Editorial


Este año, para el día del patrimonio, decidí levantarme temprano y partir a recorrer edificios en el Centro de Santiago, lugares que no conocía y los cuales considero, parte de la cultura general, como el edificio de La Bolsa, donde jamás había puesto un pie. Grande fue mi sorpresa al darme cuenta de que eran cientos las personas que estaban con la misma idea, tratando de recorrer la mayor cantidad de lugares durante un domingo de invierno. Y esa experiencia me quedó dando vueltas porque, cada vez que pienso en el Centro lo primero que se me viene a la cabeza es el gentío del paseo ahumada, los tacos de la Alameda y otras imágenes similares, es decir, nada muy tentador. Pero por otro lado, es el lugar con la mayor concentración de museos de la ciudad, los cuales estan más vivos que nunca y con proyectos, con los mejores edificios patrimoniales y muchos de ellos en muy buenas condiciones. El Centro tiene también calles donde se consiguen cosas que no existen en otros lados, o sea mundos con historia, que siguen vigentes y se reiventan.
A partir de ésto, recorrimos y como siempre la ciudad nos sorprendió de la mejor manera, justificando que el Centro siga teniendo una de las poblaciones flotantes más grandes de toda la ciudad, donde mucha gente se trasalada a trabajar, comprar y mirar. Donde siguen llegando personas con ideas y con ganas de hacer cosas, como los dueños de los departamentos que fotografiamos para este especial, que podrian haber elegido cualquier barrio de Santiago, pero que apostaron por el Centro, invirtiendo en él por lo que ofrece.
Nuestro Centro está más vivo que nunca, no nos cabe duda, y tiene una infraestructura urbana inigualable. Esperamos que las autoridades así lo entiendan y ayuden a proteger y potenciar estas características, ya que, como todo en Chile, preservar es frágil y difícil, y destruir en pos del “desarrollo” tan fácil y rápido de conseguir.
COMENTARIOS
Para comentar este artículo debes ser suscriptor.
Lo Último
Lo más leído
1.
2.
3.