“Ya tuve un acercamiento con gente de Netflix”: El informe clave detrás de la libertad de Rafael Garay

La abogada Linda Catalán Applegren presentó dos documentos después de los cuales la justicia determinó dejar en libertad en mayo de este año al ingeniero, condenado por estafa reiterada. En uno de ellos se revelan detalles inéditos de sus días en Capitán Yáber, así como del interés que ya había manifestado Netflix para llevar su caso a la pantalla chica. Garay dijo que esperaría a estar en libertad para negociar el tema, y afirmó que estaba interesado en retomar sus estudios y preparar su tesis doctoral en la Universidad Lleida de España.


Desde que dejó la cárcel de Capitán Yáber -la madrugada del 21 de mayo-, el economista Rafael Garay Pita (44) ha guardado absoluto silencio. El empresario condenado el 18 de octubre de 2018 a siete años de presidio por el delito de estafa reiterada suele evitar los medios. Cualquier tipo de acercamiento es rechazado de plano.

Tras estafar a 29 personas con un perjuicio total de $1.300 millones, el ingeniero comercial -quien fue gerente de estudios de Felices y Forrados, empresa de Gino Lorenzini, que ha estado al centro del debate por sus vínculos con Ximena y Ricardo Rincón- solicitó el 12 de abril de 2020 su libertad condicional. Le fue mal en la Corte de Apelaciones y posteriormente apeló a la Corte Suprema. Aquí el máximo tribunal accedió a la petición, determinando que el reo reunía las condiciones exigidas para el beneficio. La madrugada del 21 de mayo, Garay quedó en libertad.

¿Cómo hizo su defensa para convencer a los magistrados? Su abogada Linda Catalán Appelgren presentó una serie de documentos para avalar el interés de su cliente por reinsertarse en la sociedad. Entre los documentos de la carpeta figuraron dos informes que resultaron ser fundamentales. El primero de ellos fue realizado por Marisol Rodríguez, socia de Pericia Social, firma que se dedica a la elaboración de informes judiciales. Mientras que el segundo estuvo en manos del sicólogo Juan Carlos Cárdenas.

El trabajo no fue nada sencillo. Por aquellos días la comuna de Santiago estaba en cuarentena y la perito debió realizar su informe -financiado por la madre de Rafael, Nivia Pita Vives (73)- a través de entrevistas telefónicas. Incluso recibió un video del departamento que habitaría el economista a futuro junto con su pareja Antonella Torelli -enfermera del Hospital Luis Calvo Mackenna- y su hijo Santino (4).

En el estudio de la trabajadora social -al que tuvo acceso La Tercera PM-, Garay explicó que “el alcoholismo es una enfermedad crónica, debo ocuparme siempre, tomar resguardos. Cuando estuve fuera, Mauricio Droguett, (psiquiatra) me vio en aquel momento. Mi idea es seguir tratamiento con él. Obviamente necesito generar lucas para financiarlo y también seguir terapia psicológica. Tengo una estructura mental rígida”.

Su plan una vez fuera del penal -dijo- apuntaba a retomar sus estudios y preparar su tesis doctoral en la Universidad Lleida de España. “Mi idea es reunir el pago para habilitar la continuación de mis estudios y que me asignen un tutor desde España”, detalló. Según él, sus estudios calzan con su proyecto laboral. ¿La razón? Desde febrero de 2020 las empresas cuentan con una nueva forma de tributar y por aquellos días le ofrecieron trabajo en una consultora de contabilidad. Trabajar desde su casa y pasar más tiempo con su familia “por un tema de tranquilidad” era su mayor objetivo.

De hecho, la trabajadora social explicó que la mayor preocupación de Garay previo a dejar el penal es “la exposición pública”, aunque indica “tampoco fue excesivo el acoso durante los 10 días que estuvo en libertad en diciembre de 2017″. “Comparado con antes, cuando llegué de Rumania, fue menos. Estuvieron sólo algunos días abajo del edificio”, explicó Garay.

En la entrevista, Rafael Garay reveló a la trabajadora social el interés de Netflix en su historia. Si bien no logró un acuerdo, la idea era retomar las conversaciones una vez que dejara el penal, las que podrían derivar en que su caso pase a la pantalla chica.

Tengo un plan para devolver el dinero a las 29 víctimas. Escribí un libro y ya tuve un acercamiento con gente de Netflix. Les dije que no, para tener otras instancias de negociación una vez fuera”, sostuvo el economista. ¿La razón? Debido al efecto que le causó escuchar los testimonios en el juicio en su contra: “A muchas víctimas no las conocía. Empatizar con otros… Me dolió escuchar relatos, no sólo por daño patrimonial, sino que moral. Ellos perdieron la confianza. Ese daño es irreparable y profundicé en la construcción del daño causado. Antes era algo teórico, porque cometí un delito tipificado. Merezco lo que pasó. Era lo que correspondía”, explicó Garay.

A la fecha, sin embargo, ese planteamiento seguiría pendiente. “A las tres víctimas que que representé yo, no les ha pagado. Sólo se recibieron algo así como $ 800 mil por cada una producto de lo que sobró del remate que se hizo por un Juzgado Civil, por no pago de un crédito al Banco Santander por parte de Garay”, afirma el exfiscal Sabas Chahuán.

Relación con sus padres

El documento Pericia Social revela también que la rutina de Rafael Garay en el penal cambió en enero de 2018, cuando comenzó a trabajar de jornal de lunes a viernes: “Limpio la sala, el pasillo y los baños. Llevo las encomiendas. También he lavado la loza en eventos de gendarmería. En el rancho lavar la loza del desayuno, almuerzo, bandejas, lavar las marmitas donde preparan la comida… subir contenedores de basura. Todo esto no es remunerado porque suponen tengo mucha plata”, explicó Garay en el informe.

Según el mismo documento, en sus días en la cárcel Garay se acercó al mundo espiritual, lo que fortaleció su vínculo con su madre: “La herramienta del perdón es importante. He sostenido conversaciones con un pastor evangélico. Uno estando preso se hace preguntas. No diría que soy creyente, pero ahora creo que existe algo superior. Antes era absolutamente ateo”.

En la mejoría de la relación con su madre y su hermana mayor María Soledad (47) también influyó su pareja Antonella, quien le explicó que si mantenía resistencias con su familia se las podía traspasar a su hijo. En efecto, su madre no sólo viajaba de manera mensual a visitar a su nieto desde Concepción, sino que también apoyó a la familia de su hijo con dinero. Durante un año entregó regularmente a Antonella la suma de $150.000 y $250.000 para los gastos de Rafael y su hijo.

La relación entre el economista y su madre se resintió debido a la separación de sus padres. A la edad de 10 años el ingeniero debió ir a vivir con su padre, Aquiles Garay Vera, quien era 24 años mayor que su madre y falleció en 2014.

“Se relata que el vínculo filial se resintió, dado que con la señora Nivia Pita el contacto se redujo significativamente cuando se fue a vivir con el padre, en tanto en el corto período en el que estuvo a cargo de aquella, entre los horarios de trabajo y su nueva pareja, no quedaba mayor tiempo para él. Por otro lado, con el señor Aquiles Garay, su avanzada edad (cerca de 70 años) constituía un obstáculo importante para relacionarse y recibir apoyo”, remató el documento.

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