MasDeco

Dulce Alameda

Probablemente, todos hemos circulado alguna vez por la Alameda. Pero ¿cuántos de nosotros hemos observado los edificios que componen esa larga y antigua avenida? Quizás no muchos, al menos yo no. Por eso, me tomé el tiempo para hacerlo y recorrí desde Los Héroes hasta Baquedano con una clara intención: caminar, observar, investigar y disfrutar.

489315

A pesar de los meses que alguna vez trabajé por esos lados y la cantidad de veces que salí de mi oficina para almorzar por ahí, reconozco que siempre miré la Alameda con cierta superficialidad.Muchas vecesme llamó la atención alguna que otra casona, pero creo que nunca me di el tiempo de investigar qué era, a quién había pertenecido o en qué año había sido construida. Por eso, pasar un día recorriéndola, esta vez con todo el tiempo necesario para admirar cada uno de sus tesoros arquitectónicos, resultó todo un panorama.

Comencé por tomar la línea 1 del metro y bajarme en Los Héroes. Por cómo miraba hacia todos lados, probablemente muchos de los transeúntes pensaron que era una turista.

Lo primero que me llamó la atención fue un gris e imponente palacio que resaltaba gracias al rosado de la Embajada de Brasil. Una escalera central, dos balcones a cada uno de sus lados y un innegable estilo neoclásico francés, el lugar parecía abandonado. Efectivamente, era el Palacio Ariztía. Un grito por aquí y otro por allá, y un cuidador me abrió la puerta y me dejó recorrerlo. A pesar del intenso frío y el vacío que se siente cuando no hay muebles y la luz es poca, pude imaginar cómo era hace poco menos de un siglo. Investigando, supe que esa gran casona, que ocupó desde 1993 hasta principios de este año la Cámara de Diputados, hoy corresponde al Tribunal Constitucional, el que después de terminar las remodelaciones y arreglos pertinentes -los que no deberían durar más de dos años- pretende utilizarlo como su única sede. Pero este palacio tiene mucho más. Lo construyó el arquitecto Alberto Cruz Montt para el empresario minero Rafael Ariztía y su mujer Teresa Brown. Producto de la gran depresión de los años 30, los dueños no pudieron mantener la propiedad y fue vendida al político Gustavo Ross Santa María, quien la mantuvo hasta 1943, año que fue traspasada al Club Militar. En febrero del año 1983, el Ministerio de Educación lo declaró Monumento de Conservación Histórica.

Un par de metros más al oriente, a la altura del 1550,me topé con el Círculo Español, ex Palacio Irarrázabal, construido el año 1906 también por Alberto Cruz Montt. Sumarcado estilo francés y la fachada neoclásica dan paso al patio de acceso. En un comienzo, esta mansión perteneció a la familia Irarrázabal Fernández y en 1940 fue adquirida por el Círculo Español, pasando a convertirse en el centro social de la colonia. Aunque en el lugar sólo permiten socios e invitados, después de mucho insistir logré asomarme al lobby, donde destacaba el rojo de las alfombras y del tapiz de las sillas. Aunque fue el Salón de los Reyes el lugar que verdaderamente me trasladó a un castillo en Madrid. En las paredes colgaban cuadros de los reyes de principios del siglo XIX y una inmensa lámpara de cristal alumbraba el parqué del piso. Todo conjugaba en armonía y mezclaba lo francés de la arquitectura con lo español de la decoración.

Nuevamente en la calle, la vereda norte me llevó a un edificio con una fuerte influencia italiana, intervenida por varios pilares y con un par de tiendas en sus costados. La fachada es perfecta, sin embargo, tras ella no había nada, sólo una torre edificada donde alguna vez se encontró el Palacio Rivas. Hoy es el Hotel Diego de Almagro, cuyo Salón Rivas y la fachada es lo único que se conserva del esplendor de antaño. Esta mansión fue construida el año 1887 por encargo del empresario minero Juan Francisco Rivas, con los cánones renacentistas concebidos por el italiano Eduardo Provasoli.

Siempre quise conocer el Club de la Unión, así es que partí por vestirme a la altura y pedir audiencia para entrar. Son muchas las historias que había escuchado de ese lugar y la verdad es que es impactante. Los 18 mil m2 construidos entre 1917 y 1925, también por Alberto Cruz Montt, siguen con la tendencia francesa del arquitecto. Por sus salones han pasado personajes de la talla del Papa Juan Pablo II, la Reina Isabel, la Reina de Holanda, el príncipe Alberto de Mónaco y el príncipe de Gales, quien asistió a la inauguración el año 1925 y le gustó tanto que volvió al año siguiente con su hermano Guillermo. Los cuatro pisos más el zócalo albergan increíbles salones. Destaca el salón Francés, que da la sensación de estar en las habitaciones de Napoleón en el Louvre o en alguna pieza del Palacio de Versalles. Casi todo el mobiliario del club fue traído desde Francia en barco. El piso es de mármol, las lámparas de cristal y los cuadros son en sumayoría donaciones. Cada uno de los espacios está conservado como era originalmente. A pesar de losmás de 80 años desde su fundación, aún se conservan ciertas tradiciones, como la exigencia de ingresar con tenida formal o que un socio activo deba patrocinar la entrada de uno nuevo, quien, a su vez, debe regalar un libro a la biblioteca. Por suerte algunas han cambiado, pues antes del año 31, el ingreso de las mujeres no estaba permitido y no fue hasta el 2003 que se integró la primera socia.

Casi llegando a Plaza de Armas, está el Colegio de Arquitectos, una construcción de 1920 del arquitecto Luciano Kulczewski, el máximo exponente del Art Nouveau en Chile. Desde abril de 1974, 32 años después de su fundación, la institución funciona en este edificio, sin embargo, durante sus casi 90 años de vida, este edificio ha tenido varios usos. Nació por encargo de Martín Figueroa y funcionó primero como una vivienda familiar y luego como sede de una clínica privada. Originalmente, albergaba dos casas distintas, pero en 1974 fue remodelado por el arquitecto Gonzalo Mardones, quien unificó las viviendas en un sólo edificio. Una vez dentro, es posible ver los motivos florales que recorren y dan color a los ventanales de vitraux. Sin duda, una de las mejores demostraciones del Art Nouveau en Chile y un buen cierre para este cultural recorrido.

COMENTARIOS

Para comentar este artículo debes ser suscriptor.

⚡OFERTA ESPECIAL CYBER⚡

PLAN DIGITAL desde $990/mesAccede a todo el contenido SUSCRÍBETE