Las ciudades, ¿compactas?
Sí. Compactas, de usos mixtos y que todo quede a distancias caminables o cercano al transporte público. Ciudades donde haya más bicicletas y menos autos. Esto es lo que propone Juan Bautista Frigerio, representante de la oficina de arquitectura y urbanismo sustentable internacional Foster & Partners, que ya ha construido y gestionado proyectos en todo el planeta y también en Latinoamérica. Su idea, rescatar sitios en desuso y darles un nuevo pasar que se conecte con el resto de la ciudad.


¿Crees que Santiago tiene zonas con potencial para levantar nuevos sectores que cumplan con las características antes nombradas, y así mejorar la vida de los santiaguinos? Santiago tiene varias características sumamente interesantes, no solo la cordillera o el río Mapocho que atraviesa la ciudad, también el Parque Forestal y los nuevos parques que son muy atractivos. Hay un tema importante en Santiago que es el de la polución urbana, al estar encajonado en el valle central. Hace unos años se implementó el Transantiago y creo que si bien ha mejorado mucho, aún es un sistema en desarrollo. Puedo decir que la ciudad está bastante interconectada por transporte, pero creo que sigue siendo un lugar donde hay mucho énfasis en los vehículos privados. Uno de los temas grandes de Santiago son los parques urbanos, hay pocos: el Parque O’Higgins y el Forestal, pero no están tan integrados a la vida cotidiana de la ciudad… ahora se hizo el Bicentenario en el sector oriente. Creo que sería atractivo imaginar para Santiago un sistema de parques conectados a través de bicicletas y transporte público, para integrar más estos espacios públicos y la sociedad también.
Juan Frigerio, arquitecto representante de la oficina de arquitectura y urbanismo sustentable con sede en Londres Foster & Partners, no está hablando de utopías ni de ideas que solo ocurren en la literatura. Habla de hechos reales. Hace varios años, y con más de 800 arquitectos por todo el mundo, que Foster & Partners construye milagros en sitios por los que no se daba ni un peso; construye, desde un ojo sustentable, ciudades más conectadas, eficientes, responsables e inteligentes. “Nosotros como oficina estamos constantemente viendo las ciudades en todo el mundo y los problemas que van teniendo. Hicimos un modelo de ciudad sustentable desde cero en Abu Dabi, en los Emiratos Árabes, pero la verdad es que la mayor parte de las ciudades no las empezamos de cero, sino que actuamos con contextos que están construidos, que vienen con muchos años de historia.

Cuando se enfrentan a una nueva ciudad, ¿qué es lo que se preguntan en primer lugar? Primero, ver y entender cada ciudad con su problemática, entender cuál es su historia y ver cómo se inserta en su clima, en su sistema productivo. Es una visión holística, donde el urbanismo sustentable nos hace pensar en una sustentabilidad social, una sustentabilidad medioambiental, y que eso se interrelaciona con las infraestructuras de las ciudades. Lo que hoy vemos en todas las metrópolis es cómo lidiar con el crecimiento de las ciudades cada vez más rápido y cuáles son los parámetros sustentables para enfrentarlo.
A modo general, ¿cuáles son los principales problemas de las ciudades actuales? El primero es el problema de infraestructura. Todas las grandes ciudades tienen problemas de tránsito, el uso del automóvil fue lo que ha definido la ciudad contemporánea. La sobreurbanización. Que vino después del automóvil, donde se usó mucho el suelo agrícola y de bosques para construir urbanización y viviendas. Así se construyeron lugares de muy baja densidad con mucha distancia de transporte. Entonces lo que venimos trabajando como oficina es la reversión de esta tendencia. Intentar que la gente se baje de los automóviles, generar mucho y buen transporte público y a la vez trabajar con una idea de volver a ciudades más densas. Es decir, hacer una concentración de usos mixtos -cafés, oficinas, servicios y casas en un mismo sector-, tener gran proximidad entre los distintos usos, que la gente pueda caminar, que la gente pueda andar en bicicleta y que pueda usar el transporte público.
¿Esta forma de hacer ciudades la proyectan en todo el mundo, no solo en Latinoamérica? Sí. Nosotros en realidad contamos con planes genéricos pero vemos cada ciudad en su coyuntura particular. Lo cierto es que nosotros actuamos mucho en masterplanes -nunca una ciudad completa, son distritos, sectores urbanos, puertos en desuso- y con estas premisas vamos actuando. Un ejemplo muy interesante es un masterplan que estamos haciendo en Argentina, en la ciudad de Rosario. Es un terreno frente al río de 8 hectáreas con su infraestructura portuaria en desuso. Estamos trabajando en reutilizar suelo urbano en desuso, trabajando también con la idea de hacer un barrio abierto, que se integre a la ciudad, a sus calles, genere espacios públicos, plazas, se conecte con los paseos del río y esté conectado con el transporte público. Esto tiene que ver con la sustentabilidad social, nunca hay que desligarse de la sustentabilidad social, porque crear un buen modelo de sociedad también es urbanismo sustentable. Esta idea de hacer una ciudad que está abierta a la gente, tiene conectividad y no genera guetos ni de ricos ni de pobres, es parte de las cosas que nos interesa cuando hacemos ciudades.
¿Cuál es su principal preocupación? Nos preocupa mucho el espacio público y el cívico. Buscamos hacer espacios que sean de muy buena calidad, que tengan actividades durante 24 horas, mañana, tarde y noche, que sean ciudades vibrantes, lugares deseables donde la gente quiera vivir, donde la gente se sienta identificada y representada.
¿Esto tiene que tener apoyo gubernamental o puede hacerse en manos de privados? Yo creo que el sector público por sí mismo no tiene capacidad de hacer grandes proyectos y el sector privado por sí mismo necesita también del Estado. Las mejores relaciones son las que salen de las colaboraciones públicas y privadas, donde el sector público le crea condiciones favorables al sector privado y a la vez recibe un montón de beneficios de la inversión del sector privado. El Estado tiene muchas prioridades además de las ciudades, y a veces no puede hacerse cargo de la infraestructura urbana. El caso de nuestro masterplan en Rosario fue muy interesante porque son terrenos que compró el sector privado pero todo el planeamiento estaba dirigido por la Secretaría de Planeamiento de Rosario, que es una municipalidad de un gobierno socialista además. Ellos tenían una serie de indicadores de espacio público, alturas, y nosotros trabajamos tanto con la municipalidad de Rosario, como con el sector privado, y hemos logrado hacer algo que funciona genial para la ciudad y sus habitantes. Ahí creamos viviendas para todo tipo de ingresos, de valores altos y bajos para que estén todos los estratos sociales en el masterplan y ahí lograr una identificación y un crecimiento para todos los habitantes.
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