Íconos
No nos referimos aquí a cualquier simbología sino que a un antiguo arte religioso heredero de la cultura bizantina. El Museo de Artes de la Universidad de los Andes alberga una completa y única colección de estos 'icónicos' cuadros de origen ruso.


Eikos= ícono. Palabra griega que significa imagen. Así describe la etimología el origen de este vocablo. Surgido alrededor del siglo VI en Bizancio -antigua ciudad griega situada en la entrada del Bósforo, hoy Estambul-, este arte religioso nace de la necesidad de representar personas sagradas en el contexto del cristianismo temprano.
Aunque parezca extraño, o al menos llamativo, en Chile hay una gran colección de íconos rusos en el Museo de Artes de la Universidad de los Andes. Son 28 íconos de temple sobre madera y 77 placas de bronce -algunas de ellas esmaltadas-. Todos ellos provienen de la donación de María Loreto Marín Estévez, coleccionista de arte religioso, quien entregó sus cuadros a esta entidad -junto a otras obras de arte colonial sudamericano-. Como amante del arte religioso ruso y de Latinoamérica, María Loreto dedicó años a la compra de obras de arte en Chile, EE.UU. y varios países de Europa. Un minucioso trabajo que la llevó a la convicción de que su colección debería ser exhibida íntegramente y no de manera parcial, idea que la llevó hasta la Universidad de los Andes, entidad que accedió a construir un museo para albergar esta valiosa compilación de arte religioso. Según la directora del Museo de Artes, Josefina Schenke, la idea es poder ampliar la actual colección con donaciones de artes decorativas y visuales en general, para hacer del museo un ente dedicado a la exhibición de ese tipo de objetos.
La oficina de arquitectura Árbol de Color fue la encargada de desarrollar la museografía, en la que los íconos, al igual que el resto de la colección, se encuentran dispuestos en una medialuna. Esto hace que los objetos resalten de manera óptima en cuanto a la explicación e iluminación de cada uno de ellos.

La iglesia militante.
Anónimo moscovita, del siglo XX.Temple y dorado sobre madera, réplica del original de la Galería Tretiakov de Moscú.
Pero ¿qué son los íconos? Se trata de un arte que se afianzó en el Imperio bizantino luego del Segundo Concilio de Nicea, en 787 y luego se heredó a los países eslavos y la actual Rusia. Hechos sobre tablas de madera provenientes de los bosques rusos -abedules, tilos, robles, entre otros- y pintados a manos, primero por monjes y luego por diestros artesanos, hoy los íconos representan figuras sagradas de la Iglesia cristiana ortodoxa, en los que sobresale el uso del dorado como color que simboliza la luminosidad de lo divino.
La importancia de no innovar
Al observar el arte de los íconos, da la impresión de que estos son iguales o, al menos, muy similares unos a otros. Esto tiene una explicación. Según Josefina Schenke, el ícono -a diferencia de la obra de arte europea occidental- suele reproducir un modelo santo anterior, cuyos orígenes han sido sacralizados de manera tradicional. De ahí la impresión de que los modelos se repiten, ya que el apego a la imagen primera garantiza la continuidad de la representación icónica. Es por eso que en el mundo cristiano ortodoxo -desde los países eslavos de Europa Oriental, incluyendo Rusia, hasta parte de los territorios donde rigió el antiguo Imperio bizantino- se encuentran los mismos temas, tratados de la igual manera y con un orden similar.
Los íconos suelen formar parte iconostasio, panel vertical cubierto de íconos pintados sobre tabla y ordenados en hileras horizontales. Es un elemento propio de los templos ortodoxos que separa el altar de la nave de la iglesia y que se alza hasta la bóveda de la misma. En esta composición se puede ver una síntesis de la iconografía de la iglesia rusa, la que desempeña un importante papel en la liturgia ortodoxa.
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