Descentralizar el foco

fotografía portada 001 Cristián Ordoñez
Fotografía portada 001 Cristián Ordoñez

Desde Coquimbo nace Letargo, una revista que busca darle espacio y soporte a aquella fotografía que se propone cuestionar y tensionar lo que conocemos como normal a través de una perspectiva descentralizada del arte.




Tenía 17 años y sintió la necesidad de comunicarse a través de la imagen. Fue así como Felipe Muñoz vio en la fotografía la posibilidad de documentar todo aquello que ocurría en los espacios públicos y urbanos de la ciudad. “A los 18 años quise estudiar fotografía, pero dadas las circunstancias económicas del momento y sumado al centralismo de la educación del arte que hasta la actualidad ocurre en el país, no pude estudiarla. Es así como, en paralelo a mi carrera como fotógrafo, interesado también por las comunicaciones y la investigación social decidí estudiar periodismo y licenciatura en comunicación social en la Universidad de La Serena, donde me propuse aportar desde mis conocimientos profesionales al desarrollo y difusión de las artes, y la fotografía en particular, en el país”, cuenta.

Su trabajo como fotógrafo había estado en el Festival de Fotografía Internacional de Valparaíso, Festival de Arte Contemporáneo Saco en Antofagasta y Festival de Fotografía Contemporánea de Coquimbo, entre otras instancias, sumado a que además es parte, hasta hoy, del colectivo FIRC (Fotógrafos Independientes de la Región de Coquimbo), “donde nos vimos en la necesidad de colectivizar y autogestionar el desarrollo de espacios para la fotografía en Coquimbo”, explica.

Con todo esto al frente dio comienzo a la revista. Quería apoyar a sus colegas fotógrafos de todo el país desde la comunicación, abriendo un espacio para la difusión de los trabajos independientes, siempre con responsabilidad y criterio. Fue así como en el último semestre de la universidad, antes de egresar, le dio vida a Letargo, y que en una primera instancia todo lo que fueron las publicaciones, el levantamiento de la web y redes lo hizo él.

Luego se le fueron uniendo los demás. Amigos, compañeros, personas y artistas que hasta la actualidad trabajan en el área de redacción y comunicaciones. Posteriormente se unió Nicolás Hormazábal desde Estudio Prado en el diseño y dirección de arte. “Con el mismo interés y visión en el proyecto, armándose así el primer equipo de la revista, que en la actualidad suma un total de 8 personas, entre estudiantes de periodismo, periodistas, fotógrafos, curador y diseñador. Todos provenientes de diferentes lugares del país”, dice.

El equipo de Letargo, entre redactores y colaboradores, se compone de distintas personas que provienen de Valparaíso, Copiapó, Iquique, Ovalle, La Serena y Coquimbo. “Lo que nos permite tener un panorama general de lo que sucede con la fotografía a lo largo del territorio”. dice Felipe Muñoz.

El nombre de la revista

Es un diagnóstico al espacio que le dan los medios de comunicación a la difusión de las artes para el desarrollo de la sociedad.

Hoy con 24 años, Felipe es editor y director del proyecto, y asegura que la motivación sigue siendo la misma: “Ser un proyecto editorial independiente, fresco y con una perspectiva descentralizada del arte. Proyectamos para Letargo la idea de no solo ser una revista como tal, sino que además ser una plataforma de difusión y encuentro para fotógrafos de Latinoamérica. En este sentido, y dada la álgida contingencia del país, hemos abierto espacios de debate y discusión en un espacio llamado “Letargo Diálogos”, donde generamos encuentros para abordar desde las artes temas tan relevantes como lo son el feminismo en las artes visuales, el conflicto en Wallmapu, entre otros, siempre con invitadas e invitados que se desarrollan desde la fotografía en ese ámbito”.

Retrato: Valentina Peña Zambrano.

En la actualidad, con una edición digital, más de 20 artistas entrevistados y más de 20 fotolibros reseñados, junto al equipo buscamos darles visibilidad, espacio y soporte a aquellas fotógrafas y fotógrafos que tienen un trabajo visual y estético que se propone cuestionar y tensionar lo que conocemos como ‘normalidad’, abriendo espacios necesarios para el debate de temas contingentes y relevantes en nuestro país, siempre desde la fotografía y nuestra posición como revista.

dice Felipe Muñoz.

¿Qué perspectiva toma el proyecto al ser ustedes de Coquimbo?

Creemos que es de suma relevancia levantar hoy proyectos desde una posición descentralizada, sobre todo cuando se habla de cultura y arte, un espacio desde ya precarizado en todo ámbito. El tener de base una región nos permite prescindir de la velocidad con la que suceden las cosas en Santiago, nos permite observar con calma y cierta distancia (física y contextual) lo que sucede en la cultura nacional, nos permite cuestionar con fundamentos las dificultades y obstáculos que implica el realizar hoy arte y fotografía fuera de la Región Metropolitana, que es donde hoy se concentran la mayor cantidad de espacios expositivos, galerías, eventos, encuentros, etc.

¿Cuál es el gran aporte de Letargo a las artes?

Nuestro proyecto, desde la independencia y autonomía, no pretende ser más que un soporte para que fotógrafos de todo el territorio nacional, principalmente de regiones, puedan publicar sus trabajos y además contarnos sobre sus experiencias creativas tan particulares. De esta forma no creemos en la pretenciosa idea de ser un ‘gran’ aporte a las artes, mas sí un apoyo al desarrollo integral y profesional de este oficio en el territorio. Siempre con una mirada crítica, especializada y con el respeto que cada artista merece. letargo.cl / @letargorevista

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