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Columna de Rodrigo Guendelman: Es hora de retomar el proyecto Alameda-Providencia

“Mucha idea dando vuelta para Plaza Italia, sobre todo de colegas. Por favor, respetemos el concurso (y posterior desarrollo) público, abierto y extenso que existe para el lugar. Todos deberían estar defendiendo eso sin intentar sacar una tajada”. Así dice un reciente tuit del arquitecto Alberto Moletto, quien sabe de concursos de arquitectura. Moletto, responsable junto a Cecilia Puga y Paula Velasco de la restauración y del nuevo edificio del Palacio Pereira, se refiere al concurso internacional Plan Alameda-Providencia, que ganó en 2015 la oficina de arquitectos chilenos Lyon Bosch + Martic, dejando atrás a oficinas de tamaño mundial como la de Zaha Hadid. La idea inicial que llevó a la realización de este concurso ocurrió en julio de 2013, “en consideración a lo dispuesto en el Plan Maestro de Infraestructura del Transporte Público 2011-2015 para mejorar la operación de los servicios del Transantiago.

El Directorio de Transporte Público Metropolitano (DTPM) solicitó al Centro de Desarrollo Urbano Sustentable (Cedeus) la organización de un taller para repensar el eje en su ámbito de movilidad, calidad del espacio público y relevancia del patrimonio arquitectónico, instancia que contó con la presencia de expertos nacionales e internacionales en urbanismo y transporte, autoridades y profesionales de las municipalidades de Lo Prado, Estación Central, Santiago y Providencia. El informe que surge de este taller se convirtió en la estructura que el siguiente gobierno tomó como base para el concurso internacional”, explican en el sitio web de la Corporación Ciudades, institución que estuvo a cargo de retomar la iniciativa luego de haber sido paralizada en el período de Karla Rubilar en la Intendencia Metropolitana. “Tras el concurso y adjudicación de esta iniciativa de inversión pública, el 9 de febrero de 2016 se dio inicio a la fase del diseño Alameda-Providencia, la que por su complejidad -dadas las necesidades de participación de distintos servicios públicos, municipios y vecinos- debió someterse a múltiples requerimientos y ajustes al proyecto. La dependencia exclusiva de parámetros de transporte motorizado en la evaluación de esta iniciativa generó que su desarrollo no lograra alcanzar la rentabilidad social exigida por el Sistema Nacional de Inversiones, lo que evidenció las limitaciones existentes para la materialización de un proyecto multidimensional de escala metropolitana”, se puede leer en el informe de recomendaciones de la Corporación Ciudades.

La congelación del proyecto (que sigue a la fecha en el mismo modo de hibernación) generó gran cantidad de críticas. Como la de Rodrigo Pérez de Arce, doctor en Arquitectura, profesor de la Escuela de Arquitectura de la PUC y quien ha hecho clases en las universidades de Harvard, Cornell, Penn y Bath, entre otras. En una columna publicada en este mismo medio en junio de 2019 escribió lo siguiente: “Nos sorprendieron unas declaraciones de la intendenta de Santiago en donde sostenía que el proyecto Eje Alameda realizado por equipos profesionales altamente calificados se asimilaba más al humo que a la realidad. Más allá del incomprensible desprecio respecto de los esfuerzos profesionales realizados en pos de este importante proyecto, sepultar una iniciativa urbana urgente mediante una ingeniosa cuña de prensa resulta un despropósito colosal. Lo es, en tanto ignora la enorme inversión de trabajo profesional invertido. Un promedio de ocho arquitectos dedicados durante tres años a las aproximadamente 160 hectáreas del eje Alameda-Providencia trabajó junto a especialistas en patrimonio, transporte, pavimentación, estructuras, trazado vial y señalización, manejo de aguas lluvia, riego, iluminación, electricidad, arbolado urbano, evaluación social y participación ciudadana, entre otros, mientras que el Gore aportaba ocho especialistas en el mismo periodo. La contraparte pública incluyó -como es usual- el gobierno regional, Minvu (Seremi y Serviu), Ministerio de Transportes, Directorio de Transporte Metropolitano, Sectra, las municipalidades de Providencia, Santiago, Estación Central y Lo Prado (participaron en cada caso asesoría urbana, tránsito, parque y jardines), Consejo de Monumentos Nacionales, Metro, Carabineros, MOP: (Concesiones y DOH). Además, seis meses de desarrollo de concurso (en dos etapas) y, por si fuera poco, el tiempo y el costo involucrado en la preparación de bases en la intendencia (seis a 10 meses de trabajo), todo esto con cargo al erario público. Entre otros costos asociados se pueden considerar 20 copias de plano por entrega, unos cien mil documentos de gran formato. Cada entrega debió sortear decenas de aprobaciones… Es simplemente patético imaginarse que todo esto resulte inútil”.

Sostengo cada palabra de mi tocayo, por eso el tamaño de la cita. Y aquí sumo la opinión, acerca del proyecto, de Camila Medina, magíster en Arquitectura del Paisaje PUC y cofundadora de LOFscapes: “El proyecto ganador, Propuesta Paseo Cívico-Metropolitano: Paisaje de Agua, Sombra y Movilidad de Lyon-Bosch Arquitectos junto a Martic, IDOM Ingeniería y Consultoría, Groundlab Landscape Urbanism y Sergio Chiquetto, fue valorada por el jurado principalmente por su claridad, continuidad y coherencia. De la propuesta destaca el diseño de un proyecto en base a estrategias tanto generales a escala de pieza urbana, como particulares, basadas en el funcionamiento de los sistemas urbanos y naturales. Es decir, el proyecto encarna el modo en que se trabaja en arquitectura del paisaje hoy, donde los fundamentos se establecen en la gran y pequeña escala, y no necesariamente en la escala media arquitectónica, que es donde se desarrolla la definición de los volúmenes edificados aislados”.

Vuelvo a un adjetivo que usó Rodrigo Pérez de Arce: urgente. El retiro del Monumento a Baquedano y la actual construcción de un muro perimetral alrededor del plinto, la estresada condición actual de todo el sector que rodea a la plaza del mismo nombre (que de plaza no tiene nada), el poco auspicioso estado del bandejón central a lo largo de kilómetros y la deprimente realidad de muchas de sus veredas son todas situaciones y circunstancias que le dan más valor aún al proyecto ganador. Un proyecto que, de hecho, se hacía cargo de la famosa plaza. “Nuestro proyecto ponía énfasis en generar un espacio cívico que permitiera la concentración de personas, las manifestaciones. En el escenario actual hay un tema importante de simbolismo e identidad del lugar, el que se va construyendo a través del tiempo y que se tiene que adaptar a los distintos contextos”, explica Arturo Lyon, de la oficina ganadora. ¿Qué tal si el nuevo gobernador metropolitano (léase de manera unisex) que elegiremos el 11 de abril pone este proyecto entre sus prioridades?

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