesos en la presencialidad, a partir del Covid-19 y sus curvas de contagios.

Actualmente, el escenario en los planteles estudiantiles, a la hora de proyectar el segundo semestre, es de incertidumbre. Aunque la intención de las casas de estudio es tener el mayor tiempo presencial que el coronavirus permita, eso sí, con los resguardos correspondientes.

Por eso, coinciden casi todas las universidades aquí consultadas, lo más sensato es pensar en una modalidad híbrida: clases presenciales, sobre todo para lo práctico, combinadas con virtualidad, dependiendo de los requerimientos de cada carrera y de la decisión de sus alumnos.

“Nuestra disposición en la UC siempre ha sido la de hacer la mayor cantidad de actividades presenciales posibles. Nos ha limitado la pandemia en ese esfuerzo, y la obligación primera de garantizar salud y bienestar, pero progresivamente, en cada semestre, hemos programado una mayor cantidad de cursos o actividades presenciales”, dice Fernando Purcell, vicerrector académico de la Universidad Católica.

El licenciado en Historia agrega que para el próximo semestre, la UC debiese tener “cursos grandes remotos todo el semestre, pero también cursos con presencialidad en salas híbridas o cursos con aforos limitados que, aunque comiencen remotos, puedan transitar a la presencialidad si es que las condiciones lo permiten”. Y agrega: “El escenario ideal sería que terminemos el semestre con todos los estudiantes yendo a los campus para algunos cursos o actividades, independientemente que parte de los cursos los sigan haciendo de manera remota, especialmente los más numerosos”.

Ennio Vivaldi, rector de la Universidad de Chile, explica desde su óptica que “entendiendo que en el proceso educativo existen dimensiones que urgentemente requieren de presencialidad, hemos dispuesto de un protocolo para atender a dicha situación, en todas las áreas del conocimiento, ponderando las regulaciones sanitarias dispuestas, que esperamos poder llevarlo a cabo cuando las condiciones lo permitan, resguardando siempre la salud y bienestar de toda nuestra comunidad”. Hasta aquí, la Casa de Bello estaba realizando clases híbridas, algo que evalúan volver a implementar.

“Tenemos una doble responsabilidad. Tratar de ser lo más presenciales posibles, sobre todo en áreas donde casi no hay alternativas, pero al mismo tiempo cuidar lo sanitario, y creo que lo estamos compatibilizando relativamente bien”, agrega el encargado de la Casa de Bello.

En la Universidad Central señalan que, dependiendo del avance de la pandemia y las medidas sanitarias, se evaluará la posibilidad de realizar clases en modalidad mixta y presencial, mismo caso que en la Universidad Diego Portales y la UMCE, donde Ximena Acuña, vicerrectora académica, explica que es “la intención de la universidad que las clases puedan tener carácter presencial o en su defecto híbrido”. Galvarino Jofré, rector de la Universidad Católica Silva Henríquez, va en la misma línea: “Si las condiciones así lo permiten, nuestra idea es reiniciar paulatinamente las clases presenciales”.

Por su parte, la Universidad Finis Terrae cuenta que sus carreras eminentemente prácticas podrían ser priorizadas a la hora de volver a cierta presencialidad. Así también es la estrategia de la Universidad Autónoma. “La decisión es privilegiar la presencialidad de aquellos pasos prácticos que no sea posible abordarlos con otras estrategias metodológicas”, dice Hernán Viguera, vicerrector académico de dicha casa de estudios. La estrategia en la Universidad Mayor es similar: “Sí, en actividades prácticas, talleres e investigación. Las actividades teóricas se mantendrán en formato online”, expone Víctor Polanco, vicerrector académico.

El vicerrector de Innovación y Desarrollo de la Universidad del Desarrollo, Daniel Contesse, asegura que “la presencialidad absoluta está bastante descartada en el corto plazo, pero la pandemia nos da sorpresas todos los días”.

La Universidad de los Andes ya tiene un plan armado: volverán a clases híbridas cuando la comuna (Las Condes) vuelva a Fase 2. “Hasta el 25 de marzo se realizaron las actividades académicas programadas, respetando los aforos y todas las medidas de seguridad, por lo que esperamos volver a esto”, explican.

En tanto, hay planteles que piensan más en lo virtual, como la Universidad Tecnológica Metropolitana, donde Luis Pinto, su rector, señala: “Todo hace prever que no habrá variaciones respecto de la no presencialidad, la que debería acompañar los desarrollos del segundo semestre”.

Pero en la Universidad Adolfo Ibáñez aún no han zanjado del todo la situación, aunque apuntan a lo mismo que sus pares. “Nuestra idea es tener el mayor grado de presencialidad posible por lo que, a lo menos, mantendremos el sistema de clases híbridas”, señalan.

La situación en regiones

Fuera de la RM ocurre algo similar. En la Universidad de Antofagasta, el vicerrector académico, Carlos Cabezas, asegura que la intención es ir volviendo paulatinamente, mientras que en la Universidad de Valparaíso la idea es la misma. “Si la pandemia lo permite, los programas de pregrado retomarán la presencialidad, pero también hemos ido planificando clases híbridas”, cuenta Carlos Becerra, vicerrector académico de la casa de estudios porteña.

Pero en la Universidad del Biobío son más tajantes: “En el segundo semestre seguiremos en modalidad virtual mientras no se logre el efecto rebaño producto de la vacunación. Sólo se podrán iniciar actividades críticas presenciales una vez que se avance en las fases del Paso a Paso y priorizando docencia híbrida, a partir de la Fase 2, incrementando paulatinamente la presencialidad de actividades clave”, expone Susana González, directora de docencia.

En la U. Católica del Maule, en tanto, Mary Carmen Jarus, su vicerrectora académica, asegura que centrarán sus esfuerzos en la presencialidad de forma gradual, mientras que la Universidad de O’Higgins “existe una decisión institucional, pensada para el primer semestre pero que puede extenderse para la segunda mitad del año, de que las actividades curriculares se impartirán en modalidad no presencial, con algunas excepciones en las fases 2 y 3, para lo que se ha generado un estricto protocolo tanto para docentes como para estudiantes”, aclara Rafael Correa, rector de dicha institución.

En Temuco, la Universidad de la Frontera va en una vía similar: “Si bien el escenario aún es incierto, para el segundo semestre 2021 esperamos que parte de las actividades lectivas se puedan realizar de manera presencial, y para ello dependemos del avance en la superación de la pandemia”, señalan desde la vicerrectoría de Pregrado.

La preparación

Con la pandemia aún latente, la vuelta a clases presenciales no puede desarrollarse como cualquier año en que los estudiantes regresan de vacaciones. Por eso, las universidades han tenido que ir trabajando en esa logística.

En ese sentido, el vicerrector de la U. Católica expone que han ido aumentando el equipamiento de salas híbridas. “Tenemos todas las salas identificadas con sus aforos adecuados al contexto de pandemia y desde mediados del 2020 tenemos un sistema de acceso a los campus que involucra tamizaje y cuidado de una serie de aspectos”, asegura.

Desde la U. Central dicen estar preparados para la realización de clases híbridas con 35 salas y que a los estudiantes de primer y segundo año se les privilegiará con el uso de la tecnología, “con la idea que al menos tengan la opción de venir a conocer la universidad”, detalla Sergio Escobar, director de comunicaciones corporativas.

La Universidad Técnica Federico Santa María, donde se mantienen online, comenzó desde el año pasado a analizar diferentes tipos de tecnologías para implementar 71 salas híbridas. “Esto nos permitirá, cuando sea el momento, avanzar progresivamente hacia la presencialidad”, expone Eugenio González, vicerrector académico. Algo similar ocurre en la U. Diego Portales, donde cuentan con 30 salas de educación mixta, “además de adaptar decenas de aulas para permitir la grabación de clases y su transmisión online”, lo que ha permitido, destacan, “la interacción entre compañeros y docentes”, señalan.

Desde la UDD, Contesse cuenta que debido a la pandemia, desde junio de 2020 empezaron a experimentar con tecnologías. “El final del año pasado y las primeras semanas de este año hubo mucha presencialidad. El sistema sistema tecnológico que tenemos hace que para determinados cursos puedan asistir alumnos y en la casa ninguno se pierda la clase”.

Becerra, el vicerrector de la U. de Valparaíso, revela que los años de trabajo en tecnología les provocó enfrentar mejor la llegada de la pandemia. “Reaccionamos rápidamente. Hemos adaptado salas en cada una de nuestras facultades para el contexto híbrido, instalando cámaras estáticas o que permiten movilidad”.

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