Al ver el dibujo original que hizo Colombo de la silla Elda, uno logra de cierta manera meterse en la cabeza del diseñador italiano. Sus preocupaciones, más allá de la estética futurista de sus creaciones, hablan de ergonomía, de comodidad, del funcionamiento y sistema que soporta este sillón magnífico. Grande, en cuero y fibra de vidrio, se conforma por siete cojines alargados que crean un acolchado con base giratoria y proporciones de bergere inglés.

Colombo fue en extremo productivo y diseñó todo aquello que su imaginación pudo abarcar, aprovechó al máximo sus 41 años de vida. Más aún, si consideramos que comenzó a trabajar en 1962 hasta que murió en 1971, son a penas nueve los años que dedicó su creatividad a este ámbito, epoca en la que colaboró con Kartell, Zanotta, Stilnovo, O-Luce, Alessi y Rosenthal.

En el curso de su carrera como creador de mobiliario, Colombo, giró cada vez más desde el diseño de unidades individuales hacia la creación de interiores completos y con ello, a la búsqueda de objetos modulares y flexibles. Entre estos se ubican la Silla de Tubo y la Multi Silla, así como los numerosos ejemplos del contenedor Seite 2/2 que, según Colombo, sería el tipo de mueble que conformaría el espacio vital del futuro, compuesto por unidades polivalentes. Aquí se encuentra una de las mejores expresiones de su visión sobre un mundo racional, en el que el diseño debe basarse en la investigación científica.

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• (1930-1971) Un ataque al corazón le impidió inaugurar la exposición Italia: El Nuevo Paisaje Doméstico que preparaba para el Museo de Arte Moderno de Nueva York. Colombo murió el mismo día de su cumpleaños número 41 y se le recuerda como un hombre sofisticado, gentil, quien al parecer presintió que moriría joven, razón por la cual le puso marcha rápida a todo y, tal como vaticinó su propia muerte, predijo un futuro con el uso continuo de teléfonos móviles y donde el teletrabajo sería pan de cada día.