Arquitectura


Por alguna misteriosa razón y desde hace algún día a la arquitectura buena se le llama ecológica o sustentable. Es como llamar a los médicos de hoy como ‘que sanan’; es su deber y curar es su cualidad. Lo correcto sería llamar a los médicos que no sanan ‘malos’ y acto seguido mandarlos a reeducarse, a perfeccionarse. Con la arquitectura debiera ocurrir lo mismo: los que no hacen las cosas bien, no debieran seguir ejerciendo, o debieran actualizarse con lo que pasa ahora (contaminación, altos costos energéticos, ambientes ingratos y cambio climático); deben capacitarse con nuevas técnicas constructivas, equipos y materiales, no pueden quedarse atrás sólo con el aspecto formal, con lo fácil. En síntesis, hay arquitectura y arquitectura insustentable.
Sumado a lo anterior, hoy en día, y lamentablemente, se sigue alabando a la arquitectura por su diseño, como único componente para evaluarla, muy similar a lo que ocurre con nosotros mismos (marcas, maquillajes, ropa); esto pasa en concursos, cursos, seminarios, revistas y programas de TV.
Hasta hace poco estaba suscrito a una prestigiosa revista de arquitectura internacional, en donde se presentaba en general una arquitectura de dudosa vanguardia, pues nada que ver con la situación mundial actual ni menos futura. Con ejemplos de gran desarrollo a la vez de complicados diseños. Todos con materiales y tecnologías de alto costo, casi como para nadie normal, pero aún es lo que marca pauta y se imita. Lo que más molesta de ellas es cuando se ve a su autor apareciendo arriba de una terraza en la cubierta (o ‘deck’, que nadie usará) mirando al horizonte. Como cuando un cazador pone el pie sobre el animal muerto. Esto definitivamente me complicó y terminó por convencerme y dejar de apoyarlos como lo había hecho durante años con mi suscripción. La verdad es que sólo ahora recibo la National Geographic y la Daylight Magazine de Velux, de ambas aprendo; de la primera a entender la poca naturaleza que va quedando en el planeta y de la otra de los estudios que se hacen para salvarlo.
Obvio que hay que contar con energía para crecer, pero el gasto siempre puede ser menor, sobre todo si las cosas se hacen bien. Con esta modalidad de hacer edificios insustentables hay que contar con más recursos energéticos para corregirlos, por ello estamos forzando a los gobiernos a mirar la posibilidad de la energía nuclear, por su gran potencia, constancia y la oportunidad de ser independiente de otros países. Puede ser, pero la mayoría quiere evitarla por sus potenciales inconvenientes.
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