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En el departamento de Gino Tapia, el arte está en todos lados y de forma natural. Una presencia que para este ingeniero de profesión, simplemente fue, es y será parte de la vida.

“Qué es lo que siento, qué es lo que me queda y me provoca”, eso piensa Gino Tapia, gerente de Marketing de Santiago a Mil, cuando elije alguna pieza para su colección de arte. Este acercamiento tan sensorial es algo que viene de familia y de su infancia valdiviana, porque cuando le pregunto por qué comenzó a coleccionar, me cuenta que su padre “tiene una mirada estética de la vida y del hombre, muy contemporánea”.
Esta marca de experiencia se siente en todo su departamento, donde cada pieza fue escogida por el significado que también han tenido en los distintosmomentos de su vida, comomini discursos colgados en la pared “finalmente, el arte es eso, un discurso político” dice.
Discursos que se mezclan en un ambiente cálido y acogedor, dado por los colores de las paredes y muebles que invitan, claramente, a compartir con su estética contemporánea y cómoda. Porque aquí las obras no están sólo para ser admiradas, sino que también para vivirlas.
Sin duda el protagonista indiscutido del comedor es una obra de Francisco Smythe, hecha sobre una publicidad de cigarrillos que para él forma parte de la estética de su generación: “cuando era chico estemundo era el que se veía en la TV y esa irrealidad contrastaba con lo que vivimos en el país durante muchos años”.
Con esamisma pasión, se detiene frente a cada obra para contar su historia y describir lo que siente: “¿Te ha pasado que ves un cuadro y puedes sentir su vibración? Esa sensación de quemiras y tu cabeza se mete completamente dentro de esa obra. Eso es lo que me pasa con Vasarely y su perspectiva”, dice, haciendo referencia a las obras ubicadas en el living. Esta pieza azul, del padre del arte cinético, está iluminada de tal forma que realmente parece que la cabeza de uno se mete dentro de ella.
A cada lado hay obras de Nemesio Antúnez, que según me cuenta son de la época en que el artista estuvo en Nueva York y que para él hablan de cosas como que “la ciudad ya no está pensada desde el hombre y a su escala, hoy es concebida desde otros intereses”. Esta idea es parte de su motivación y busca re-significar a través de su trabajo y siendo parte de iniciativas como Santiago a Mil, algo que cuadra perfectamente con esa sensación de que es una de esas personas que traspasa su sensibilidad y pasión a todo lo que hace
- La loza de Quinchamalí tiene un valor especial y familiar, porque le recuerda al dueño de esta casa su infancia.
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